Como llevamos
viendo en anteriores entradas (pinchar aquí para ver la anterior o aquí para ver desde el principio) la familia Baleztena y especialmente tío Joaquín,
tía Lola y mi padre Ignacio Baleztena Ascárate, evitaron todos los actos de
represalias en la guerra que pudieron. Así que para finalizar este tema y poder
seguir con la biografía del aitacho vamos a repasar algunos de los casos ya tratados
en este blog.
Ya en 1934 ayudaron
a algunos revolucionarios en apuros: tras haber asaltado los rojos Casa
Baleztena y ser desterrada la familia Baleztena de Pamplona (pinchar aquí,) , pese a todo no albergaban odio en el corazón y no dudaron en ayudar a un
ferroviario y su familia de Lasarte durante el golpe de estado contra la II
República protagonizado por “las izquierdas” conocido como la Revolución de
Asturias. Puedes ver este caso pinchando aquí
Recién
comenzada la guerra el aitacho salvó a dos leizarras, uno nacionalista y otro socialista,
que habían actuado como espías pasando información al bando rojo (pinchar aquí)
El 24 de Julio
tío Joaquín publicó una nota en el Pensamiento Navarro en la que ordena a los
carlistas no ejercer actos de represalia
y evitar que se cometieran en su presencia. Esto se ha tratado con profundidad aquí
Poco después,
el tío Joaquín tuvo que acudir a evitar el fusilamiento de otro leizarra (pinchar aquí)
Más tarde el
tío Joaquín y la tía Lola salvaron la vida de un carabinero que había sido
hecho prisionero en Behobia (pinchar aquí)
También mi
padre Ignacio salvó al Dr. Jiménez Díaz, republicano, posiblemente durante un
permiso en marzo de 1937 (pinchar aquí)
Tengamos en
cuenta que en Leiza, gracias a la acción de la familia Baleztena no fue
represaliado nadie durante la guerra. Hasta el punto que en el boletín
clandestino del PNV (Partido Nacionalista Vasco) de la "Red Álava” lo dejaron testimoniado por escrito. (pinchar aquí)
Finalmente
aportar que mi padre Ignacio en una estancia en Pamplona durante la guerra (un
permiso o enfermedad) se encaró directamente con dos conocidos cuneteros de
Pamplona para recriminarles y decirles que cesaran sus barbaridades, quedando totalmente
frustrado y escandalizado al comprobar que encima estaban convencidos de que hacían un gran servicio a la causa, e incluso un bien a
las personas que represaliaban. En vista de ésto cortó cualquier trato con
ellos. Que poco entendían lo que era el carlismo. De él aprendí la diferencia entre
una persona coherente que está dispuesta a dar su vida por sus ideas y un fanático
que está dispuesto a matar a sangre fría por las suyas.
En resumen, en
estas 5 entradas creo haber dejado claro y demostrado documentalmente de una
vez por todas que:
1-
La familia Baleztena nunca ejerció ninguna
acción de venganza ni represión, aun teniendo posibilidades y motivos para
hacerlo. Su profunda fe católica se contradecía con estas actuaciones.
2-
La familia Baleztena no solo no participó, sino
que lucho contra la represión de retaguardia de las siguientes maneras
a.
Dando orden públicamente de no realizarlas pese
a no tener poder real para hacer cumplir esa orden (tío Joaquín)
b.
Enfrentándose personalmente a los que las
realizaban (especialmente mi padre Ignacio)
c.
Evitándolas totalmente donde sí tenían
posibilidades, es decir Leiza, porque estaban allí o porque tenían contactos en
el pueblo que les avisaban si iban a ocurrir, ya que incluso aun sabiendo que
eran adversarios (no enemigos) políticos tenían la seguridad de poder acudir a
solicitarles ayuda.
d.
Salvando a todas las personas que pudieron incluso
jugándose ellos mismos la vida pudiendo ser acusados de traición si les
descubrían.
En cuanto a la represión en
retaguardia quiero insistir en los siguientes puntos, sin que sirvan de excusa
sino todo lo contrario:
1- Las
atrocidades en retaguardia se cometen por desgracia en todas las guerras. Es la
condición del ser humano que en situaciones límite puede sacar lo peor o lo
mejor de cada persona. Lo estamos viendo en Ucrania, Gaza…
2- La
represión suele ser más cruel en guerras civiles, y se cometieron en ambos bandos.
Cientos de navarros también fueron represaliados en la retaguardia roja, muchos de ellos en una cruenta y sistemática persecución religiosa y política, y estos actos ni se condenan, ni hay memoria histórica, ni asociaciones memorialistas, ni subvenciones, ni reparación, ni exhumaciones, ni nada.
3- También
debo recordar, de nuevo sin que sirva de excusa porque no la hay, que gran
parte las represalias en Navarra se cometieron por personas de ideologías distintas al carlismo, e incluso
en muchos casos por motivos ajenos a la política, aprovechando la situación
para realizar viejos ajustes de cuentas pendientes.
Finalmente debo
reiterar mi absoluta condena y asco a todos los cobardes represores de ambos
bandos, y en especial por dolerme especialmente a esos “carlistas” de
retaguardia que participaron en esos crímenes enturbiando la imagen de los
miles de voluntarios que se jugaban la vida en el frente. Ni entendían lo que
era el carlismo ni actuaban como auténticos carlistas. Y esta condena la hago
también en nombre de mis antepasados y de la familia Baleztena. Sí, los
condenamos sin paliativos, cosa que otros no son capaces de hacer con crímenes
mucho más recientes y sin estar en situación de guerra. El que no condena justifica
y aprueba. Nosotros condenamos.
Seguramente
todo este esfuerzo documentado no va servir de mucho porque algunos saben que
un buen titular vale más que mil verdades y siguiendo la técnica goebbeliana de
propaganda (pinchar aquí)
seguirán repitiendo mentiras miles de veces. Frente a esto poco se puede hacer.
Y ahora a ver
si podemos seguir en este blog con la vida del aitacho en sus múltiples facetas,
en las próximas entradas si Dios quiere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario