Querido
lector, acabadas las fiestas de San Fermín de Aldapa, que tanto disfruto el
aitacho en sus comienzos y ahora sus biznietos, volvemos atrás y seguimos con su biografía de
los años 40 y 50.
Desilusionados
los carlistas por los derroteros que tomaba la política y el desagradecimiento
tan grande hacia su gran apoyo en la guerra, pues se veía claramente que
querían borrar de la memoria al carlismo, éste se puso claramente en la
oposición al franquismo. Y aquí el aitacho tuvo su participación activa.
Gran
admirador de la juventud, se rodeó de un activo grupo, la A.E.T. (Asociación de
Estudiantes Tradicionalistas) a los que apoyaba, en lo que podía, con sus
escritos, octavillas, panfletos, etc.
Nadie se
quiere acordar que, aquí en Navarra, en los años 40 y 50 la única oposición al
Gobierno era el carlismo. Es más más
aún, siempre nos decían: ¿qué pasa? Queréis volver otra vez a lo anterior.
Los años 40 y, sobre todo, los 50, fueron de
gran actividad clandestina: reparto de propaganda, organización de Montejurra,
elecciones municipales, vigilancia ante posibles contrafueros, pintadas…etc.
Cuántas
veces, recuerdo yo estar reunidos en tertulia de las que la familia eran muy
aficionados, donde se hablaba de todo: recuerdos vividos no de los que: me han contado…, por eso lo ocurrido lo
teníamos siempre fresco y muy auténtico, y retirarse discretamente mi padre con
algún sobrino, hijo, amigo de estos a otra habitación… y todos, como si no nos
diéramos cuenta pensábamos: ya se va a organizar algo, y efectivamente, al día
siguiente o al otro aparecían unas hojas impresas en multicopista, o como diría
uno de Leiza:
- - Sí, estos sí, ya se andan en politiquerías y con
papeles, ya he visto, pues, debajo de la cama una “cupletista” y con ella, ya
escriben, sí, cosas.
Y
en la próxima entrada podrás leer el mayor desplante que se llevó Franco, en
Navarra desde luego, y posiblemente uno de los mayores de su Régimen.
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