Premín de Iruña

IGNACIO BALEZTENA ASCÁRATE "PREMÍN DE IRUÑA" (PAMPLONA 1887-1972): SU PERSONA, SU VIDA Y SU OBRA

jueves, 17 de julio de 2025

El origen del "uno de enero" por Ignacio Baleztena en 1916

 

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                Querido lector, veíamos en la anterior entrada como el aitacho comenzaba a relatar cómo él fue el autor del uno de enero y cuándo lo hizo, pero se quedó a medias de desentrañar el misterio. La intensidad de las fiestas de San Fermín nos ha impedido continuar la historia, así que ya medio repuestos de las mismas os recomendamos que leáis primero esa entrada anterior pinchando aquí y a continuéis con la siguiente iruñería:

 


¿QUIÉN COPIÓ A QUIÉN?[1]

 

                EL día 1 de enero de 1916, a las 11 de la mañana, entraron en karrlkadantza, en la Sala de Sesiones de nuestra Municipalidad, el Excmo. Sr. Gobernador Marqués de Palmerola, el nuevo alcalde Sr. Negrillos, y los neófitos concejales; dispuestos todos a labrar la felicidad y el progreso de la antigua Iruña vascónica, romana Pompeyópolis y M.N. ML. Y M.H. Ciudad de Pamplona de los tiempos actuales. Aquella entrada solemne trajo a mi enfermiza mente el recuerdo de la Danza Macabra del medioevo, aunque la simpática figura del Marqués de Palmerola, conductor de La ringla edilicia, en nada se asemejaba a la pálida Parca. El gobernador dio la alternativa al Sr. Negrillos con frases elocuentes y afectivas, y don Manuel, vara en mano, dio las gracias y soltó un bonito y sentido peroreo en el que entre otras cosas dijo que estaba dispuesto a no cejar hasta ver por tierra el pétreo cinturón que oprimía a Pamplona, impidiéndole respirar y expansionarse para convertirse en populosa urbe. Añadió que sería alcalde para todos los pamploneses y que aquella vara (y la levantó en alto) mediría, ampararía y haría justicia por igual a todos los pamploneses sin miras políticas

Le aplaudirnos calurosamente en el salón; y fuera de él, le dimos amigables enhorabuenas, zartakos y bizkarrekos en los omóplatos con la mano izquierda, mientras que estrechábamos efusivamente su derecha con la nuestra correspondiente... y se acabó la función.

Así inauguró su labor edilicia el nuevo Ayuntamiento. jQue largas, qué aburridas, que ininteresantes eran la mayoría de aquellas sesiones!

Eran públicas, y acudían a ellas, en plan fiscalizador, unos cuantos desarrapados, pero sólo en invierno; cuando la estufa les ofrecía el gratuito bienestar de sus calorías. Los había que llevaban castañas para asarlas en la rusiente chapa. Lo que pudiera tratarse en verano, no interesaba ya a aquellos conscientes ciudadanos.

Cuando se ventilaba algún asunto de carácter populachero, no faltaban ediles, que para arrancar aplausos a los amaateurs del chubesqui, y leer al día siguiente en la prensa sus peroratas, largaban ampulosos discursos dignos del más amplio escenario y selecto público

Si había o no que adoquinar una calle o cubrirla de asfalto; si en tal o cual paseo sería mejor plantar acacias que castaños de las Indias; si deberían o no llevar bozal los perros; si. . . ¡En fin! Que las sesiones se hacían interminables.

¡Y no digamos nada cuando se trataba de algún nombramiento! Entonces la política salía a relucir, y vientos de fronda soplaban enardeciendo los ánimos edilicios. Los conscientes de la estufa, se permitían a veces intervenir con aplausos o dicterios hasta que el presidente desalojaba la tribuna pública mandando a sus ocupantes a tomar el aire fresco de la calle. Este era el peor castigo. Se oían entonces protestas de —Esto es peor que la inquisición, ¡viva la libertad!...

En una de estas pesadísimas sesiones, en la que se ventilaba la cuestión batallona de las sociedades de baile, se me fue la imaginaclón hacia las próximas fiestas de San Fermín y empecé a pensar en el paseíllo concejil de la calle Mayor del día 6 de julio. —Qué tal le sentará el frac y el tubo a Erayalar. Cómo saludará a chisterazo limpio Perico Izquierdo. Que andares gastará Oteiza. Menudos guantes llevará Giménez; lo mejor de su tienda...

Y dando vueltas a tan transcendental problema, mi musa juguetona y un si no es chabacana, me fue soplando unas coplejas dedicadas a cada uno de mis compañeros.

Pondré como ejemplo la mía; y por ella podrán deducir cómo se rían las demás.

Marchará Ignacio

grave y despacio

haciendo esfuerzos

para ir formal;

muy contristado

pues le han jibado

con el sufragio

universal.

