Premín de Iruña

IGNACIO BALEZTENA ASCÁRATE "PREMÍN DE IRUÑA" (PAMPLONA 1887-1972): SU PERSONA, SU VIDA Y SU OBRA

martes, 28 de febrero de 2023

Defendiendo los Fueros de nuevo. Boletín "El Fuerista". Chivatazo de Judas y persecución a los carlistas.

 

Dejábamos al aitacho en las tertulias de la Peña Pregón de los años 50, que cada vez eran más numerosas (pinchar aquí).

Pues bien, en esos años había que volver de nuevo a defender los Fueros de Navarra frente a los intentos del Gobernador Civil, el falangista Valero Bermejo, de reducirlos a su mínima expresión.

Se intensificó la propaganda carlista clandestina con octavillas, hojas y la publicación de “El Fuerista” subtitulado “Órgano Antiborreguil”. El primer ejemplar salió en enero de 1954 y el último en agosto. En este boletín clandestino escribía entre otros mi primo José Jaurrieta Baleztena “Cote” y especialmente José Ángel Zubiaur Alegre y más: Hermenegildo Barbarin y Cipriano Lezáun… Su estilo era combativo y jocoso[1].

Para conocer bien la historia de este boletín te recomiendo que pinches aquí, en el blog deJosé Ángel Zubiaur Carreño.



En ese 1954 un tertuliano “pregonero”, que nunca supimos quién fue, actuó como Judas y delató a mi padre Ignacio Baleztena y su familia (hijos y sobrinos) afirmando que estaban detrás de estas actividades, y naturalmente era verdad. Esto produjo que el “aitacho”, para evitar su detención, tuviera que esconderse rapidamente en una pensión de la Calle Dormitalería, a espera de que amainara el temporal. Solo la Mamita Carmen Abarrategui – mi madre- mi hermano Cruz Mª Baleztena y mi primo Coté (José Jaurrieta Baleztena) sabían su paradero.

Mientras tanto los interrogatorios y detenciones a carlistas se intensificaron y como cuenta la tía Lola (Dolores Baleztena Ascárate) en sus memorias:

 “Con motivo de cierta efervescencia de carácter foral, mis sobrinos se vieron bastante comprometidos, acusados de haber escrito y lanzado hojas subversivas. Una brigada de investigación se movilizó desde Madrid para dar con los principales culpables, señalando especialmente a mi sobrino José, - José Jaurrieta Baleztena-  que había sido detenido otras veces por motivos políticos con otros amigos suyos. Esperando vinieran a buscarlo, pasábamos los grandes apuros y deseábamos se fuera a Madrid para continuar sus estudios alejado del peligro. Llegó por fin la fecha deseada y tuve el descanso de llevarlo a Tolosa, para que allí tomara el Rápido. En Tolosa nos encontramos con su hermano – Ignacio Jaurrieta Baleztena-, que sabedor de la marcha de José, venía a decirle que en Pamplona un amigo suyo había sido ya detenido y a él le andaban buscando.

Cuando después de despedirlos volvíamos a Leiza, relativamente tranquilas, a unos dos kilómetros del pueblo, vimos a Carmen Urquijo, cuyo marido iba con José. ¿Qué hacía allí tan de noche y tan sola?. Venía a advertirnos que la policía había estado en casa en busca de José y que al no encontrarlo, desde el teléfono de la Guardia Civil, dieron orden de que lo detuvieran en Vitoria. Esto lo oyeron unas chicas amigas a quienes divertía jugar a conspiradoras; escondidas detrás del cuartel pudieron oir la conferencia.

¿Qué haríamos?. ¿Volver a Tolosa para advertírselo?. No llegaríamos a tiempo. ¿Hablar por teléfono desde Leiza?. Imposible, pues seguramente el nuestro estaría intervenido. Entonces se nos ocurrió dar marcha atrás y utilizar el teléfono de la caseta de Urto, ya en Guipúzcoa, y que no estaría controlado. Salvada rápidamente la distancia de dos kilómetros, enseguida pudimos ponernos al habla con una joven amiga de Tolosa a la cual dijimos:

- Escucha bien lo que vamos a encargarte. Vete a la Estación a la hora del Rápido de Madrid que muy pronto llegará. Allí, o en el camino, verás a José, a quien ya conoces, y le dirás esto: “La policía ha estado en Leiza para prenderte y piensa detenerte en Vitoria. Obra con prudencia”. Nada más. Adiós y gracias.

            El aviso fue oportunísimo, pues como era de suponer, tanto él como su compañero llevaban por libros y bolsillos y maletas cantidad de papeles subversivos y comprometedores.

            Fueron detenidos en Vitoria y llevados a la cárcel de Pamplona. Allí fuimos a verles llevando medio oculto a otro a quien también andaban buscando. El auto conocía bien el camino; lo recorrió en tiempo de la república cuando íbamos a visitar a nuestros correligionarios, autores de gallardas rebeldías; después de la guerra, por motivo de las presas rojas; durante la contienda mundial, a los huidos de los diferentes campos beligerantes; y últimamente, para ver entre rejas a quienes, habiendo perdido dos hermanos requetés, eran presos por sostener los ideales por los cuales ellos dieron sus vidas.”

            Para saber más sobre todo este asunto y la represión contra los carlistas te recomiendo esta entrada del blog de José Ángel Zubiaur Carreño

            Mi infancia y juventud la recuerdo entre panfletos, pintadas y actividades clandestinas en las que participabamos mi padre Ignacio Baleztena sus hijos y sobrinos. A mí me detuvieron y fui llevado a Comisaría donde, tras tomarme declaración, fui puesto en libertad.

Javier Baleztena Abarrategui (yo mismo) fui llevado detenido por la Policía Armada a Comisaría

            E hilando las actividades de oposición a Franco del aitacho y la familia Baleztena la próxima entrada será de nuevo para aclarar la verdad a los incultos o malvados que periódicamente vuelven a la carga con calumnias especialmente contra mi padre y mi tío Joaquín, si Dios quiere.



[1] Enciclopedia Navarra

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