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domingo, 27 de febrero de 2011

La Tradición

Querido lector, cuando te contaba la defensa de los fueros por parte del “aitacho” salía a relucir la relación entre éstos y la Tradición, y todo ello a colación del proyecto original del monumento a los Fueros, tan pomposamente restaurado recientemente y del que el “aitacho” naturalmente también escribió. Y nos contaba con su estilo peculiar cómo fue la construcción del mismo, pero mejor le dejamos hablar a “Premín de Iruña” que afirmaba que dichas obras:

“…duraron unos pocos años menos que las de la famosa Torre de Babel, y hasta hubo sus confusiones lingüísticas; en el interior de la empalizada se oía discutir en vascuence, castellano, catalán y hasta en francés, pues los bloques en que fueron talladas esas cinco estatuas que admiran sentadas las rayas amarillas del pavimento, fueron traídos de Angulema, y para hacer su entrega vinieron unos bigotudos hijos de las Galias…"

"Premín de Iruña”

Al hilo del monumento a los Fueros vimos como el proyecto originario relacionaba directamente los Fueros con la a la Tradición transmitida de generación en generación ya que representaba "un joven atlético que ampara con su brazo a un guerrero de luenga y venerable barba, simbolizando la edad moderna protegiendo y venerando a la antigua".

Proyecto original del Monumento a los Fueros de Martínez de Ubago
Y esto viene al hilo de explicar el tradicionalismo que vivía Ignacio Baleztena. Frente al los criterios excluyente de raza o clase defendía la importancia de la Tradición. Pero para ver qué fue para mi padre y mi familia la Tradición acudo a un texto de la tía Lola (su hermana) sacado de sus inéditas “Memorias de una margarita”:

Dolores Baleztena Ascárate, hermana de Ignacio, en el jardín de Leiza

“La Tradición, contra lo que de ella se dice, no es inmovilista, acepta siempre las provechosas novedades que merced a la ciencia, los tiempos traen. Pero rechaza con energía las teorías que afectan a la moral, pervierten las conciencias y turban el espíritu.

            La Tradición es siempre el camino a seguir para llegar a la meta de las aspiraciones religiosas y patrióticas que entre luchas e invocaciones no pierde de vista la brújula que ha de conducirle a la meta de nobles impulsos y de elevados ideales.

            La Tradición no es clasista; en ella todos tienen cabida. El tan traído y llevado en estos tiempos, Carlos Marx, dijo hablando del primer alzamiento carlista que fue el primer movimiento popular, ya que en él se habían enrolado los campesinos, las clases trabajadoras, mientras que en las filas liberales se encontraban la nobleza, la burguesía, las clases más elevadas. Y por supuesto, se pasó por alto lo que aquella lucha tenía de sentido religioso y foral.
           
            Cuando nuestros reyes eran coronados, después de recibir la bendición del Obispo de Pamplona y de los Abades mitrados de Leire y de La Oliva, eran alzados sobre el pavés por la Nobleza y el Estado Llano. Y en fin, la Tradición es la túnica que le cae bien a España porque está confeccionada a la medida de su grandeza."

Dolores Baleztena en "Memorias de una margarita"

Y así se entiende a Ignacio Baleztena, siempre actual y abierto, pero coherente con sus ideas. La Tradición era su brújula, lejos de unos ritos inmutables y sin sentido. La familia era la escuela de la misma. El tener a Dios en el lugar más alto le forjó una forma de ser sencilla, teniendo su casa siempre abierta a todos, sin distinción de clases. Los fueros eran su manera de entender Navarra y España.

Tras este breve pero necesario paréntesis para conocer más a fondo las convicciones del “aitacho” en la próxima entrada, si Dios quiere, te contaré qué escribió y por qué lo hizo en el primer número del semanario “Radica” por él fundado.

lunes, 21 de febrero de 2011

Junta Carlista en Biarriz en 1919

Querido lector, siento haberme pasado por alto un hecho fundamental en la biografía del "aitacho". Me refiero a la muerte del Leizarra Joaquín Baleztena Muñagorri en 1917, es decir, nada más y nada menos que su padre. Desde este momento su hermano mayor , Joaquín Baleztena Ascárate, pasaba a ser el “cabeza de familia”. La pérdida del padre causo una honda impresión en Ignacio, y esta fue decisiva para que aceptara el puesto de concejal en 1918, siguiendo como veremos la estela de su progenitor. En ese momento, su madre Dolores Ascárate le necesitaba cerca y como ya se sabe, a veces, un golpe de la vida hace replantearse la escala de valores y fue este hecho el que le hizo apreciar aun más la familia, los ideales tradicionalistas siempre defendidos por su padre y el amor a su querida Pamplona frente a su carrera diplomática.