Yo, como buen vasco, soy incapaz de improvisar la más triste aleluya sin acomodarla a alguna cancioncilla o aire popular. Así es que, instintivamente mientras «mi acerada péñola emborronaba níveas cuartillas», iba tarareando Una biribilketa popularísima y cantadísima desde la costas vizcaínas hasta nuestras montañas navarras. ¡Cuántas veces se la oí cantar a mi buena bisabuela Francisca Apezteguía, natural de Aranaz, cuando me zarandeaba como un curriño[2], y yo a su compás agitaba mis bracicos dando alegres gritos y carcajadicas.

Esta música y canción, conocidísima, repito, en toda la tierra vascongada, la he oído cantar a gentes de Guipúzcoa, Vizcaya y de Navarra, desde Ergoyena basta más allá del Baztán y todos aseguran haberla oído cantar a sus padres y abuelos. Su letra, no hay dos que la canten de la misma manera, aunque todos coinciden con pequeñas variaciones en lo principal, viene a ser:

Artola toki

Artola toki.

(Algunos dicen Artola teuko).

Artola toki _ famia

Berea dubela, berea dubela.

(También se canta berekin dagola)

Bizkaiatako gendea

(o también —mundu guztlko gendea).

¿Habrá uno siquiera en nuestras montañas que la desconozca?

—He preguntado a muchos viejos euskaldunas, y todos, repito, al oír los primeros compases le han continuado, asegurando haberla oído cantar desde muy niños.

¿Es original de nuestra tierra, o venida a ella de tierras norteñas’, escandinavas, como otras traídas por los pescadores y marinos vascos, y aclimatados luego en el país? No lo sé. Doctores tiene el arte de la batuta que os sabrán responder.

¿Recuerdan ustedes, amables lectores, cómo en el festival folklórico internacional, celebrado hace unos años, al Interpretar el grupo suizo aires de su país al son de unos monumentales piporros, todo el público les coreó pues la melodía interpretada era exactamente igual al “Agur Jaunak”.

¿Esa música la trajeron de allá los muchísimos suizos que venían a servir a España, o la aprendían aquí y luego se la llevaron a su tierra? ¿Ocurrirá algo parecido con la biribilketa del Artola toki? Vaya usted a saber.

El hecho es que en estas tierras de tiempo inmemorial se ha cantado con letra vasca y jaleado con balanzikus completamente menditarras.

Sigamos con la historia de mis coplejas.

Aquella noche leí y canté mi elucubración en la peña del Kutz[3]. Fue celebrada, coreada y alborotada con protestas de las gentes no bullangueras que jugaban al dominó. Todas las noches se repetía la función y poco a poco fue corriendo por Pamplona, y cuando llegó a San Fermín la sabía y cantaba todo el mundo.

Pomporrompompompon

vámonos todos sin dilación

pomporrompompompon,

a ver pasar la Corporación.

------------

Lo concejales

con los timbales

y los ministros del clarín.

Van postineros

y sandungueros

el día seis a San Fermín.

Y seguían las coplas descriptivas del andar y contonearse de todos y cada uno de los ediles.

Los concejales cesaron en sus cargos y olvidados por el público, así como sus coplas. Pero la música quedó con una letra que continúa y no pasa de moda: es decir, con la de «uno de enero, dos de febrero, etc.” De modo que, a los virtuosos del folklore, les podemos decir, que, aquí en Pamplona el popularísimo aire vasco del Artolatoki fue el progenitor del «uno de enero, dos de febrero...». que se popularizó y tomó carta de naturaleza durante los Sanfermines del 1936 (error de imprenta, se refiere a 1916[4],), y que fue concebido durante una interminable sesión municipal, en la que los ediles de derecha e izquierda, jaleados por el público de la estufa, debatían calurosamente, sobre si el impuesto a las sociedades de baile había de ser restrictivo, prohibitivo, o nulo.

P.D. He recibido cartas de M.M.S. de Tudela, y de M.G. de Leiza, M. de Ergoyena y de C.A.G. de Mondragón interesándose por el problema folklórico en cuestión. Agradezco a todos y procuraré en otra ocasión, satisfacer su curiosidad.

OKABIO[5]

Y esta ni más ni menos es la historia del origen de la canción más universalmente conocida de los sanfermines, el “uno de enero” en 1916. Su autor fue el aitacho, Ignacio Baleztena Ascárate, que sobre la música de una biribilketa, durante una interminable sesión municipal siendo él concejal, escribió unas coplas descriptivas del andar y contonearse de todos y cada uno de los ediles durante la Marcha a Vísperas de San Fermín, uno de sus actos festivos más queridos y que pocos años antes lo había popularizado como otro de sus inventos: el riau riau.

Los concejales cesaron en sus cargos y olvidados por el público, así como sus coplas, quedando solo el estribillo con esa letra que continúa y no pasa de moda: es decir, con la de «uno de enero, dos de febrero, etc.”

