Premín de Iruña

IGNACIO BALEZTENA ASCÁRATE "PREMÍN DE IRUÑA" (PAMPLONA 1887-1972): SU PERSONA, SU VIDA Y SU OBRA

jueves, 7 de agosto de 2025

DE CÓMO IGNACIO BALEZTENA ESCRIBIÓ LA CANCIÓN “UNO DE ENERO” EN 1916

 

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Querido lector, casi un mes acabadas las fiestas dedicadas a nuestro querido patrón San Fermín es interesante tratar de un tema tan trascendental para el futuro de los pueblos como desvelar el origen de una de las canciones sanfermineras más mundialmente conocidas y cantadas, es decir la del “uno de enero, dos de febrero…”. ¿Quién escribió esta canción y desde cuándo se canta?. Para este sesudo asunto acudimos a fuentes primarias, véase las que escribió el propio autor de la letra de tan sinfónica pieza, que es nada más y nada menos que nuestro padre y abuelo Ignacio Baleztena Ascárate, Premín de Iruña o Tiburcio de Okabio.

Según narra en unas iruñerías escritas en Diario de Navarra en 1962[1], en 1915 tuvo que abandonar Pau, ciudad donde estaba comenzando carrera diplomática, ya que fue elegido concejal de Pamplona por el partido Jaimista (Carlista). Y como escribía él “¡Uno de enero de 1916! Fecha que debió ser grabada en bronces, esculpida en mármoles, estampada en papel couché, pues en dicho día, año y mes, tomó posesión de su cargo edilicio, quien en este momento tiene el grandísimo honor y satisfacción de ofrecerse a ustedes…”

Una vez nombrado concejal, un buen día “en una de estas pesadísimas sesiones, en la que se ventilaba la cuestión batallona de las sociedades de baile, se me fue la imaginaclón hacia las próximas fiestas de San Fermín y empecé a pensar en el paseíllo concejil de la calle Mayor del día 6 de julio. —Qué tal le sentará el frac y el tubo a Erayalar. Cómo saludará a chisterazo limpio Perico Izquierdo. Que andares gastará Oteiza. Menudos guantes llevará Giménez; lo mejor de su tienda...”

Obviamente se refería a la Marcha a Vísperas del día 6, que él mismo había popularizado años antes al comenzar la costumbre de ir bailando el vals de Astráin, es decir inventando el riau riau. Pero volvamos a aquella sesión municipal:

“dando vueltas a tan transcendental problema, mi musa juguetona y un si no es chabacana, me fue soplando unas coplejas dedicadas a cada uno de mis compañeros.

Pondré como ejemplo la mía; y por ella podrán deducir cómo se rían las demás.

Marchará Ignacio

grave y despacio

haciendo esfuerzos

para ir formal;

muy contristado

pues le han jibado

con el sufragio

universal.

Yo, como buen vasco, soy incapaz de improvisar la más triste aleluya sin acomodarla a alguna cancioncilla o aire popular. Así es que, instintivamente mientras «mi acerada péñola emborronaba níveas cuartillas», iba tarareando Una biribilketa popularísima.

Dicha canción popular debía ser muy conocida y cantada con una letra que decía “Artola toki, Artola toki…”. Sigue narrando nuestro padre y abuelo, al que toda la familia llamamos “el aitacho la historia de cómo popularizo sus coplejas con sus amigos de la Peña de los Mutilzarras del Kutz (un café bar de esa época).

Aquella noche leí y canté mi elucubración en la peña del Kutz. Fue celebrada, coreada y alborotada con protestas de las gentes no bullangueras que jugaban al dominó. Todas las noches se repetía la función y poco a poco fue corriendo por Pamplona, y cuando llegó a San Fermín la sabía y cantaba todo el mundo.

Las coplas describían del andar y contonearse de todos y cada uno de los ediles. Y al final se cantaba:

Uno de enero

dos de febrero

tres de marzo, cuatro de abril

cinco de mayo

seis de junio

siete de julio San Fermín.

A Pamplona hemos de ir

con una media, con una media,

a Pamplona hemos de ir

con una media y un calcetín.[2]

Finalmente los concejales cesaron en sus cargos y fueron olvidados por el público, así como sus coplas. Pero la música y “el estribillo” aun perviven mundialmente conocidos

Como se ve en el vídeo el "uno de enero" sigue siendo una de las canciones sanfermineras por excelencia, entre otras cosas porque nos indica todo el año que "ya falta menos"


Y esta es la historia de cómo “aquí en Pamplona el popularísimo aire vasco del Artolatoki fue el progenitor del «uno de enero, dos de febrero...». que se popularizó y tomó carta de naturaleza durante los Sanfermines del 1916, y que fue concebido- Por Ignacio Baleztena Ascárate- durante una interminable sesión municipal, en la que los ediles de derecha e izquierda, jaleados por el público de la estufa, debatían calurosamente, sobre si el impuesto a las sociedades de baile había de ser restrictivo, prohibitivo, o nulo.

Si quieres ver la letra completa del “Uno de enero” pincha aquí y para ver la partitura pincha aquí.

Y con esto y un bizcocho liquidamos este tema y hasta la próxima entrada si Dios quiere



[1] Tiburcio de Okabío (Baleztena, Ignacio). Iruñerías. Diario de Navarra. 7 y 14 octubre 1962

[2] Esta estrofa que mucha gente no entiende es un juego de palabras. Con una media quiere dar a entender inicialmente a una media cogorza y posteriormente lo completa con un calcetín para referirse realmente a la media como atuendo para calentar los pies.