Joaquín Baleztena Muñagorri (en el suelo con barbas) participa en la representación de una batalla carlista organizada por su hijo Ignacio Baleztena con motivo de las Fiestas del Chaparro en Leiza en 1915. Padre e hijo estaban muy unidos.

Otra escena de Joaquín Baleztena Muñagorri en "una escena de caza", pie a tierra, disfrutando de las originales ocurrencias de su hijo Ignacio en Leiza solo dos años antes de su muerte.
Pero bueno, tras este paréntesis hoy voy a contarte cómo, siendo el “aitacho” concejal del Ayuntamiento de Pamplona, nos plantamos en 1919. Es en este año cuando Ignacio Baleztena asistió a la Junta Carlista de Biarriz de Noviembre de 1919, presidida por D. Jaime, en la que se confirman los principios rectores del carlismo: la confesionalidad católica, el carácter antiliberal, la Monarquía representativa tradicional, la defensa de los fueros regionales sin merma de la unidad de la patria española, se propugna una justicia verdaderamente independiente y se defiende una política social acorde con la doctrina de la Iglesia. En resumen, se reafirman los principios de Dios, Patria / Fueros y Rey.

Ignacio Baleztena sentado en primera fila con boina blanca.
Con el entusiasmo caliente, tras dicha reunión, Ignacio Baleztena se dedica a defender estos principios a su manera, es decir, funda un nuevo semanario llamado "Radica" el 20­ de Diciembre de 1919. Su título corresponde a uno de los jefes del 2º batallón de Volunta­rios de Navarra en la última Guerra Carlista. En su primer número escribe… lo que introduciré en la próxima entrada si Dios quiere.

Ya sabes que espero tus contribuciones bien como comentarios al fin de cada entrada o a través de sugerencias a premindeiruna@gmail.com

viernes, 18 de febrero de 2011

Defendiendo la reintegración foral en 1918

Querido lector, me he enterado por la prensa (Navarra Confidencial ha levantado la liebre) que este año es el centenario del ¡Riau - Riau!. Estaba tan ensimismado viendo los árboles que no me había fijado en el bosque. Pues me alegro haber aportado sin enterarme un dato tan crucial para el futuro de los pueblos y  me alegra que alguién se haya dado cuenta, porque si no se nos escapa esta efeméride.

Volviendo a la actualidad socio política... de 1918 veíamos como en dicho año el “aitacho” fue elegido concejal del Ayuntamiento de Pamplona. Pues también, en este año fue primer regidor síndico, y uno de los impulsores del Comité pro Autonomía y primer firmante de la proclama de diciembre de 1918, en la que la Junta Gestora de la Ju­ventud pro Navarra defendía la reintegración foral plena.

Y muchos os preguntaréis ¿De qué rayos estamos hablando? Pues, para entenderlo tenemos que acudir a la Historia, función que pocas veces hacemos, pero que nos ayuda a entender muchas cosas. Para ello me documento en el libro de Mercedes Vázquez de Prada “Historia contemporánea de Navarra en sus documentos”. Por eso nos trasladamos nada más y nada menos que hasta 1839. ¿Y para qué?. Ahora mismo te lo cuento:

El fin de la primera guerra carlista, en agosto de 1839, supuso el triunfo definitivo del régimen liberal. Con los carlistas derrotados militarmente, tras el Convenio de Vergara, los liberales navarros que monopolizaban la Diputación pactaron con sus correligionarios en Madrid una ley que respondía a sus ideas sobre la acomodación del régimen foral a la Constitución de 1837. El decreto de 16 de noviembre de 1839, de acuerdo también con los deseos expresados por los liberales navarros, creaba una nueva Diputación provincial compuesta –como bajo el régimen anterior- por siete individuos, pero elegidos según las normas liberales. Sí, solo 7, has oído bien. ¿Cuántos parlamentarios y gobernantes pagamos ahora para hacer lo que antes hacían 7, con una mucho mayor autonomía? Pero perdonad que me desvíe del tema.