Y con esto además queda en el aire otra duda que nos suelen preguntar ¿Qué fue antes, el uno de enero o la canción de Olentzero?. ¿Quién copio a quién?. Sería raro que Ignacio, experto folklorista, no conociera la letra del Olentzero en 1916 cuándo él escribió la letra del "uno de enero" con la música del aire vasco del "Artolatoki". Todo esto confirma que posiblemente la canción del Olentzero es posterior. En cualquier caso  como contestaría el aitacho "no lo sé. Doctores tiene el arte de la batuta que os sabrán responder."

Todo esto encaja también con lo escrito por Pachi Mendiburu (pinchar aquí) en cuanto a que la música "es la "N° 73 La farandole de Joyeuse, que Vincente D’Indy transcribe en su colección Chants du Vivarais", es decir, una canción popular que el aitacho conoció desde niño con la letra "Artola toki..." y que popularizó e hizo universal con la letra del "uno de enero". 

En resumen, como ya sabíamos Ignacio Baleztena con su ingenio desbordante ponía letra a músicas populares de la montaña, siendo así autor de algunas de las canciones sanfermineras más cantadas y conocidas. 

¿Te quedas con la duda de cómo era la letra completa del “uno de enero” del 1916?. Pues puedes leerla pinchando éste enlace que nos devuelve a 1916.



[1] Diario de Navarra 14 octubre 1962 p 3

[2] Marioneta

[3] Peña de los mutilzarras de Kutz. El Kutz era un café donde en aquella época solía juntarse Ignacio Baleztena Ascárate para sus tertulias y sobremesas.

[4] Errata de imprenta, como se desprende por el texto de las dos iruñerías se refiere a 1916

[5] Pseudónimo de Ignacio Baleztena Ascárate (Tiburcio de Okabio)

sábado, 5 de julio de 2025

El desconocido origen del "uno de enero" contado por su autor Ignacio Baleztena Ascárate

 

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Querido lector, hoy cinco de julio, a nada ya de entrar de pleno en las mecetas que Pamplona organiza en honor de San Fermín, os vamos a desvelar el misterioso origen de la famosísima canción del “uno de enero” con pelos y señales, y además contada por su mismo creador, el aitacho, Ignacio Baleztena Ascárate.

                Una de las dudas que nos suelen preguntar es si fue antes la conocida canción sanferminera escrita por mi padre u otra con igual música dedicada al Olentzero. ¿Quién copió a quién?. Una duda parecida inquietó las cabezas de los ovetenses de 1962, y gracias a ella vamos a conocer el origen del “Uno de enero” narrado por su autor, el aitacho, en una iruñería escrita el 7 de octubre de 1962[1]:

 



¿QUIÉN COPIO A QUIÉN?

 

Un amabilísimo señor, que di ce ser un «asiduo lector de Iruñerías”, me envía un recorte del periódico ovetense “La Nueva España”, del 22 de septiembre, con Una nota que dice: —“Solo usted, admirado don Tiburcio, puede, tengo seguridad de ello, sacarnos de la duda ¿quién copió a quién?” que formula “La Nueva España”.

Da la casualidad, carísimo y asiduo lector mío, que, dejando falsas modestias a un lado, soy el que más datos le puedo dar en Pamplona, sobre ese particular. Pero ante todo demos a conocer el asunto en cuestión.

En Oviedo, con motivo de sus últimas fiestas, se celebró en la Plaza de Toros el IV Festival Folklórlco Internacional. En él actuaron varios grupos franceses, y uno de ellos “Les Frontiéres de Savoie”, cantó y bailó una canción que dió lugar a este comentario de “La Nueva España”.

COINCIDENCIA

LOS FRANCESES CANTAN UNA CANCION ESPAÑOLA

Es exactamente igual a la pamplonica de UNO DE ENERO...

— oOo –

“Manfarine” es la denominación de uno de los bailes que presentó la agrupación folklórica “Lea Frontiéres”, de Savoie. Su música es exactamente lgual a una de los más populares can clones de San Fermín, al extremo de que, al escuchar sus compases, buena parte del público comenzó a tararear las conocidas estrofas.

Uno de enero

dos de febrero

tres de marzo

cuatro de abril… etc

Al final de la actuación de este grupo hablamos con el director del mismo y comentamos la exacta semejanza de la música de este baile con la de nuestra canción popular.

El nos dijo:

—Ya tenía referencias. Más de una vez en Saboya surgió este comentario. Lo que no sé decirle es, si el origen de la melodía es nuestro o de los pamplonicas. En nuestro folklore hace muchos años que existe esa música. Casi mejor le diría siglos. Sería curio so saber si la de los “sanfermi nes” es anterior o posterior. En el aire, pues, queda una interrogante ¿Quién copió a quién?-.

