Premín de Iruña

IGNACIO BALEZTENA ASCÁRATE "PREMÍN DE IRUÑA" (PAMPLONA 1887-1972): SU PERSONA, SU VIDA Y SU OBRA

martes, 24 de diciembre de 2013

FELIZ Y SANTA NAVIDAD. Relato de Nochebuena.



Querido lector, Feliz y Santa Navidad. Que pases una gran Nochebuena celebrando el nacimiento de Dios, con la alegría con que lo celebraba el aitacho, o más.

Aprovecho para escribir un relato acerca de cómo se vivía los previos de Navidad en la zona de Leiza, que tía Lola nos dejo escrito en su libro “La Casa”. Por recurso literario lo sitúa en un pueblo imaginario del Baztán.

Leiza Nevado en tiempos de Ignacio Baleztena

“Caravanas de chiquillos, subían al monte para traer musgo, ramas de gorostiak (acebo) y de pinos. Salían de sus cajones, donde los colchones de serrín, durmieron un sueño durante todo el año, las deliciosas figuritas del Misterio divino, de los Reyes y los pastores.

En las casas se procedía a la importantísima ocupación de poner el Belén, lo cual quiere decir, que imperaba en ellas un desorden terrible. De los desvanes eran bajados, dejando regueros de polvo a su paso, tablones, leñas, cajones viejos, jaulas fuera de uso, ratoneras inservibles, para con todos los objetos tan dispares, formar parte de la topografía de Judea.

La audacia infantil, ante nada se detenía; vaciaba cajones, requisaba mesas, machacaba bombillas para convertirlas en polvo escarchado, sustraía puñados de harina de la despensa, para cubrir de nieve los montes palestinos, aunque en realidad, rarísima vez se ven revestidos de esa capa helada.

Quizá de ese desconcierto que reina en las casas para colocar el Nacimiento, venga la frase empleada cuando algún jaleo viene a perturbar  el orden y la paz: “¡Se armó el Belén!”

Colocaba María Dolores (la protagonista de la novela) el suyo, ayudada por algunos chiquillos del pueblo, aunque eso de ayudar, era relativo, pues todos los chiquillos enredaban con las figuras y se quedaban estáticos ante ellas, cuando la aldaba de la puerta anunció el correo…

Todo resplandecía de alegría en Aizeleku (pueblo imaginario extraido de sus vivencias en Leiza). El sol lo iluminaba suavemente. De los balcones de algunas casas, colgaban grandes figurones rellenos de hierba, llamados “orantzaros”. Estas figura representan la antiquísima tradición en el pueblo vasco, a quienes unos seres que vienen a traer prosperidad a la tierra. Se les designa así, porque son portadores de la “oratza”, es decir de la levadura, y su presencia en la casa asegura, que no faltara en ella harina con que mezclarla.
Los chiquillos recorrían el pueblo cantando los versos acostumbrados:

Emen eldu gerade
Berri on batekin
Gure embajadore
Orantzaro rrekin

(Venimos aquí con noticias buenas, con nuestro embajador el Orantzaro)

Repicaban alegres las campanas, y el canto, no del cisne, pero si de gallinas y capones, se dejaba de oír en los corrales, antes de ser sacrificados en aras del convite navideño.

Llegaba la Noche Buena: noche divina, saturada en profundas emociones, en las que el cielo se funde con la tierra, noche al parecer, igual a todas, y sin embargo, aún en los pueblos que ya abandonaron sus santas creencias, renueva puras alegrías, infunde ternura y deja sentir como un noble impulso que lleva los corazones hacia la indulgencia, la compasión, la paz, el amor.

