Premín de Iruña

IGNACIO BALEZTENA ASCÁRATE "PREMÍN DE IRUÑA" (PAMPLONA 1887-1972): SU PERSONA, SU VIDA Y SU OBRA

martes, 26 de julio de 2011

Cirilo por San Fermín paso aventuras sin fin (V). Acto II. Fermín y Saturnina

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ACTO II


Sala-recibidor de una casa pensión. Puerta al foro que conduce a la escalera y habitaciones interiores. Puertas numeradas a derecha e izquierda y balcón primer término izquierda (espectador).

Fermín y Saturnina


Ferm.- Oye Saturnina, óyeme...
Satur.-Vamos a ver, que te ocurre.
Ferm.- No me seas tan ingrata.
Satur.- Y dale...
Ferm.- Acuérdate, que desde que te vi, te conocí...
Satur.- ¡Mira que agudo es el niño!
Ferm.- Y desde entonces me tienes chalu, apasionau y  completamente esclavizau.
Satur.-Mira por dónde. Yo venga a reunir sellos de correos para la redención de la esclavitud y resulta que tengo un esclavito a mi disposición. ¡Pero qué cara de idiota pones!
Ferm.- Saturnina, no me tomes la coleta. Que ya sabes que yo sólo vivo para satisfacer tus más diminutos deseos.
Satur.- ¿Sí? Pues mira, el mayor que ahora tengo es, que te calles y me dejes en paz. ¿Lo oyes bien? En ¡paz!.
Ferm.- Saturnina. Cruela, más que cruela. Acuérdate que por un caprichito tuyo corrí el año pasao delante de los toros y aún tengo que sentarme de medio lau por la pezuña que me plantó atrás, cuando me caí, aquel  jabonero.
Satur.-¡Ja...ja...! Chico no me lo recuerdes; que todavía tengo inchada la campanilla de lo que me reí aquel día; y vaya cara estúpida que ponías cuando te llevaban a la enfermería. ¡Ja...ja...!
Ferm.- No era para menos. ¡Menudo toro era aquel!
Satur.-¿Toro? Si era el manso del cuerno doblau. Los toros se apartaban al pasar a tu lao, con una cara de asco... ¡Cómo estarías! ¿ja...ja...!
Ferm.- Quien me iba a decir que iba a ser tan desgraciao por una mujer..., yo..., que siempre de las chicas me reí. Yo..., que siempre de las novias me burlé...
Satur.- Hoy en busca de un amante vengo aquí. ¡Ay de mí, ay de mí, si acabaré llorando...
Ferm.- Sí, reite, reite, que día llegará que te pese haber perdido esta ocasión para ser feliz, porque como yo  no has de encontrar uno que esté siempre dispuesto a servirte.
Satur.- De estorbo, sí, es verdad.
Ferm.- Y si no, haz la prueba; mándame lo que quieras; dime que te traiga la luna, pego un brinco y ¡jaun! Te la traigo en los dientes.
Satur.- ¡Chucho, ala de ahí!
Ferm.- Mándame darte un abrazo y ...
Satur.- Si en un caso de enajenación mental llegase a darte ese encarguito, y tú intentases obedecerme, ¡Virgen del Puy!, entonces, sí que no te sentabas de ninguna manera. Pero parece mentira que siendo tan poquica cosa que pareces un pedacico de birica, seas tan pesau. Cuantas veces quieres que te diga y te repita,que no me gustas, que no me gustas y que no me  gustas ni tanto así, ¿oyes?, ni tanto así.
Ferm.- ¡Uy!, qué dedico tan..., tan..., tan pirulí.
Satur.- Con que pirulí, ¿eh?. ¡Mostillo!.
Ferm.- Bueno Satur; paso por las calabazas que tan discreta me has dado, pero ¿por qué no has de querer bailar conmigo ni una sola vez en todos los sanfermines?.
Satur.- Pues, ya te lo he dicho ni sé las veces. Porque tengo comprometidos todos los bailes; los de hoy, los de mañana, los de pasau y los de todas las noches.
Ferm.- Pero si yo no te pido más, que si tocan seis veces seguidas la jota final, una la bailes conmigo.