— oOo-

                Ese es el asunto, digno de ser trasladado a la UNO[2]. Para que se formen un taco más los que agotan la materia gris de sus cacúmenes pretendiendo descifrar crucigramas internacionales. Si esos señores tuvieran el acierto de Convocarme, les diría lo siguiente.

Pues señor...

Corría el año de gracia (que para mi no lo fué) de 1915. Me hallaba yo desempeñando en la vecina República un importantísimo cargo[3] del que (yo estaba firmemente persuadido de ello) dependía la paz y tranquilidad de España en la contienda europea, cuando Una mañana, al abrir el despache me vi sorprendido por un te1egrama que decía. —“Enhorabuena nuevo Concejal”. Al principio no caí en cuenta de lo que esto podía significar, pues engolfado en mis múltiples ocupaciones Internacionales, había por completo olvidado que en la Ciudad que vió nacer andaban todos a la greña por obra y gracia de las elecciones municipales. A mis correligionarios no les ocurrió mayor gracia que ponerme en una de las candidaturas[4], y dejando pelos y no poco pellejo en la gatera consiguieron sacarme a flote.

¡Maldita sea mi suerte! ¡Menuda jugada me hicieron!

Cuando descifré el significan telegráfico, solté Unos gruesos vocablos en patois, algunos en francés y muchos en castellano; pues maldita la gracia que me hacía gastar ml cacumen en ver la manera de arreglar las goteras de la calle de Pellejeria, ver el modo de que los mocés no jugasen a la capuchaca y a justicias y ladrones por las calles y plazas, tomar medidas contra los vecinos que tenían jaulas de grillos en sus balcones interrumpiendo la siesta de los ciudadanos y otros graves problemas que afligían a los sesudos espíritus de aquel entonces (los hay hoy día que se empeñan en resucitarlos).

Por fin la calma y comprensión se adueñaron de mi espíritu atribulado y me dije: —Hay que doblegarse ante la voluntad del pueblo soberano, que, en libre sufragio local (pues no llegó a universal) te ha llevado a las poltronas municipales para labrar desde ellas su felicidad, y trabajar porque Pamplona, sin perder su fisonomía propia y tradicional, se encamine rauda por la vía del progrese y prosperidad . La patria exige de ti un sacrificio; no dudes un momento. . . ¡lánzate al combate y muere, tu madre te vengará!

Ahora que al patriota del Dos de Mayo que inspiró estos versos conocidísimos y recitadísimos, le quedaba el consuelo de la venganza materna. Pero en mi caso resultaba, que mi buena madre estaba feliz y contenta pensando en lo que su hijo se luciría en la procesión del Corpus y vísperas de San Fermín atravesando las calles embutido en flamante traje y aureolado por reluciente chistera, vulgo canariera.

Así que, terminé como mejor pude los graves asuntos que me retenían en el extranjero, hice la maleta, y con ella, un bocadillo y un billete de tercera cogí el tiren del MIDI, que pitando y echan do chispas y humo espeso me condujo a la frontera donde unos bigotudos carabineros registraron mi maleta, y me llevaron a un cuartico donde me obligaron a ponerme en epidermis, pues habían recibido el Chivatazo de que un viajero de mi tren intentaba pasar de matute unos paquetes de opio

¡Mire usted que sospechar ni un momento que yo pudiera dar el opio al benemérito cuerpo de carabineros!

Deshecho el error, devueltas mis ropas y maleta, rehecho mi pudor ultrajado, y con un montón de excusas que me dieron al reconocer su error, cogí el tren de Pamplona, no sin antes detenerme en San Sebastián para encargar la más bella chistera confeccionada en casa de Ponsol. Ya antes, había hecho lo mismo en Bayona para encargar en chez Fourcade, un jolifrac. Seguramente los pamploneses actuales, a pesar del jumelaje habrán Olvidado a aquel benemérito monssieur directeur de la Belle Jardiniere, que anunciaba su comercio y sastrería con una monumental pancarta que rezaba

TOUT PAMPELUNE S’HABILLE a la BELLE JARDINIERE.

Desde que allí encargué indumentaria edilicia, añadió a su anuncio otro que decía:

FOURNISSEUS DES CONSELLERS MUNICIPAUX DE PAMPELUNE

Llegué por fin a Pamplona, donde como es natural, abracé emocionado a mis progenitores y hermanos, estreché multitud de manos de amigos que me daban la enhorabuena por mi elección y me preparé a cumplir con celo y meticulosidad mís deberes concejiles.

Pasó un día y otro día,

un día y otro pasó,

y al fin, el 1 de enero

¡Tipi-tapa llego!

¡Uno de enero de 1916! Fecha que debió ser grabada en bronces, esculpida en mármoles, estampada en papel couché, pues en dicho día, año y mes, tomó posesión de su cargo edilicio, quien en este momento tiene el grandísimo honor y satisfacción de ofrecerse a ustedes, suyo seguro servidor que osculiza manos y pies, según sea el sexo que ostenten sus lectores.

