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Querido lector, seguimos celebrando el centenario de la restauración de la visita de San Miguel deAralar a la Diputación, y lo haremos de la mano del aitacho, que fue el impulsor de la misma. Para ello aprovechamos una Iruñería que publicó en el Diario de Navarra el 19 de abril de 1953. En ésta vemos cómo era el recibimiento al Angelico en los años 50 del siglo XX y cómo comenzó la restauración de la visita a la Diputación en 1925. Lástima que el sectarismo del actual Gobierno de Navarra bajo la presidenta de María Chivite nos haya privado de lo que la Excma. Diputación dispuso hace 100 años, a instancia de mi padre Ignacio, y que describía “El Almadiero” en 1925 de esta manera:
“Una fiesta a San Miguel es
fiesta del corazón ¡del corazón de Navarra, ilustre Diputación! Vos se lo
entregáis a Él como Ella a vos lo entregó, porque conservéis su Alma y los Fueros
que heredó.”
Pues con estos politiquillos actuales y sus
fobias se acabó el conservar el corazón,
alma, Fueros y todo lo que es de Navarra, nuestro viejo Reino, ya que pareciera que quieren
dar la puntilla definitiva a lo que queda de él.
La Visita del “Angelico”
Una vez más el “Angelico” protector de Navarra, se ha dignado bajar de
su Alcázar de Aralar para visitar a sus entusiastas devotos de la capital del
viejo reino.
Siguiendo tradicional costumbre llovió, granizo, hizo un viento frío, heló…
En fin, que el querido visitante se hizo acompañar de cuantas calamidades
atmosféricas puede desear y soñar el más acérrimo enemigo de recibimientos
apoteósicos. Y es que el popular “aingueru” quiere que los que salgan al portal
para darle la bienvenida lo hagan por verdadera devoción y entusiasmo y no,
como tantas veces ocurre, de que va Vicente a donde va la gente.
El ilustre historiador Navarro don Mariano Arigita, en su
interesantísima “Historia de la Imagen y Santuario de San Miguel Excelsis”,
describe todas las ceremonias de la llegada y estancia en Pamplona de la Santa
imagen y el fin de su obra, entre los apéndices, inserta una “descripción poética
de autor desconocido, que si bien no es
un modelo literario, expresa fielmente el entusiasmo qué despierta la entrada
del Ángel “.
De esta composición poética publicaremos aquí uno de sus cantos, el
segundo, que es el que describe el momento de la entrada y la tradicional
ceremonia del beso:
“ La antigua atalaya
de morisca grey, hoy de San Lorenzo
de torre se ve:
en ella hay curiosos
que divisan bien
bajar desde Orcoyen
al Ángel Miguel;
festivas campanas
por primera vez,
lo anuncian gozosas
y el pueblo también
de la Taconera
corre hacia el anden:
la turba repite,
-¡Ya llega corred…!
Y a su portal marcha
alegre en tropel;
la Misericordia,
del pobre sostén,
lo espera gozosa
dando el parabien;
ya el efecto, un Ángel
le envía a la vez,
y al verle, se acerca,
avanza Miguel,
de paz danse un ósculo.
y se oye después
un ¡hurra! de gloria
de la turba fiel.
El anónimo autor de esta composición debió aprender el bélico ¡hurra!
leyendo a Espronceda -¡hurra cosacos del desierto, hurra!-, pues no creemos que
esta exclamación haya llegado nunca a ser del dominio popular en Pamplona. En
los comienzos del football había pollos bien que se desgañitaban gritando en
los partidos: ¡Hip, hip, hurra! creyendo adquirir con ello un tono chic
deportivo londinense que los hacía irresistibles. Hoy ya nadie lanza hurras
pues esa exclamación británica ha pasado de moda en el griterío deportivo,
siendo sustituido por un ¡rri, rri, rri, rra, rra, rra!, ¡Alabis, alabis,
alabás, alabás! ¡Bomba! y otras no menos incoherentes e inarmónicas
Hace sus 40 años un pollo que en aquel entonces bullía, o cuando menos
el así se lo figuraba, escribió unas aleluyas, de valor literario bastante
inferior al de la composición susodicha, qué adaptadas a la música de una vieja
canción de nuestras montañas, llego a adquirir una mediana popularidad[1]. La
moderna generación las desconoce por completo, y si no veamos a ver si hay
alguno que las recuerda.
Decían así:
“ El Arcángel San Miguel
se viene de Aralar,
igual que en otros años
Iruña a visitar.
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San Gabriel, de la Meca,
a errrecibirle va.
Todos los irunshemes[2]
seguir le hacen detrás.
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Tipi, tapa, San Miguel
S´e entra por el portal
y al aingeru del Meca
mushutako[3]
le da.
