Premín de Iruña

IGNACIO BALEZTENA ASCÁRATE "PREMÍN DE IRUÑA" (PAMPLONA 1887-1972): SU PERSONA, SU VIDA Y SU OBRA

viernes, 5 de agosto de 2011

Cirilo por San Fermín pasó aventuras sin fin (XI). Enredo en la pensión.

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(Entran en la habitación derecha. Sale Cirilo bailando lo que ha estado ensayando).

Cirilo.- No, pues pa primera vez, no me ha salido del todo mal. Este pasico es el que más me cuesta, pero como se parece a los balancicus del ingurutxo, ya acabaré pronto por aprenderlo. ¡Ay!, ¡Cirilo, Cirilo!, en qué te has metido. Tú, exseminarista, cargau de meritisimus; tú, hijo de siete padres de familia..., digo..., al revés, padre de siete hijos; tú, organista de Burdindogui; tú, presidente de la cofradía de Padres Prolíficos; tú..., tú te ves en el ridículo más gordo que se han visto todos los Urdampilletagorris, y todo, ¡por mi buen corazón...! Y mi mujer, mi pobrecica mujer, dedicada a las faenas domésticas, ordeñando las vacas con un crío debajo del brazo, haciendo cuch, cuch, a los cherris con otro crío debajo del otro brazo, recogiendo la yerba con otro crío debajo de... la cama, tan creidica que yo estoy venga cantar motetes y más motetes en la primera misa de mi primo..., en fin..., ¡qué le vas a hacer...! ¡doscientas cincuenta pesetas! No se puede tener buen corazón. Me ha dicho esa que aquí en el cuarto tiene el látigo y la careta negra pa bailar. Cirilo, Cirilo, ¡tú con careta!. (Entra en la habitación donde se encuentra Tolique, se oye el gran tortazo y sale Cirilo dando vueltas con la mano en la cara). ¡Jobar, qué churrazo! Pa mí que era el difunto que se ha vengau de lo del abracico; pues si llego a apretar más, me espachurra... (sale Josepa) ¡Demonio! ¡mi mujer! ¿de donde habrá salido ésta. Pues si me conoce deja chiquitico al difunto. (Se tapa la cara con la careta).
Josepa.- ¡Jesús! Un moro.
Zulima.- (Saliendo) Caballero, dese prisa, que la función empieza dentro de una hora.
Cirilo.- Sí, sí, ya lo creo que voy; aquí entre difuntos y parienta cualquiera para un momento.
Josepa.- ¡Jesús qué malicia! ¡cómo está Pamplona! Un moro inconfeso marchando del bracete de una mujer.

Tolique.- ¿Está por ahí ese raptor frustrao que ha penetrao en la habitación de mi consorte?
Agapito.- ¿Otra vez aquí? ¡Váyase enseguida!
Tolique.- Ahuecaré, sí, pero antes necesito pulverizar el cráneo de un sinvergüenza que ha pretendido raptar sin mi beneplácito a Soledad Gómez Pérez, alias la Bella Zulima, usease, la que ocupaba esta habitación.
Agapito.- En mi casa no entran esa clase de bichos.
Josepa.- ¿De quien dice pues? De un moro negro, negro, mucho negro. Marchar se ha hecho con una mujer que tenía unos pelicos igual que caracoles en tales y que llevaba un mantón bonito, bonito...
Tolique.- ¿Que mi mujer se ha ido con un negro?
Fermín.- (Desde la puerta del foro hace como si despide a alguien) ¡Eh! señores, buen viaje. ¡Rediez! Pronto se ha consolau la Zulima del divorcio del Tolique.
Tolique.- ¿A quien despide usted, pollo?
Fermín.- Pues... (cualquiera se lo dice), pues a un negro o lo que fuera que se iba por la escalera.
Tolique.- ¿Con mi mujer por un casual?
Saturnina.- Señora, ha visto usted que poca lacha hay en el mundo. ¿A quién no sabe usted quien bajaba por las escaleras? Pues nada menos que la Bella Zulima del brazo de un negro, moro o algo así.
Josepa.- ¿No le decía yo, que era un negro?
Tolique.- Por eso si que no pasa el hijo de mi padre, porque se la pegue un mojamé. Señores, si quieren ser ustedes testigos de un acto épico, asómense al balcón lateral derecha y verán en la calle una réplica de la batalla de las Navas. D. Sancho haciendo papilla el cerebelo de un berebere muslínico.
Homobono.- (Entra todo negro de haber subido los sacos de carbón) Agapita, ya he subido todos los sacos de carbón. ¿Puedo marcharme ahora a ver a los concejales?.
Josepa.- ¡Jesús!, otro negro.

Tolique.- Lo que vas es a celebrar una interviu con Mahoma, ¡So sinvergüenza!
Homobono.- ¡Socorro!, ¡socorro! Agapita que me pegan.
Agapita.- Usted no le pega a mi marido ¡tío chulo!
Josepa.- ¡Ay, ay! Yo me voy pa el pueblo.
Tolique.- Llamé al cielo y no me oyó...ya que sus puertas me cierra

(Telón)

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