Satur.- ¿Seis veces? Pues no quieres hacer soplar poco a los de la Pamplonesa.
Ferm.- Pues ríete de lo que soplan todos reunidos, a lo que voy a soplar yo para olvidar tus desdenes. ¡Ingrata!. Te olvidas de que si estoy yo aquí hace dos años limpiando platos y todo lo que tú deberías limpiar, es nada más que pa que tú no te estropees esas manicas que yo me hice la ilusión de que me las ibas a dar... ¡sí, dar!. Una vez me diste con una de ellas en las narices y me costó la broma un duro de perejil para contener la hemorragia.
Satur.- Chico qué listo eres, hasta sabes decir hemorragia.
Ferm.- Ya ves Satur, ya ves, lloro, sí lloro, ¡y cómo!. No necesito de agua para limpiar los platos, me sobra con las lágrimas.
Satur.- ¡Jesús! Solo porque no hagas semejante porquería, estoy por bailar contigo un chotis.
Ferm.- ¿Qué? ¿De veras? ¡Qué me dices! (deja caer los Platos).
Satur.- ¡Ay!. Eso que no, que los tengo todos comprometidos.
Ferm.- ¡Jobar! Ya podías haberlo dicho antes y podría decir que en la vida había roto un plato.
Satur.- Lo siento chico. Lo tengo comprometido con Juanito desde hace siete días
Ferm.- ¿Quien?. ¿Ese alférez tan pincho que anda diciendo por ahí que es conde?. Si conde, Condeberría que es su apellido.
Satur.- Bueno, sea lo que sea, el caso es que lo del chotis no hay de qué. A ver. Trae el Pensamiento Navarro.
Fer.- ¿Para que lo quieres?.
Satur.- Para que vea las piezas que tocan esta noche y si... ¡Bueno!, deja los platos.
Ferm.- ¿Que los deje?, ¿para qué?.
Satur.- Para que no se te caigan, pues puede que te de una buena noticia. Si eres buenico y tengo un baile vacante, lo bailaré contigo.
Ferm.- ¿De veras?. Has hecho bien en decirme eso de los platos, porque si no... ¡pobre vajilla!. Mira, aquí lo tienes.
Satur.- Veamos. “Victoriano Laserna”, pasodoble. Este lo tengo comprometido con Agapito, que me convidó el domingo pasado a un piscolabis en Niza.
Ferm.- ¿Quien?, ¿Agapito, el maca del Carrete de Oro?. Anda, y yo que le presté el domingo pasado dos duros; mira para qué los quería; para darse postín a mi costa en la Costa Azul. (Coge los platos)
Satur.- “Tus ojos me fascinan”.
Ferm.- ¡Olé, olé y olé! ¡bendita sea tu boca, moceta!. Mira, después de haberme dicho eso, no me importa cargarme con toda la vajilla de casa Zufiaurre.
Satur.- Pero ababol. Si es el título de ese tango: “ojos negros que asesinan, ojos negros que fascinan...”
Ferm.- Malditos sean los tangos de títulos expresivos. ¿También lo tienes comprometido?.
Satur.- Sí, con Esteban.
Ferm.- ¿El cojico de la Magdalena?. Habrá que ver como lo baila.
Satur.- Sí, pero chico, lleva unos zapatos que son un primor y unas corbatas que anudan la voluntad de quien las mira. “¡Ay mamá!”.
Ferm.- ¿Que te pasa?. Te emociona el recuerdo de la corbatita...
Satur.- No. Es el título del chotis: “¡Ay mamita, mamita, mamita!, que se me cae la moquita, pues tengo un catarro atroz, que lo pesqué en Irurita, por beber agua fresquita en la fuente de Iturrioz”. Este, ya sabes con quien lo bailo. ¡Hombre!. Esto es para tomarlo en serio. Espera, espera.
Ferm.- A ver, a ver.
Satur.- “El llanto de los hebreos”, rapsodia sobre motivos de las lamentaciones de Eslava. Mira chico, este Llanto de los hebreos lo bailaré contigo.
Ferm.- Te lo bailas con Geroboán. (Se oye el gran broncazo en la habitación derecha) ¡Eh! ¿qué es eso?

Continuará

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