Premín de Iruña

IGNACIO BALEZTENA ASCÁRATE "PREMÍN DE IRUÑA" (PAMPLONA 1887-1972): SU PERSONA, SU VIDA Y SU OBRA

viernes, 17 de enero de 2025

Crónica de la primera Cabalgata de Reyes de Pamplona en 1927

 

 Querido lector, continuando con el tema de ayer al intentar ordenar la carpeta del aitacho “Cabalgata” hallamos un manuscrito suyo que es precisamente una copia de la crónica de la primera cabalgata de 1927,  publicada el 6 de enero de dicho año en el periódico “El Pueblo Navarro” que era de tendencia liberal. ¿Por qué precisamente habría seleccionado esta crónica entre todas las realizadas?. Quizá porque el director de dicho periódico era Francisco Javier de Arvizu, presidente de la Asociación de la Prensa organizadora de esa primera cabalgata a instancias de mi padre Ignacio (pinchar aquí).

Transcripción realizada por Ignacio Baleztena de la crónica de la cabalgata de reyes de Pamplona de 1927. La copió del diario "El Pueblo", dirigido entonces por Javier de Arvizu


Pues bien este es el extracto de esa crónica de la primera cabalgata de Pamplona escrita posiblemente por el propio Javier de Arvizu o al menos por el redactor del periódico que él dirigía[1]:

…Cuando el redoble de los atabales anunció a la masa de público congregada en la plaza circular la proximidad del cortejo, las bandas ejecutaron la Marcha Real, mezclándose a sus acordes los estampidos de los cohetes y las aclamaciones, y el momento fue de una gran belleza. El tiempo lluvioso e inseguro no restó animación al acto que fue brillantísimo. La Junta de la Asociación de la Prensa cumplimentó brevemente a los Reyes…precedidos de la banda infantil de las Escuelas del Ave María…

En todos los balcones había gente que saludaba o aplaudía. En la calle se apretujaba el público y el número de niños que palmoteaban satisfechos al contemplar hecha realidad sus sueños de todos los años por esta época era incontable.

En la Casa Misericordia.

La primera visita de los Reyes -ya lo habíamos anunciado- fue para los pequeños asilados en la Casa de Misericordia, que reunidos en la Administración y presididos por los dignos señores administrador del benemérito establecimiento benéfico establecimiento y Junta recibieron a los Santos monarcas…

Posteriormente continúa narrando el paso de la comitiva por las calles de Pamplona abarrotadas de gente y la visita a las escuelas de Compañía y al Colegio Asilo de las Hermanas de San Vicente junto a la Catedral. A continuación una de las visitas principales fue a la Casa de Maternidad, lugar en el que años previos mi padre Ignacio Baleztena[2] había pergeñado los prolegómenos de la cabalgata:

En la Inclusa

La llegada a la Casa de Maternidad en la que entraron por la puerta de la calle del Carmen, fue bellísima. A los acordes de la Marcha Real y saludados por las aclamaciones de las asiladas, que presenciaban su llegada desde los balcones del primer piso, entraron los Reyes a caballo en el mismo zaguán de la casa para echar pie a tierra ante los primeros escalones de la que conduce a la magnífica sala ropero. Toda la comunidad aguardaba, y con ella el virtuoso capellán director don Gervasio Villanueva, el respetable vicepresidente de la excelentísima diputación de Navarra Don Joaquín de Borja y el competente médico don Abdón Larrondo…

…El rey negro (interpretado por Ignacio Baleztena) fue quien en nombre de sus compañeros, dirigió luego unas palabras afectuosas a las pobrecitas asiladas y con ello se dio por terminado el acto, siendo despedidos los soberanos con los mismos aparatos y efusión con que se les recibió.

Según continua la crónica el momento más emotivo fue la visita al hospital que narra de la siguiente manera:

En el Hospital

Donde el reparto de juguetes adquirió las caracteres de máxima emoción fue en el Hospital Civil a cuyas puertas hallábase “La Pamplonesa” qué desinteresadamente prestó también a la fiesta, desde ese momento su cooperación. Las salas donde se alineaban las camitas de los niños hallábanse llenas de gente; Señoras y señoritas deseosas de acompañar a los enfermos en tal momento. En un rincón un “nacimiento” brinda a los niños, en el ingenuo paisaje convencional el recuerdo perenne del gran misterio de nuestra Religión. Manos de mujer cuidaron que no faltase tal detalle en la Navidad dolorosa de los pequeños enfermos…

Sigue informando “El Pueblo Navarro” que tras las palabras del Rey Melchor comenzó el reparto de juguetes, y era conmovedor contemplar aquellos rostros pálidos animados por la risa; Y aquellas pobres manos exangües palmoteando con alegría, cuando los personajes legendarios se acercaban con el trozo de ilusión que es cada juguete. Aunque la fiesta no hubiese sido más que eso, cuantos a su mejor éxito han contribuido, podrán sentirse satisfechos.

Posteriormente los Reyes acudieron a las escuelas de San Francisco y al asilo del Niño Jesús y finalmente, sobre las 21:00 h de la noche,  el real cortejo despedido en la puerta de la Taconera con la Marcha de España, se alejó de Pamplona hasta otro año,  perdiéndose en la noche.

Foto Galle. Cabalgata de principio de siglo XX en Pamplona. Baltasar representado por Ignacio Baleztena


Este es el resumen de la crónica de la primera Cabalgata de Reyes de Pamplona organizada, a instancias de mi padre Ignacio Baleztena, por la Asociación de la Prensa, con el valor de que está escrita por el propio presidente de dicha Asociación Javier de Arvizu o un redactor del periódico que éste dirigía en 1927.

Y mañana seguiremos con las cabalgatas de los años 50 si Dios quiere.



[1] El Pueblo Navarro. 6 enero 1927. P1

[2] En una entrevista de 2004 mis hermanos Cruz, Sylvia y Rosario afirmaban que donde solía acudir nuestro padre los años previos era a la Meca, aunque sospecho que puede ser una confusión con la Casa de Maternidad conocida como “la Inclusa”

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