La cosa es que la flamante nueva Diputación Navarra, constituida en marzo de 1840, elaboró rápidamente unas bases para el “arreglo” de los Fueros. Se apartaba con ello de la política de las Diputaciones Vascongadas, contrarias a la reforma.

Y entre ellos se lo cocinaron y todos nos lo comimos, es decir que las negociaciones entre los liberales navarros y sus correligionarios de Madrid desembocaron en la ley del 16 de Agosto de 1941 que plasmaba un nuevo régimen según los principios del liberalismo, conservando los Fueros practicamente solo en su aspecto económico administrativo, que parece ser lo único importante para los liberales y conservadores (conservaduros los llamaba mi padre, cuando los duros eran 5 pesetas, es decir “dinericos”.)

Es en 1841, cuando Navarra pasa de ser un reino a ser una provincia más de la monarquía constitucional liberal. ¿Pensabas que era en otra fecha? Pues no, Navarra fue Reino hasta 1841 (o si prefieres 1839).

Para la opinión antiliberal, mayoritaria en aquel momento en Navarra, la Ley de 1841 constituía un claro contrafuero. En cambio sus defensores, llamados los “cuarentaiunistas” consiguieron que fuera siendo aceptada lentamente con el paso del tiempo.

La misma línea se sigue en el primer convenio económico, el de Tejada Valdosera de 1877, que, oh casualidad, se firma tras una nueva derrota de los carlistas.

Así, desde el siglo XIX, los carlistas rechazan la ley de 1841 y exigen la reintegración foral, ya que siempre han defendido los fueros, no como una reliquia inamovible y nostálgica del pasado sino como la defensa de unos derechos siempre actuales y acordes con cada época.

Proyecto original de la Estatua de los Fueros, realizado por Martínez de Ubago, y conservado entre "sus papeles" por Ignacio Baleztena. En éste se representaban mucho mejor los Fueros unidos a la Tradición transmitida de generación en generación. Representaba "un joven atlético que ampara con su brazo a un guerrero de luenga y venerable barba, simbolizando la edad moderna protegiendo y venerando a la antigua"

Y ahora, repasando la Historia, conociendo la coherencia ideológica de Ignacio Baleztena ¿Te cabe alguna duda de qué es lo que iba a hacer? Obviamente, fue firmante de la proclama de Diciembre de 1918 solicitando la reintegración foral plena y la derogación de la ley de 25 de Octubre de 1839, precisamente por defender firmemente un concepto de una Navarra foral en el seno de una monarquía española  representativa tradicional (muy alejada de la absolutista, que muchos equivocan por desgracia), a diferencia de los cuarentaiunistas que solicitaban un régimen foral dentro de la constitucional liberal y de los nacionalistas que comenzaban a dar pasos utilizando esta justa aspiración del pueblo navarro para distanciarse de España. De nuevo Ignacio Baleztena era integrador en vez de excluyente, en el aspecto de lo que hoy llaman pomposamente "identidades", y por amor a su tierra se erigió en fiel defensor de la autonomía foral de Navarra sin menoscabar por ello en nada la unidad de España ni renunciar a su querida cultura vasca. Por su coherencia es por lo que iremos viendo como muchas veces en su vida se ha encontrado con compañeros de viaje de las más distintas tendencias que incluso han pretendido contarlo entre los suyos, sin darse cuenta que su chaqueta siempre era siempre la misma, y que defendía sus convicciones sin mirar de reojo quién más las apoyaba.

Y en la próxima entrada si Dios quiere te contaré cómo pasó de Concejal a…

lunes, 14 de febrero de 2011

Los orígenes del ¡Riau - riau!

Querido lector, atendiendo a la petición recibida en mi correo premindeiruna@gmail.com, me dispongo a poner lo hasta ahora publicado sobre los orígenes del ¡Riau - riau! bien ordenadico y organizado en el siguiente listado de entradas. Gracias a ti que me has hecho la propuesta porque, aunque intento seguir un  orden, frecuentemente me pierdo saltando de un sitio a otro. Y es que intentar poner en orden todo lo que hizo el “aitacho” es como intentar poner en fila india a los mozos que participan  en el mencionado acto.