Me han llevado lo dactilares más lejos de lo que yo pensara, así es que, dejaremos para otro número la solución del enigma folklórico que me he propuesto resolver.

 TIBURCIO DE OKABIO[5]

 

                Al final te has quedado con la duda del origen del “Uno de enero”, ¿verdad?. Pues lo podrás descifrar en la próxima entrada si Dios quiere



[1] Diario de Navarra 7 octubre 1962, página tercera

[2] ONU

[3] Secretario del cónsul plenipotenciario de España en Pau, su tío Pablo Jaurrieta

[4] Candidatura Jaimista (carlista)

[5] Pseudónimo que utilizaba Ignacio Baleztena Ascárate

domingo, 11 de mayo de 2025

Centenario de la restauración de la visita de San Miguel de Aralar a la Diputación de Navarra (1925-2025). Continuación

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Querido lector, seguimos celebrando el centenario de la restauración de la visita de San Miguel deAralar a la Diputación, y lo haremos de la mano del aitacho, que fue el impulsor de la misma. Para ello aprovechamos una Iruñería que publicó en el Diario de Navarra el 19 de abril de 1953. En ésta vemos cómo era el recibimiento al Angelico en los años 50 del siglo XX y cómo comenzó la restauración de la visita a la Diputación en 1925. Lástima que el sectarismo del actual Gobierno de Navarra bajo la presidenta de María Chivite nos haya privado de lo que la Excma. Diputación dispuso hace 100 años, a instancia de mi padre Ignacio, y que describía “El Almadiero” en 1925 de esta manera:

“Una fiesta a San Miguel es fiesta del corazón ¡del corazón de Navarra, ilustre Diputación! Vos se lo entregáis a Él como Ella a vos lo entregó, porque conservéis su Alma y los Fueros que heredó.”

Pues con estos politiquillos actuales y sus fobias se acabó el conservar el corazón, alma, Fueros y todo lo que es de Navarra, nuestro viejo Reino, ya que pareciera que quieren dar la puntilla definitiva a lo que queda de él.




La Visita del “Angelico”

Una vez más el “Angelico” protector de Navarra, se ha dignado bajar de su Alcázar de Aralar para visitar a sus entusiastas devotos de la capital del viejo reino.

Siguiendo tradicional costumbre llovió, granizo, hizo un viento frío, heló… En fin, que el querido visitante se hizo acompañar de cuantas calamidades atmosféricas puede desear y soñar el más acérrimo enemigo de recibimientos apoteósicos. Y es que el popular “aingueru” quiere que los que salgan al portal para darle la bienvenida lo hagan por verdadera devoción y entusiasmo y no, como tantas veces ocurre, de que va Vicente a donde va la gente.

El ilustre historiador Navarro don Mariano Arigita, en su interesantísima “Historia de la Imagen y Santuario de San Miguel Excelsis”, describe todas las ceremonias de la llegada y estancia en Pamplona de la Santa imagen y el fin de su obra, entre los apéndices, inserta una “descripción poética de autor desconocido, que si  bien no es un modelo literario, expresa fielmente el entusiasmo qué despierta la entrada del Ángel “.

De esta composición poética publicaremos aquí uno de sus cantos, el segundo, que es el que describe el momento de la entrada y la tradicional ceremonia del beso:

“ La antigua atalaya

de morisca grey, hoy de San Lorenzo

de torre se ve:

en ella hay curiosos

que divisan bien

bajar desde Orcoyen

al Ángel Miguel;

festivas campanas

por primera vez,

 lo anuncian gozosas

y el pueblo también

de la Taconera

corre hacia el anden:

la turba repite,

-¡Ya llega corred…!

Y a su portal marcha

alegre en tropel;

la Misericordia,

del pobre sostén,

lo espera gozosa

dando el parabien;

ya el efecto, un Ángel

le envía a la vez,

y al verle, se acerca,

avanza Miguel,

de paz danse un ósculo.

y se oye después

un ¡hurra! de gloria

de la turba fiel.

El anónimo autor de esta composición debió aprender el bélico ¡hurra! leyendo a Espronceda -¡hurra cosacos del desierto, hurra!-, pues no creemos que esta exclamación haya llegado nunca a ser del dominio popular en Pamplona. En los comienzos del football había pollos bien que se desgañitaban gritando en los partidos: ¡Hip, hip, hurra! creyendo adquirir con ello un tono chic deportivo londinense que los hacía irresistibles. Hoy ya nadie lanza hurras pues esa exclamación británica ha pasado de moda en el griterío deportivo, siendo sustituido por un ¡rri, rri, rri, rra, rra, rra!, ¡Alabis, alabis, alabás, alabás! ¡Bomba! y otras no menos incoherentes e inarmónicas


Recibimiento a San Miguel de Aralar en Pamplona 2025

Hace sus 40 años un pollo que en aquel entonces bullía, o cuando menos el así se lo figuraba, escribió unas aleluyas, de valor literario bastante inferior al de la composición susodicha, qué adaptadas a la música de una vieja canción de nuestras montañas, llego a adquirir una mediana popularidad[1]. La moderna generación las desconoce por completo, y si no veamos a ver si hay alguno que las recuerda.

