Premín de Iruña

IGNACIO BALEZTENA ASCÁRATE "PREMÍN DE IRUÑA" (PAMPLONA 1887-1972): SU PERSONA, SU VIDA Y SU OBRA

lunes, 8 de noviembre de 2010

Empezando por el final. La muerte de "Premín de Iruña" III

Empalmando con la anterior entrada en la que narraba como SSMM los Reyes Magos depositaron las figuras de los Gigantes de Pamplona sobre su panteón escribió Goiti en Diario de Navarra a la muerte del “aitacho”: “Los gigantes, los zaldicos, la familia muda de los cabezudos han perdido su mejor amigo". Y era cierto, como él mismo escribía en el año 1933 cuando les dedicó un libreto que publicó en la im­prenta "La Acción Social", con el título "Los GI­GANTES DE PAMPLONA. Historia de esos simpáticos monigotes que tantos ratos felices han proporcionado a Premín de Iruña, autor de este librico”.

El Rey Baltasar, al que tan intimamente estuvo unido Ignacio Baleztena durante decadas, hasta el punto que eran como las dos caras de la misma moneda, coloca los Gigantes de Pamplona en su panteón

Antes de su enfermedad en una de las tertulias de “Pregón” en las que participaba activamente se comentaba la muerte de un convecino ejemplar y él, que escu­chaba atentamente asintiendo con sus gestos cuanto se decía, puso el comentario final: "Ese habrá entrado en el Cielo con la boina puesta".

Aquella forma tan gráfica de expresar la entrada de un buen creyente en el Cielo, con la misma naturalidad y con­fianza de quien entra en su propia casa, se quedó grabada en la mente de los contertulios, que no podían menos de recor­darla y pensar que por la Misericordia de Dios, el buen cristiano y hombre ejemplar que fue don Ignacio habría en­trado también en los Cielos con su gran boina. ¡Qué bien le caía la boina, colocada airosamente sobre su cabeza!

Como se publicó en la revista “Pregón” en Otoño de 1972 D. Ignacio Baleztena, Premín de Iruña o Tiburcio de Okabío era, "el pamplonés ingenioso y bueno, el amigo del abrazo ancho y caluroso, el que llenó nuestras páginas de navarrismo, agudezas, curio­sidades navarras y sano humor”. Tenía entonces 85 años.

Y si Dios quiere mañana seguiré introduciendo una nueva entrada al respecto.

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