Es muy difícil saber cuándo comienza realmente una tradición que es popular y espontánea, precisamente por esto. Quién iba a saber que iba a tener importancia esta ocurrencia de Baleztena. No obstante, y en atención a tu solícita petición, me he tomado un poco de tiempo en averiguar cuándo fue realmente el primer ¡Riau - riau!, mirando antiquísimos y escondidos documentos y palimpsestos en oscuros archivos y .... nada concreto. Entoces decidí que todo era mucho más fácil, bastaba con saber cuándo decía mi propio padre que ocurrió el suceso, y  exprimiendo mi cacumen me ha venido el recuerdo de que él nos contaba como él y los mutilzarras del Kutz comenzaron a gritar ¡Riau - riau! en torno a la "hazaña" con Malumbres en el encierro. Dado que ésta fue en 1912 podemos afirmar, si las matemáticas no fallan, que el primer ¡Riau-riau! fue aproximadamente entre 1911 y 1914. En 1911 las crónicas ya hablaban del "tradicional vals, peculiar y exclusivo en el acto". Aunque este vals llevaba interpretándose desde hacía algunos años en la Marcha a Vísperas. Lo que es cierto es que en 1914 el "riau riau" ya estaba totalmente establecido ya que el 7 de Julio de ese año el Diario de Navarra hace una crónica en la que reseña:

Crónica sobre el ¡Riau - riau! en el Diario de Navarra (7-7-1914)

"... organizada la comitiva municipal se dirigió a San Lorenzo para astir la corporación local a las vísperas. 

Cerraba la marcha el Regimiento de América que tocó el clásico vals, coreado por muchísimos jóvenes que daban acompañamiento y escolta al Ayuntamiento..."


Es decir para 1914 el ¡Riau - riau! ya estaba bien establecido.


Joaquín Ilundain recoge en el periódico "Arriba España" en 1941 que "El Riau Riau apareció en 1915, y no pudieron con el ni los bastonazos un poco suaves de Reta (Jefe de la Policia Municipal) ni los reniegos, tambien suaves, de don Demetrio Martinez de Azagra". Obviamente Joaquín Ilundáin  lo que señala es que ya en 1915 el ¡Riau - riau! ya era un acto totalmente conocido (pero como ya hemos visto no es correcto que comenzara ese año ya que existen crónicasy documentos que hablan de él anteriormente).

Dicho todo lo anterior y viendo que igual he causado más lío que aclaración ,cotejándo  las crónicas periodísticas previas y sobre todo los documentos guardados por mi padre y lo que nos transmitió oralmente el orden cronológico del origen del ¡Riau - riau! es el siguiente. (Si pinchas en cada frase podrás leer la información concreta ya publicada en este blog).

Título manuscrito por Ignacio Baleztena de una carpeta llena de documentación sobre el ¡Riau - riau!

Descripción de la Marcha a Vísperas en los orígenes del ¡Riau - riau! por Ignacio Baleztena

El ¡Riau - riau! en 1914 (ver reseña del Diario de Navarra en esta misma entrada)

El ¡Riau- riau! en 1915 (Joaquín Ilundáin recuerda que ya estaba establecido, como he escrito en estas líneas)

Ya ves que tus correos dirigidos a premindeiruna@gmail.com y tus comentarios a pie de página sirven para que el blog sea más participativo y me ayudan a ver por dónde van tus intereses, y así, intentar irlos complaciendo dentro de mis posibilidades. Y por lo que veo, los intereses por el tema del ¡Riau - riau! superan todas las expectativas. Quién iba a decírselo al sinfundamento del "aitacho" cuando lo coreó por primera vez.

Por último, si quieres saber más del Riau Riau te recomiendo que te leas, disfrutes y empolles un libro muy completo al respecto que acaba de publicar Jesús Pérez Artuch y que lleva un DVD tipo "documental" incluido. No puede faltar en tu biblioteca sanferminera este libro "Riau Riau la expresión de un pueblo en fiestas". En el mismo el autor recoge, como buen investigador, todas las hipótesis circulantes sobre el origen del Riau Riau, y obviamente también la de primera mano de Ignacio Baleztena que puedes ver si pinchas aquí. Y es que precisamente en este acto Ignacio Baleztena no tenía ninguna intencionalidad política. La versión de la oposición carlista a la corporación fue extendida muy posteriormente por conocidas personas de ideología liberal (sinceramente creo que sin mala intención). Aprovecho por lo tanto para dar la enhorabuena a Jesús por su formidable trabajo.