Decían así:

“ El Arcángel San Miguel

se viene de Aralar,

igual que en otros años

 Iruña a visitar.

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San Gabriel, de la Meca,

a errrecibirle va.

Todos los irunshemes[2]

seguir le hacen detrás.

--------

 

Tipi, tapa, San Miguel

S´e entra por el portal

y al aingeru del Meca

mushutako[3] le da.

-------

Delante San Lorenzo

parar se suele hacer

y San Premin[4] le grita

-¡Nola zaude Mihél![5]

--------

y todos los apezas[6]

se empiezan a cantar,

y en latines le dicen:

-¡oso ongui etorriá![7]

-------

Y así continuaban las aleluyas haciendo comentarios sobre Ceferino,  los señores que iban alumbrando la Imagen, quiénes eran los que apagaban, por economía, las velas antes de terminar el Responso del Bosquecillo, etcétera, etcétera.





Canción a San Miguel de Aralar escrita por Ignacio Baleztena Ascárate en torno a 1913 por lo que informa en esta "iruñería"

En tiempos antiguos la imagen del Santo Adcángel (sic) visitaba oficialmente a la Diputación del Reino, que le entregaba por mano de su presidente, una onza de oro. Esta costumbre desapareció y al cabo de muchos años fue restaurada en 1925, con la diferencia de entregar en lugar de la onza un billete de 100 pesetas.[8]

El acto de la restauración quedó perpetuado en una poesía que escribió un poeta chispeante que ocultaba su nombre bajo el seudónimo de “El Almadiero”[9]:

En la ciudad de Pamplona

y en el día veintidós

de abril de 1925 del Señor,

El Arcángel San Miguel, de Navarra protector,

de aqueste su amable su amante pueblo

su morada visitó.

E rindieron pleitesía

por el Reino, a su tutor,

cual fidalgos que hoy forman

su ilustre corporación:

presidente Gabriel Erro;

Secretario Luis Oroz;

Don Eneco[10] y don Francisco[11]

e de Goizueta[12] el señor;

e ministros e auxiliares

de aquesta Corporación,

con maceros e Rey de Armas

(de que Ilarregui oficio) e damas, e caballeros

de Navarra Prez  y flor

que al homenaje acudieron

para facerle más honor.

--------

 

De la marcha de este Reino

al acompañado son,

ascendió la comitiva en piadosa procesión:

y oyeron la Santa Misa

y oyeron la Santa Misa.(sic)

 que a nuestra Madre de Ujué

Carlos segundo ofrendió.[13]

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Siguen varias cuartetas más terminando con estas:

Una fiesta a San Miguel

es fiesta del corazón

¡del corazón de Navarra,

ilustre Diputación!

Vos se lo entregáis a Él

como Ella a vos lo entregó,

porque conservéis su Alma

y los Fueros que heredó.

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En este vídeo puedes ver un resumen de cómo era este acto hasta que en 2022 el ejecutivo Chivite decidiera suspenderlo. Ya no lo puedes disfrutar. Acto censurado

El amado “Angelico” en la fría mañana del sábado entre lluvias y ventiscas abandonó la capital de su Reino de Navarra. Durante su estancia en ella, visitó enfermos, colegios, centros oficiales, repartiendo por todas partes las bendiciones y gracias que trae del cielo.

Hasta Miluce le acompañan los más fieles, y allí, en el histórico puente, le adoran por última vez mientras cantan las populares letrillas:

Agur Miguel aingueru

Aguitar aundía

izan beti trunuba

Aralar Mendía.

TIBURCIO DE OKABIO[14]



Esperamos que te haya resultado interesante esta “iruñería” y en la próxima entrada veremos si terminamos con el 125 aniversario o con lo de Cabalgata que quedó pendiente. Y va siendo hora de finalizar con su biografía si Dios quiere… aunque queda tanto por contar.

 



[1] Es el propio Ignacio Baleztena el que escribía las siguientes aleluyas y las convertía en canción como solía hacer, acoplándolas a música popular ya existente. En este caso a la música de las famosas letrillas que se cantan a San Miguel de Aralar similar al “Ave, ave, ave María”

[2] Pamplonicas o pamploneses

[3] Beso

[4] San Fermín

[5] ¿Cómo estás Mihel?