Y con este bonito relato de Nochebuena os dejo para celebrarla en familia con los villancicos acostumbrados junto al Belen, que tanto nos ha costado poner un año más. Y el aitacho estará cantándole al Niño en el Cielo

Yo soy Chopico Ignacio que viene a cantar
al Niño que llora a hacerle callar…

¡FELIZ NAVIDAD!
EGUBERRI ON!


sábado, 14 de diciembre de 2013

El primer museo carlista. Ignacio Baleztena y el Museo de Recuerdos Históricos


Querido lector, veíamos cómo desilusionados los carlistas por los derroteros que tomaba la política, pues se veía claramente que querían borrar de la memoria al carlismo, éste se puso en la oposición al franquismo. Y aquí el aitacho tuvo su participación activa con distintas iniciativas, la cultural, la social y la clandestina. 


Entre las actividades culturales destacó la creación del “Museo de Recuerdos Históricos” que era el nombre que eligió mi padre para denominar lo que realmente era un museo carlista. Ocupaba cuatro plantas del que fue seminario de San Juan Bautista, situado detrás del Ayuntamiento de Pamplona y fue inaugurado el 10 de Julio de1940. Su hermana la tía Lola, protagonista también de la formación del mismo, nos lo cuenta en sus memorias:


Fachada del antiguo Museo de Recuerdos Históricos. Fijándose bien dentro del portal escondidos están sus creadores, Ignacio Baleztena y su hermana Lola



            “Habiendo llegado a Pamplona las banderas de los batallones carlistas que el rey Carlos VII guardaba en su palacio de Loredan en Venecia, a la vista de tan gloriosos trofeos, mi hermano Ignacio tomó la resolución de formar un museo al cual llamar de “Recuerdos históricos”. Y empezamos una campaña de recolección de objetos por tierras de lealtad donde podrían conservarse cosas interesantes.


            En una venta innominada, camino de Francia, guardaban la boina del General Elío dejada allí por él cuando marchaba al destierro; aquí, una carta del Cura de Santa Cruz; allí, espadas, órdenes de generales con sus firmas y sellos; un abanico de la reina Doña Margarita envuelto en un papel de seda amarillento; el uniforme del abuelo cuidadosamente conservado; en fin, cantidad de objetos guardados como reliquias, ricos en valor histórico y emocional.


            A los recuerdos de antes, uníamos la recogida de banderas de los Tercios de Requetés y otras cosas, proporcionando todo gran variedad e interés para la formación del Museo. En un palacio señorial de Puente la Reina, donde se alojó Carlos VII, el comandante del Tercio de San Fermín, Javier Churruca, casado con la hija de la casa, nos hizo entrega de las banderas de dicho Tercio.


            Con todo cuidado, acomodamos en el coche tan valiosos trofeos y a las puertas de Pamplona nos detuvo el portalero, preguntando por rutina:


-         ¿Lleva algo que declarar?.


El movimiento del auto había desplegado una bandera. Sobre el fondo rojo destacaba en letras de oro el lema: “Dios, Patria, Rey”.


-         ¿A no ser eso? –dijimos mostrándosela al portalero.


Después de contemplarla detenidamente, contestó:


-         ¡Eso es lo bueno!. Eso no paga.


-         Eso no se paga –corregí sonriendo.


- Eso no se paga –replicó con entereza-. Está comprado con sangre. –Y saludó militarmente.


            Muy presente me quedó este diálogo sostenido con el digno y consciente empleado.

            Hicimos también un viaje a Barcelona, donde fuimos a comprar unos maniquíes para vestirlos con uniformes de las tres guerras”
            Y como dicen que una imagen vale más que mil palabras, vas a tener la suerte de en la próxima entrada hacer una visita virtual de lo que fue aquel museo gracias a las fotos que colgaré si Dios quiere. De momento aquí va un anticipo:

Detalle de la sala de las banderas del Museo (carlista) de Recuerdos Históricos
 Y hablando de fotos quiero agradecer el apoyo de Victor Sierra-Sesúmaga por su imprescindible y desinteresada ayuda para que muchas de estas fotos se hayan podido digitalizar.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Triste reencuentro con D. Gaetán (D. Cayetano de Borbón Parma)