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Delante San Lorenzo
parar se suele hacer
y San Premin[4] le
grita
-¡Nola zaude Mihél![5]
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y todos los apezas[6]
se empiezan a cantar,
y en latines le dicen:
-¡oso ongui etorriá![7]
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Y así continuaban las aleluyas haciendo comentarios sobre Ceferino, los señores que iban alumbrando la Imagen, quiénes
eran los que apagaban, por economía, las velas antes de terminar el Responso
del Bosquecillo, etcétera, etcétera.
Canción a San Miguel de Aralar escrita por Ignacio Baleztena Ascárate en torno a 1913 por lo que informa en esta "iruñería"
En tiempos antiguos la imagen del Santo Adcángel (sic) visitaba
oficialmente a la Diputación del Reino, que le entregaba por mano de su presidente,
una onza de oro. Esta costumbre desapareció y al cabo de muchos años fue
restaurada en 1925, con la diferencia de entregar en lugar de la onza un
billete de 100 pesetas.[8]
El acto de la restauración quedó perpetuado en una poesía que escribió
un poeta chispeante que ocultaba su nombre bajo el seudónimo de “El Almadiero”[9]:
En la ciudad de Pamplona
y en el día veintidós
de abril de 1925 del Señor,
El Arcángel San Miguel, de Navarra protector,
de aqueste su amable su amante pueblo
su morada visitó.
E rindieron pleitesía
por el Reino, a su tutor,
cual fidalgos que hoy forman
su ilustre corporación:
presidente Gabriel Erro;
Secretario Luis Oroz;
Don Eneco[10] y
don Francisco[11]
e de Goizueta[12] el
señor;
e ministros e auxiliares
de aquesta Corporación,
con maceros e Rey de Armas
(de que Ilarregui oficio) e damas, e caballeros
de Navarra Prez y flor
que al homenaje acudieron
para facerle más honor.
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De la marcha de este Reino
al acompañado son,
ascendió la comitiva en piadosa procesión:
y oyeron la Santa Misa
y oyeron la Santa Misa.(sic)
que a nuestra Madre de Ujué
Carlos segundo ofrendió.[13]
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Siguen varias cuartetas más terminando con estas:
Una fiesta a San Miguel
es fiesta del corazón
¡del corazón de Navarra,
ilustre Diputación!
Vos se lo entregáis a Él
como Ella a vos lo entregó,
porque conservéis su Alma
y los Fueros que heredó.
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En este vídeo puedes ver un resumen de cómo era este acto hasta que en 2022 el ejecutivo Chivite decidiera suspenderlo. Ya no lo puedes disfrutar. Acto censurado
El amado “Angelico” en la fría mañana del sábado entre lluvias y ventiscas
abandonó la capital de su Reino de Navarra. Durante su estancia en ella, visitó
enfermos, colegios, centros oficiales, repartiendo por todas partes las
bendiciones y gracias que trae del cielo.
Hasta Miluce le acompañan los más fieles, y allí, en el histórico
puente, le adoran por última vez mientras cantan las populares letrillas:
Agur Miguel aingueru
Aguitar aundía
izan beti trunuba
Aralar Mendía.
TIBURCIO DE OKABIO[14]
Esperamos que te haya resultado
interesante esta “iruñería” y en la próxima entrada veremos si terminamos con
el 125 aniversario o con lo de Cabalgata que quedó pendiente. Y va siendo hora
de finalizar con su biografía si Dios quiere… aunque queda tanto por contar.
[1] Es el
propio Ignacio Baleztena el que escribía las siguientes aleluyas y las
convertía en canción como solía hacer, acoplándolas a música popular ya
existente. En este caso a la música de las famosas letrillas que se cantan a
San Miguel de Aralar similar al “Ave, ave, ave María”
[2] Pamplonicas
o pamploneses
[3] Beso
[4] San
Fermín
[5] ¿Cómo
estás Mihel?
[6]
Sacerdotes
[7] Muy bien
venido
[8] Fue precisamente
el que escribió ésta “iruñería”, Ignacio Baleztena Ascárate, quien impulso la
restauración de esta costumbre en 1925. Entonces era diputado foral
[9] Jesús
Aranzadi, abogado, catedrático, poeta y periodista, director de. La Voz de
Navarra, periódico nacionalista
[10] D.
Ignacio Baleztena Ascárate
[11] D.
Francisco Usechi
[12] D.
Wenceslao Goizueta
[13] Aquí hay
un error de imprenta respecto al original que conservaba Ignacio Baleztena en
sus archivos. “…Y tras de la Santa Misa dó el cáliz
reverberó, que a nuestra Madre de Uxue, Carlos ll ofrendó…"
[14]
Pseudónimo de Ignacio Baleztena Ascárate