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Querido
lector, aunque quedan muchas anécdotas que contar sobre el aitacho, el blog
tiene que seguir avanzando hacia el final porque si no los lectores nos “reñís”.
Esos acontecidos los iremos completando más tarde, ya que si ahora volvemos
atrás también nos “reñís” por desordenados, así que adelante con los faroles.
Pasado el
verano de 1968, tras el otoño, cuando va decayendo el día y el chistu se oía desde
Casa Baleztena al atardecer en la Plaza del Castillo… y esto estaba escribiendo
yo cuando ha venido a mi cabeza D. Bernardino Tirapu, médico de la familia,
leizarra, pariente del aitacho y metido con él en una asociación no demasiado
conocida. Pues sigamos con el desorden.
Hay una
publicación de 1928 de la memoria de actividades de una sociedad fundada en 1925 y llamada “Esuskeraren
Adiskideak”, es decir “Amigos del Euskera”. En ese año de 1928 figura como
vicepresidente Bernardino Tirapu y como vocal mi padre Ignacio Baleztena. Ambos
parientes por la rama Muñagorri, euskalzales –que no abertzales- de orígenes
carlistas y leizarras,
amantes de las costumbres vasconavarras y los dos con sendas calles en Pamplona.
Pero hay cosas
que a los abertzales de hoy, tan grandes “defensores del euskera” que lo están
matando con su politización, les pueden “abrir las carnes”. Según el mencionado documento
dicha asociación:
“se crea en Navarra, con el nombre de <Amigos del Euskera> (Euskeraren
Adiskideak). Esta nueva sociedad se regirá con arreglo a las siguientes
BASES
PRIMERA: La sociedad tendrá un carácter exclusivamente cultural, pero
exento en absoluto de toda idea, tendencia y aun matiz políticos, máxime si son
opuestos a la unidad de España
SEGUNDA, Podrán formar parte de ella todos los navarros y quienes, no
siéndolo, se hallen avecinados en Navarra…
SÉPTIMA Será excluido todo el que en actos de la Sociedad hiciere
manifestaciones contrarias a la primera base”
Es decir, una
asociación navarra, de amigos del euskera y la cultura y deporte vasco (la
pelota), que no solo no era nacionalista, sino abierta precisamente a todos los
navarros de todas las ideologías, siempre y cuando no fueran opuestos a la
unidad de España. Esto se
entiende solo desde la defensa de lo vasconavarro frente al separatismo nacionalista
euzkadiano que pretendía mezclar lo vasco con su odio xenófobo hacia España. El
aitacho era muy navarro, muy vasco y muy español. Fue siempre de la idea de combatir
el nacionalismo intentando que no se apropiaran de lo que él tanto quería, no
renunciando a ello. Recordemos que desde su amor a lo vasco navarro fundó en
1913 el semanario antieuskadiano Joshe Miguel (pinchar aquí donde se explica más en profundidad este tema).
Respecto a “Euskeraren
Adiskideak” según algunos documentos
Arturo Campión estuvo entre los iniciadores de dicha asociación, aunque no he
encontrado su nombre en la junta inicial, en la que sí figuraban Jenaro
Larrache tradicionalista, que fue concejal y alcalde de Pamplona y
posteriormente no pudo tomar su cargo como diputado foral en 1936 al fallecer
poco antes,
el padre Dámaso de Inza capuchino, Gerardo Valcarlos, Miguel Inchaurrondo sacerdote
y profesor de euskera del seminario de Pamplona, Miguel Esparza director del
periódico carlista “El Pensamiento
Navarro”, José M.ª de Huarte
director del Archivo Real y General de Navarra, y Domingo Beunza.
Es decir, esta
asociación a la que pronto se incorporó el aitacho surgió del ámbito más bien tradicionalista
de Navarra, que era el mayoritario, y siendo una entidad vasquista que no
nacionalista ni separatista.
En 1928 la Junta
Directiva estaba integrada por las siguientes personas: como presidente, Jenaro
Larrache; como vicepresidente, Bernardino Tirapu; secretario Miguel Esparza;
vicesecretario Pablo Archanco; tesorero Pablo Roch; vocales: el padre Buenaventura Recalde, Remigio Múgica, Miguel Inchaurrondo, José María de Huarte,
Joaquín Ezquieta, Joaquín Garjón, Remigio Múgica y el perejil de todas las
salsas Ignacio Baleztena. La actividad de la asociación cesó bruscamente con el
inicio de la guerra civil en 1936.
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Junta directiva de la asocoación "Euskeraren Adiskideak" en 1928 |
Bernardino Tirapu
Muñagorri, de procedencia carlista, fue el médico de la familia, pariente del
aitacho y embarcado con él en la defensa del euskera desde una perspectiva vasquista
no separatista. Fue una persona muy apreciada y recibió en 1962 la Medalla «Al
Mérito en el Trabajo», en la categoría de Plata.
Espero que los “memorialistas” no se la quiten diciendo que se la concedió
Franco.
Por su parte
su hijo Francisco Tirapu Retegui, fue uno de los primeros profesores que ayudaron a impulsar el conocimiento de la lengua vasca,
a finales de los años 40, por mandato de la Diputación Foral a instancia del
diputado José Ángel Zubiaur. Esto ocurrió durante la época franquista más
intensa y continuó consolidándose al final de la década con la denominada
Sección de Vascuence de la Institución Príncipe de Viana
.
Pues bien, cambiando
de tercio otro hijo de D. Bernardino fue Joaquín, médico como su padre y su
abuelo, y también al igual que su progenitor fue galeno de nuestra familia, que
es lo que me ha traído a la cabeza todo esto cuando iba a narrar, lo que
veremos en la próxima entrada si Dios quiere.
APÉNDICE
Pero, ¿qué habéis hecho con el
vascuence, desgraciados?. Por vuestra culpa ha pasado de ser respetado por los
navarros, a ser aborrecido por una gran parte de ellos. Lo habéis usado como instrumento central para la creación de
una Euzkadi independiente que además incluyera Navarra y lo habéis asociado a
los asesinatos de la banda terrorista de extrema izquierda abertzale ETA como
instrumento de “construcción nacional”. Ahora es motivo de división y lo habéis
herido de muerte. No culpéis a Franco, habéis sido vosotros “abertzales” al haberlo
convertido en elemento de confrontación.
BOE-A-1962-25843 Orden de 5 de octubre de 1962