Querido lector, veíamos anteriormente como el aitacho y familia refugiaban a los evadidos de la invasión alemana que avanzaba por Europa y en Mayo de 1940 llegaba a Bélgica. Pues bien, uno de estos evadidos era un querido amigo, como nos cuenta tía Lola, hermana de mi padre Ignacio:

“Entre las pavesas que el monumental incendio de la guerra dispersó por el mundo, se encontraba el príncipe D. Gaetán de Borbón-Parma, requeté que fue del Tercio de Navarra. Llegado a San Sebastián nos mandó aviso de que deseaba vernos. Su acogida fue en extremo cariñosa, y aunque se mostraba contento, lo encontramos muy preocupado y desmejorado. Motivos tenía para ello. Su huida, como la de tantos, era para abatir el ánimo mejor templado.

D. Gaetán de Borbón Parma, hermano del entonces regente D. Javier, con la espada de Carlos VII.

Al invadir Bélgica los alemanes se encontraba allí con su hermana Zita, última emperatriz de Austria, y con el hijo de ésta, el archiduque Otto, y hubo de huir precipitadamente. Cuando en una revuelta del camino volvieron la cabeza para ver por última vez su abandonado castillo, estaba ya envuelto en llamas. Aquel éxodo por las carreteras de Bélgica debió ser apocalíptico. Los que se creían afortunados por poder escapar en sus coches, bien pronto tuvieron que abandonarlos, pues la muchedumbre fugitiva taponaba totalmente los caminos. Gentes agotadas quedaban atrás y los demás, empujados por el instinto de conservación, seguían adelante sin detenerse a socorrerlos.

Así sucedió a unas jóvenes que conocí en la cárcel de Pamplona, las cuales, por detenerse un momento a descansar, se vieron separadas de los suyos, sin papeles, sin recursos. Por cierto, que estas muchachas, avaladas por una religiosa belga, volvieron a sus prácticas piadosas hacía años abandonadas.

Hemos leído muchas veces descripciones patéticas sobre las penalidades sufridas por los fugitivos, pero oírlas contar a quienes acababan de pasarlas, resultaba más impresionante todavía. D. Gaetán estaba muy apenado, pues al presentarse a las autoridades con su hermana y sobrino, éstas les indicaron que sólo de paso podrían permanecer en España.

- Pero si yo he luchado como requeté y fui gravemente herido –replicaba el príncipe creyendo presentar la más limpia y meritoria de las recomendaciones. (pinchar aquí)

            Obtuvo el poderse quedar algún tiempo, pero no su familia. El archiduque, con fría indignación,  tomando el brazo de su madre le dijo:

- ¡Vamos!. No somos gratos en España. Y sin tomar descanso, prosiguieron la marcha.

            No sé por agradar a quien, aquellos representantes de la autoridad se valieron de ella para obrar tan despiadadamente, olvidando y atropellando las leyes de la hospitalidad y de la caballerosidad. Fue una gran vergüenza.”

            Así volvieron a reencontrarse mi padre Ignacio Baleztena y D. Gaetán de Borbón Parma. Qué recuerdos más felices dentro de la desgracia de una guerra habían pasado en Pamplona y Leiza durante la convalecencia de éste (pinchar aquí, aquí, y aquí) y ahora volvían a encontrarse de nuevo, en esta penosa situación.

Foto dedicada de D. Gaetán de Borbón Parma "a mi querido Joaquín Baleztena, patriarca de los carlistas de Navarra con todo mi cariño; Gaetán de Borbón - Parma. Leiza Julio de 1937"
 Como despedida te adelanto que en la próxima entrada veremos, si Dios quiere, una nueva iniciativa del aitacho respecto a… pero no me adelanto. Mientras tanto que pases mañana  un muy feliz día de nuestra patrona la Inmaculada Concepción, a la que tanta devoción tenía el aitacho y sobre la que escribió algunas iruñerías como esta (pinchar aquí). Y es que este puente podría llamarse el de los patrones (S. Saturnino de Pamplona, S. Francisco Javier de Navarra y la Inmaculada de España). Que ellos rueguen por nosotros.