Ya mañana, si Dios quiere, volveré a meterme en materia de sus andanzas políticas en una época que cada vez se hacía más turbulenta

viernes, 11 de febrero de 2011

Canción a la Corporación Municipal en 1918

Querido lector, como comentábamos ayer al “aitacho” no le hizo ninguna gracia ser nombrado concejal del Ayuntamiento de Pamplona porque tenía miedo a tener que cambiar su espontánea y alegre forma de ser, y por los motivos explicados en la anterior entrada. Por esto para variar decidió estrenar su cargo escribiendo unos versicos a la nueva Corporación, adaptándolos como acostumbraba a músicas popu­lares, y en este caso a la del "Uno de enero..." también escrita por Ignacio Baleztena. Y naturalmente los refiere a uno de sus actos preferidos de los sanfermines: la Marcha a Vísperas. Que "esfuerzos pa ir formal" durante el ¡Riau - riau! que él mismo Ignacio Baleztena había iniciado.
             
                                   
Pon, porron, porron, pon, pon
Vamos prestos sin dilación
pon, ...
a ver pasar la Corporación.

Los concejales
con los timbales
y los ministros del clarín
van postineros
y retrecheros
el día 6 a San Fermín.

(I.     Baleztena)

Marchará Ignacio,
grave y despacio,
haciendo esfuerzos pa ir formal,
muy contristado,
pues le han gibado
con el sufragio universal.

(Domingo Eugui)

Tras la Kiliki,
Domingo Chiqui
luce su físico gentil;
y al verlo dice
una de Erice:
beguira zeiñ eder motil.

(Román Oteiza)

Al ver a Oteiza
uno de Leiza
dice "seguro es montañes".
Dije, no creo,
por lo que veo,
ese es de Triana o cordobés.

(Javier Arraiza)

Frente a Jarauta,
como una estatua,
se quedó pétrea una mujer,
ante el talante
agonizante
que se traía don Javier.

(Tomás Mata)

Al ver a Mata,
una beata
se puso hacer por la señal,
mientras decía
¡Ave María!
¡qué irresistible concejal!

(Francisco Errea)

Muy afanosa
y presurosa
marcha hacia la calle Mayor
doña Esperanza,
por ver si alcanza
ver al Paquillo de su amor.

(Martínez de Azagra)

Dice un aldeano
de Guirguillano
ese hombre gordo ¿quien es pues?
Ese es Azagra,
más de una magra
ya cenará ése si lo qu’es.

(Martínez Soria y Perico Izquierdo)

Cubre su chola
Martínez Sola
con un sombrero bien planchau,
y muy majico
marcha Perico
llevando el suyo a medio lau

Siendo primer regidor síndico, fue uno de los impulsores del Comité pro Autonomía y primer firmante de la proclama de 22 de diciembre de 1918, en la que la Junta Gestora de la Ju­ventud pro Navarra defendía la reintegración foral plena. Pero qué era esto y por qué lo defendía mi padre lo explicare la semana que viene si Dios quiere.

jueves, 10 de febrero de 2011

Ignacio Baleztena concejal de Pamplona en 1918

Querido lector, habíamos dejado al “aitacho” entusiasmado con su incipiente y prometedora carrera diplomática siendo secretario del consulado español en Pau. En estas estaba y se las prometía felices cuando en 1918 fue nombrado concejal del Ayuntamiento de Pamplona por el Partido Jaimista (carlista), y este acontecimiento le truncó sus ilusiones teniendo que abandonar la carrera diplomática. Esto no le hizo ninguna gracia, pese a la alegría que le producía volver a su amada Pamplona, dado que por el nuevo cargo se temía que tendría que renunciar a sus exhuberancias juveniles, y al acercarse los Sanfermines ¿tendría que decir adiós a todo aquello: sus encierros por la calle de la Estafeta, sus alborotos, saltos, bailes... que era tanto para él? 
Ignacio Baleztena concejal de Pamplona en 1918
No pudo evitar ironizar con unos versos - a los que solía recurrir con frecuencia para ello y con los que ponía en solfa a los concejales, diputados y a todo aquello que llamara su atención - a la nueva Corporación, adaptándolos como acostumbraba a músicas popu­lares, y en este caso a la del "Uno de enero...". Estos versicos suyos los colgaré en la próxima entrada, antes de tratar un tema que le toco abordar a la vez que era edil de la vieja Iruña, y que veremos en adelante si Dios quiere