[6] Sacerdotes

[7] Muy bien venido

[8] Fue precisamente el que escribió ésta “iruñería”, Ignacio Baleztena Ascárate, quien impulso la restauración de esta costumbre en 1925. Entonces era diputado foral

[9] Jesús Aranzadi, abogado, catedrático, poeta y periodista, director de. La Voz de Navarra, periódico nacionalista

[10] D. Ignacio Baleztena Ascárate

[11] D. Francisco Usechi

[12] D. Wenceslao Goizueta

[13] Aquí hay un error de imprenta respecto al original que conservaba Ignacio Baleztena en sus archivos. “…Y tras de la Santa Misa dó el cáliz reverberó, que a nuestra Madre de Uxue, Carlos ll ofrendó…"

[14] Pseudónimo de Ignacio Baleztena Ascárate

sábado, 3 de mayo de 2025

Centenario de la recepción de San Miguel de Aralar en la Diputación. Actualmente censurada por el ejecutivo Chivite

 

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Querido lector, nuestro “angélico” de Aralar al que tanta devoción tenía el aitacho ya ha llegado esta semana en Pamplona como cada año por Pascua. Es más el pasado 22 de abril de este año se hubiera celebrado el centenario de la reinstauración de la secular tradición de la visita del ángel al Palacio de la entonces Excma. Diputación de Navarra si no hubiera sido censurada, o como se dice ahora cancelada, por el ejecutivo Chivite y compañía.

Según nos recordaba el Diario de Navarra del pasado 23 de abril (1) en “1925 El Ángel de Aralar volvió a visitar el Palacio de Navarra. Este año se restableció una antigua costumbre que había caído en desuso y que volvía a su histórica tradición tras el acuerdo que hacía unos meses, a petición del diputado Ignacio Baleztena, tomó la Diputación Foral de que se volviera a recibir en el palacio de Navarra al Ángel de Aralar...”

Y así es, el pasado 22 de abril de este 2025 se hubiera celebrado el centenario de la reinstauración de la secular tradición de la visita del ángel al Palacio de la entonces Excma. Diputación de Navarra si no hubiera sido censurada, o como se dice ahora “cancelada”, por el Ejecutivo Chivite y compañía.

Efectivamente, fue mi padre, Ignacio Baleztena Ascárate, Premín de Iruña, quien promovió y organizó la reinstauración de dicha visita. El 22 de abril de 1925 estaban unidos en la recepción los liberales, los conservadores, los carlistas y los nacionalistas. Cierto es que las y los socialistas y comunistas eran pocos en Navarra entonces.

Hasta 2019 era una celebración que combinaba lo popular, lo institucional y lo religioso sin problemas. Una continuación de las tradiciones, costumbres y devociones del viejo Reino de Navarra del que tanto nos enorgullecemos y una excepcional muestra de integración a la que libremente podía acudir el que quisiera, ya por devoción, ya por sentimiento, ya por curiosidad, ya por escuchar a la Capilla de Música de la Catedral en el Salón del Trono, ya por asistir a la Santa Misa en la preciosa capilla del Palacio, ya por seguir los pasos de sus antepasados, ya por todo ello o simplemente no acudir si no se conectaba con nada de esto. Esto era así hasta que, en 2020, en una sociedad supuestamente mucho más libre y avanzada las y los grandes promujeres y prohombres del Ejecutivo Chivite hicieron a San Miguel de Aralar víctima de la cultura de la cancelación, antes llamada censura. Actualizando una frase que se atribuye a Voltaire parecería que esgrimieron otra similar: “el libre pensamiento proclamo a viva voz, pero cancelo a todo aquel que no piense igual que yo”. “¡Viva la libertad!”, rompiendo  así con las ideas y tradiciones de generaciones de navarros, entre ellos es posible muchos padres y abuelos de las y los “anti-angelico” (si tienen ascendientes de esta tierra).

Ese año de 2020 el Gobierno de Navarra decidió romper con la Navarra de nuestros antepasados pretendiendo, quizá, ilusamente, hacer un feo a San Miguel de Aralar produciendo risa y sonrojo porque no ofende el que quiere, sino el que puede. El “aingeru” de nuestras cumbres está muy por encima de todo este politiqueo, pero a quien sí han vetado Chivite y sus socios ha sido a los navarros que libremente quisieran acceder al que se supone que es el Palacio de todos, para participar de una de las celebraciones más bonitas que tenían lugar allí solo un día al  año. Parece que hay que ser inclusivo, multicultural, igualitario, no discriminativo y tolerante con todos menos con los cristianos. La separación de la Iglesia y el Estado no significa que se deban romper relaciones cordiales y normalizadas. Hasta 2019, con el ejecutivo Barkos, acudían con normalidad vecinos y representantes creyentes o no creyentes, libremente. En fin que, no podemos celebrar el centenario de la reinstauración de la secular tradición del Reino de Navarra de recibir en las instituciones a San Miguel de Aralar. Quizá a María Chivite nuestro “aingeru” no le dice demasiado, pero lo que ha demostrado es una total incapacidad de actualizar presente y pasado y nos ha fastidiado el acto y el centenario. Como decimos los devotos de San Miguel “Nor Jaungoikoa bezala?. Iñor ez Jaungoikoa bezala!”. Coja el traductor de Google si lo necesita, Sra. Presidenta.