"Ave María". Saludo referido a "La Purísima" a la entrada de Petrorena, la casa familiar de los Baleztena en Leiza.

martes, 3 de diciembre de 2013

Fundación de la Hermandad de Caballeros de la Cruz y la primera javierada

Querido lector, Feliz día de San Francisco Javier, patrón de Navarra. Hoy es día grande y estaba decidiendo entre seguir con la biografía del aitacho o algo relativo a San Francisco Javier. Pues bien precisamente he resuelto la cuestión con esta entrada alusiva a ambas cosas.


San Francisco Javier, patrón de Navarra. En gran cantidad de países que visitemos encontramos sorprendentemente una imagen de uno de nuestros paisanos más universales. Ruega por nosotros.

Veíamos cómo enseguida de finalizada la guerra el aitacho daba plantón a Franco (pinchar aquí). Y es que desilusionado, como carlista, por los derroteros que tomaba la política con la disolución de la Comunión Tradicionalista y la creación del partido único (FET y de las JONS) decidió seguir una labor de defensa de sus ideales en el ámbito sociocultural y como veremos también mediante oposición clandestina al régimen. Así para mantener vivo el espíritu que había alentado a los voluntarios a salir a dar su vida, frente a la equívoca relación con el naciente régimen franquista que mantenían otros, participó en la formación de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, promovida por Zubiaur y otros excombatientes principalmente carlistas, que fue constituida el 26 de Enero de 1939.



Poco más tarde el 10 de marzo de 1940, tiene lugar la primera javierada. Ésta es una iniciativa promovida por dicha Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz. El Diario de Navarra de 9 de Marzo de 1940, en su primera página decía: “un grupo de muchachos decididos saldrá a pie desde Pamplona con el fin de comulgar en Javier. Vienen a dar gracias al Apóstol bendito por haber salido incólumes de los lances de la guerra y para implorar su protección sobre España entera. Mañana domingo la afluencia de peregrinos promete ser extraordinaria".

Y efectivamente así fue, unos cinco mil peregrinos se congregaron en Javier y se celebró la Misa solemne a las 10:30 de la mañana, y a las 16:00, con presencia de las primeras autoridades de Navarra que secundaron el acto convocado por la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, recibieron la bendición con el Santísimo del arzobispo de Pamplona Mons. Marcelino Olaechea.

            Así Ignacio Baleztena junto con el resto de nombres que aparecen en el texto que puedes leer a continuación fueron los promotores y organizadores de la primera javierada en 1940.


Texto en el que Mons. Olaechea aprueba la erección de la Hermandad y la composición de su primer capítulo formado entre otros por Ignacio Baleztena

Tras el exito de esa primera javierada de 1940, al año siguiente el acto se convocó de forma oficial directamente por el propio arzobispo para el segundo domingo de marzo. En su convocatoria en la hoja diocesana La Verdad se empleó por primera vez la denominación Javierada de Navarra.


Las primeras javieradas organizadas por la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz. El primer abanderado Ignacito Jaurrieta Baleztena. Detrás con corbata y la Cruz en alto Cruz Baleztena Abarrategui, hijo de Ignacio. Ambos, miembros de la AET, fueron activistas frente al Regimen franquista siendo detenidos por la policía en varias ocasiones.


En el centro Dña Mª Francisca de Borbón Parma, hija del entonces regente D Javier, rodeada de carlistas de la Hermandad de Caballeros Volutarios de la Cruz en una javierada


            Tras estas históricas fotos que espero que te hayan resultado al menos curiosas, te deseo un muy feliz día de San Francisco Javier, patrón de Navarra, y en la próxima entrada seguiremos con la biografía del aitacho y su reencuentro con un querido amigo si Dios quiere.