Ya sabes que puedes mandarme sugerencias a premindeiruna@gmail.com y que serán bienvenidos tus comentarios a pie de entrada.

miércoles, 9 de febrero de 2011

"Joshe Miguel" frente a "Napartarra"

Querido lector, ya hemos hablado antes del semanario “Joshe Miguel” fundado y dirigido por el “aitacho”, pero voy a detenerme un poco más en este asunto porque creo que refleja de forma importante cuales eran las preocupaciones socio políticas de mi padre en 1913.

Para entenderlo tenemos que remontarnos dos años antes, al día 8 de Enero de 1911. En esta fecha sale a la calle un nuevo periódico: el “Napartarra”, y en ese primer número este define sus objetivos (lo que hoy denominaríamos su línea editorial):

PRIMER NUMERO DE “NAPARTARRA”
“A qué aspira el nacionalismo vasco” (8 de enero de 1911)


            Napartarra, como defensor de la doctrina nacionalista vasca, aspira, respecto a Euskadi o sea,  los ex estados todos del Pais Vasco que se denominan Alaba, Guipúzcoa, Nabarra, Bizkaya, Laburdi y Zuberoa, solar de la raza vasca, en el orden religioso a que todos los vascos sigan fervorosamente las enseñanzas de la Iglesia Católica, Apostólica, romana, con exclusión de toda doctrina condenada.

            En el plano político a obtener la derogación por lo que hace a Alaba, Guipúzkoa, Nabarra, y Bizcaya, de la ley de 25 de octubre de 1939 y en cuanto a Laburdi y Zuberoa de las que dictó la Revolución Francesa de 1789, así como de todas las disposiciones a dichas fechas, que en lo más mínimo hayan mermado, desconocido o coartado los legítimos derechos del País Vasco.

            Y en el orden social a restaurar los buenos usos, costumbres, instituciones jurídicas, económicas, etc., propias del pueblo vasco combatiendo los exóticos perjudiciales a que las letras y las artes que sean manifestación de la nacionalidad vasca adquieran vida robusta, y a vigorizar la raza y difundir el euskera hasta que sea la única lengua de Euskadi.

            Dichas aspiraciones se concretan en el lema formado por el gran patriota Arana goiri’tar Sabin que en euzkera se expresa diciendo JAUN-GOIKOA ETA LEGE-ZARRA (Dios y Ley Vieja).

            Concretando a nuestra vieja Navarra las salvadoras doctrinas del Programa Nacionalista Vasco que Napartarra acepta y viene a defender; sintetizaremos claramente nuestras aspiraciones o ideales.

            JAUN-GOIKOA
            Para Navarra, para los navarros, para nosotros lo primero es Dios […]

            LEGE-ZARRA (LEY VIEJA)
            Después de Dios, lo esencial para Navarra es defender sus leyes viejas  […].

            ¡GORA EUZKADI!     . […]


                En ARACELI MARTÍNEZ PEÑUELA, Antecedentes y primeros pasos del nacionalismo vasco en Navarra 1878-1918, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1989.

Y aquí es donde entra en escena mi padre. Para hacer frente a este periódico y este ideario Ignacio Baleztena funda el semanario "Joshe Miguel" cuyo primer número sale a la calle el 2 de Noviembre de1913, subtitulado "Órgano de la sinceridad", cuya ideología viene ya definida en su primer número. Toma su nombre de un aldeano que, armado con su vara de fresno, viene a Pamplona dispuesto a todo ante el "desmoronamiento sordo del alma pamplonesa". Para ello tiene dos líneas paralelas: una explicitada en “Mi saludo” referida al tema de la justicia social y otra más irónica dirigida al nacionalismo, bajo el epígrafe "de apellidos eúskaros”:

PRIMER NÚMERO DE “JOSHE MIGUEL”

Primer número del semanario "Joshe Miguel" fundado y dirigido por Ignacio Baleztena


