Querido lector, feliz año nuevo. Sí, no me he vuelto loco, ¡Feliz año nuevo!. Te lo deseo porque el pasado 25 de marzo celebramos la Encarnación de nuestro Señor en la Virgen María y hasta 1500, en nuestro viejo Reino de Navarra, se celebraba ese día el cambio de año, en vez de en Diciembre que se celebra la Natividad o Nacimiento.
Pero bueno vamos a lo nuestro. En la biografía del “aitacho” hemos saltado el año en que publico su primer libro, “Iruñerías”, en 1920, pero porque de este hablaré más adelante.
La cosa es que habíamos dejado a Ignacio Baleztena recién elegido Diputado Foral, en Agosto de 1921, por la merindad de Pamplona como representante de la Junta Regional Jaimista (carlista) de Navarra en dicha merindad, cargo que conservó durante tres legislaturas hasta 1928, y en la Comisión Gestora que precedió a la II República en 1930.
La primera Diputación en la que participó Ignacio Baleztena el segundo de pie por la dcha. (1921-1923) |
Dentro de la Diputación luchó ardientemente por Navarra, y entre sus muchas actuaciones podríamos destacar cómo al dar comienzo su gestión de Diputado Foral y respondiendo al programa que le había traído a dicho cargo, formulaba protesta enérgica y respetuosa contra la ley de 25 de octubre de 1839 y las demás abolitorias de los Fueros; presentó una proposición, que fue aprobada, sobre la realización de la reforma tributaria; participó muy activamente al objeto de obtener la cesión del palacio y fincas de Olaz-Chipi a la Asociación Virgen del Camino para ampliar y mejorar el reformatorio de niños delincuentes que gestionaba esta entidad. Además el tenía un especial aprecio a los niños de esta institución ya que con su amigo el Rey Baltasar acudía todos los años a visitarlos y llevarles un poco de alegría.
También, en 1921, Ignacio Baleztena Impulsó la fundación de la Caja de Ahorros de Navarra (1921), como una institución de crédito de naturaleza fundacional y carácter benéfico-social bajo el patrocinio de la Diputación. No debía tener ánimo de lucro ni ser un negocio, porque se trataba de ayudar a los navarros que no podían recurrir a otras formas de conseguir dinero para sacar adelante sus cosechas, pequeños negocios, etc.
Durante estos años hizo proliferar los actos y celebraciones de profundo arraigo navarro. Así Ignacio Baleztena organizó los actos conmemorativos del III Centenario de la Canonización de San Francisco Javier, patrono de Navarra por "decisión de la antigua Diputación y de nuestras veneradas Cortes". Para ello ya desde mayo de 1922 organizó dicho evento y no se le ocurrió mejor idea que empeñarse en conseguir de Alfonso XIII (y eso que Baleztena era jaimista, es decir partidario del rey carlista D. Jaime III) la cesión del crucifijo del Santo y trasladar su brazo desde Roma, para lo cual tuvo que marchar a esta ciudad y traerlo contra la voluntad de los Jesuítas. Naturalmente por fin consiguió todo ello por encima de carros y carretas. Por esta causa, organizó un buen número de charlas, conferencias y peregrinaciones hasta el Castillo. Pero en este punto me detengo y antes de continuar con las muchas cosas en las que se vio envuelto, promovió, llevó a cabo y organizó el “aitacho” siendo diputado foral, quiero que conozcas de primera mano lo que él, “Tiburcio de Okabío”, escribió al respecto de esta organización del III centenario de la canonización de su venerado San Francisco Javier. Pero esto será en la próxima entrada si Dios quiere.
Hola Javier
ResponderEliminarHe leido todo lo nuevo del blog de tu padre.
Estupenda la historia de las javieradas, desde su origen. Yo no sabia nada de estas cosas, como creo que la mayoria de la gente no las sabe. Que bien que existe ese blog. Que buena idea has tenido.
Yo tampoco sabia que mi tio Cesareo Sanz-Orrio era Caballero de la Cruz y por tanto, cooperante de la “fundación” de dichas javieradas.
La historia del Riau- Riau, magnifica. Sin embargo te voy a hacer una aclaración que conozco por mi padre, que tambien era un irunsheme casta, donde los haya.
El escribia en sus recuerdos de Pamplona de principios de siglo:
“Por aquel entonces, los jóvenes se agrupaban para disfrutar las fiestas, recolectaban fondos durante todo el año para financiar los gastos, especialmente de comidas, y marchaban formando cuadrillas con indescriptible humor, bailando y cantando sin cesar. Usaban, como atuendo clásico, un blusón, que al principio era blanco, por lo que un buen periodista, no nacido en Navarra, pero mas amante de esta tierra que cualquier nativo, les dio el nombre, que tuvo fortuna muchos años, de “blusas blancas”. Y conforme los tiempos comenzaban a deteriorarse, las costumbres, los colores y las blusas, también se obscurecieron, y con el mismo éxito, el susodicho periodista comenzó a contraponer a los “blusas blancas”, alegres pero correctos siempre, los “blusas negras”, inciviles y torpes, que fueron los que iniciaron la derivación del ambiente sanferminero, hacia ese aspecto de carnaval americano que hoy ofrece”
Hasta aqui mi padre. Eso vale como explicación a lo que decia ese “blusa blanca”, de que ellos no habian sido los culpables del “lamentable espectaculo”, que traes en tus comentarios.Te envio una vez mas mi enhorabuena por tu gran idea de hacer este blog, tan interesante para todos los navarros (y los que no lo son) Sigue adelante.
Elena Sanz-Orrio
¡Si el señor Baleztena viera cómo anda "la Caja" hoy en día!
ResponderEliminarConjeturo que difícil será que se haga un estudio socioeconómico por menudo de la Caja, como una institución de crédito de carácter fundacional en su origen y hasta nuestros días
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