Aparte de historietas politiqueras de nuestros y nuestras gobernantes y gobernantas, que así se desviven con nuestros dineros por las auténticas necesidades actuales del pueblo, la Pascua en Pamplona se relaciona con la llegada de San Miguel, que hace una peregrinación inversa: en vez de ir nosotros a su santuario, viene él a nuestros pueblos. En Pamplona fue recibido por los txistularis, los “apezas”, el angelico de la Meca, y cantidad de navarros políticamente incorrectos.

Pero vayamos al tema de cómo mi padre Ignacio, siendo diputado foral consiguió que se restableciera la secular costumbre de la visita de la imagen del "Angelico" de Aralar al Palacio de la Diputación. Fue aprobada por acuerdo en 1925, y en él se establece el programa para su recepción mediante el protocolo elaborado por el propio Baleztena y que figura en el libro de actas:

        

            "Verificará la visita al Palacio Provincial la venerada imagen del Santo Patrono de Navarra, reanudándose la vieja y cristianísima costumbre que nunca debió interrumpirse.

            Si el tiempo lo permite, el Ángel será trasladado procesionalmente desde la Catedral al Palacio de la Excma. Diputación, y si lloviera, ésta enviará un coche para el traslado. A las once se hará la visita.

            S.E. ha hecho un digno preparativo en la Casa: la Corporación se prepara con entusiasmo y gusto para la fiesta.

            En la escalera principal se han colocado gran número de macetas, y en las galerías la estupenda y valiosa colección de tapices, propiedad de S.E., que, a una con las banderas históricas que con sumo cuidado se conservan en el Palacio Provincial, adornan las paredes.

 

     Programa:

 

            A las 11, la Excma. Diputación en Corporación, acompañada de sus maceros, esperará en el vestíbulo del Palacio la llegada del Ángel. Todos los empleados de la Casa se hallarán en aquel lugar con velas. Procesión por la escalera principal y las galerías a la Capilla. Se celebrará una misa y se adorará la imagen por los diputados, personal de la Casa y los invitados de los diputados.

             S.E. lo ha organizado como corresponde a la primera Corporación de Navarra que tanto ama a su Angel tutelar.

Finalmente según la prensa de la época[2],[3],[4] el recibimiento fue hecho por la Corporación, formada por los Sres. Erro, Baleztena, Usechi y Goizueta, y con toda la ostentación oficial de maceros y rey de armas, llevando éste la tabarda y medallón usado por los reyes de armas de Navarra desde el siglo XVI, a los acordes de la Marcha del Reino, interpretada por la Capilla de Música de la Catedral.

El Ángel de Aralar es trasladado procesionalmente, con toda pompa y solemnidad, a la capilla del Palacio Foral (Foto Zaragüeta)
            

La misa fue celebrada por el presbítero don Juan Adot, que desempeñaba las funciones del capellán Sr. Villanueva. Usó el cáliz que regaló Carlos II a Santa María de Ujué.

            Los Sres. Diputados fueron felicitadísimos por la reanudación de este acto tan piadoso y edificante, especialmente don Ignacio Baleztena, que fue el iniciador de la idea y quien se encargó personalmente de los preparativos del acto.

Foto Diario de Navarra 23-4-1925



Foto Diario de Navarra 23-4-1925

 

Pues bien, este mismo acto, especialmente emotivo para muchos navarros, es el que se ha desarrollado hasta 2019 con leves modificaciones como podéis ver en este vídeo que ha elaborado mi hijo Joaquín que coescribe este blog. 

 


Este es el acto que el gobierno de Chivite te ha impedido disfrutar en tu Palacio, seas creyente o no.

 Y para entretenerte aquí están otros vídeos de cómo es la recepción en el Ayuntamiento en 2023. Gracias a Dios y al sentido común aun se mantiene, pese a ser actualmente los mismos partidos de gobierno en uno y otro sitio actualmente.



Y para bordarlo, ¿Qué decían los protagonistas de la recepción del Ayuntamiento a San Miguel de Aralar en 2023, incluidos los políticos de distintos partidos?. "Dentro vídeo".


En fin, querido lector, en próximas entradas seguiremos con el blog refiriéndonos a la visita de San Miguel de Aralar a Pamplona vista directamente por el aitacho, si Dios quiere y el gobierno nos deja.

 



[1] Diario de Navarra 23-4-2025

[2] La Voz de Navarra 23-4-1925

[3] Diario de Navarra 23-4-1925

[4] El Pensamiento Navarro 23-4-1925