            (…) En la vida de Pamplona se observan muchos rasgos extraños que transforman su fisonomía sugestiva, de nobleza, de sensatez, de amante de sus cosas y costumbres, compatibles con todo legítimo progresar. No es éste, precisamente, pesimismo de sesentón. A todos los rincones de la provincia, lleva el viento, que protesta gimiendo, ecos de la degeneración de Pamplona; estadísticas alarmantes de una juventud marchita, amasadas por la imbecilidad de los padres, el mutismo de los de arriba, y la complicidad y apatía de todos; creciente osadía en las diversiones y espectáculos públicos, demoledores vicios sociales bajo la noble capa del sport; ayuntamientos que juegan a concejales manejados a su capricho por un alcalde inquieto y descifrable, que se entretiene jugando con la voluntad de Pamplona, hombres dignos, que envueltos en su egoísmo, se ocultan en sus casas abandonando, muchas veces, los cargos públicos a medianías que suben penosas, asuntos vitales que se gestionan a espaldas de la Ciudad, sin que una crítica severa descubra sus misterios, aumentando la confusión; sociedades que chuparon sus pesetas a multitud de obreros, cuyas esperanzas defraudaron, y de las que nadie ha dicho en público de lo que a todas horas se susurraba a los oídos; prensa que pone sordina a sus declamaciones ante peligros morales y sociales, pequeños, si queréis, pero que no pasan impunemente sin dejar alguna huella en el alma Navarra, familiarizándola, por lo menos, con ellos y disponiéndola a otros mayores; campañas, otras veces, que amparadas bajo el nombre santo de la justicia, estaban inspiradas en el más ruin egoísmo, sombras casi siempre injustificadas sobre la administración provincial, manipulaciones ocultas de hombres traviesos; grande rebajamiento moral hasta no tener la libertad de desgarrar nuestros convencionalismos; conatos de caciquismo que sacude como denigrante, Navarra; que muchas veces nos lleva insensiblemente a hablar del insilamiento de Ferrer. Estos y otros muchos rumores, turbaron la paz de mi casa y se amontonaron diariamente sobre mi espíritu, que al fin se atolondra con su barahunda. (…)

                                                                            

(…) atacado por no sé qué entusiasmos euskéricos, me proponía hacer un estudio sobre la historia y antigüedad de algunos apellidos navarros y vascos, y me disponía para ello a embucharme en el coleto los 12 tomos del Padre Moret, darme una zampada de pergaminos en el Archivo y de empollarme cuantas memorias han dejado escritas Jaurgain, Campión, Arigita, Amador, etcétera…; pero gracias a un complaciente amigo, pude ver lo que deseaba sin fatigar demasiado mi apreciable cerebro (para mí al menos). ¿Buscas apellidos vascos? Me dijo. Pues ningún sitio mejor para hallarlos rancios e inmaculadamente euskaros que el batzoqui, donde según dicen, sus socios son todos descendientes en línea recta del apreciable Aitor, sin que allá entre uno que no tenga 24 apellidos vascos, ni aún para limpiar los “Walter clossed”.

            Armado de paciencia, lápiz y cuartillas, después de sacar las fes de bautismo de una colección de abuelos para hacer constar mi abolengo euzkadiano, me presenté en el santa santorum de los sabinistas o jelquides, y después de decir ¡Gora!, o sea ¡Alza pilili!, subí las escaleras, esperando encontrarme reunidos una colección de euskaldunas

De largas cabelleras,
vistiendo los despojos de las fieras,
mostrando rostros por el sol curtidos,
sin ceñir peto ni espaldar ni greva.

Pero, quiá; allí no había más que cuatro acicalados polletes que por hacerse los vascos, bebían haciendo mil monadas, sidra ¡del Gaitero, de Asturias!, sin caer en cuenta que es más navarro el vino de Peralta, de Corella y el chacolí de Ezcaba. (…)

A continuación continua con una irónica crítica a los apellidos y descendencia “racial” de los principales promotores del Partido Nacionalista Vasco en Navarra que puedes leer de forma completa en la entrada “de apellidos eúskaros”. Como no, el "aitacho" tenía que entrar en escena de esta manera, dándole un toque de humor particular hasta a las cosas más serias, alejado de cualquier amargura o rencor, que no cabían en su corazón.

Y ahora, tras leer de primera mano estos artículos escritos en "Joshe Miguel", dejo a tu criterio el valorar cuales eran sus posiciones y su visión en el tema socio político en 1913. En la siguiente entrada seguiré con su biografía si Dios quiere, porque en 1918…

jueves, 3 de febrero de 2011

Diplomático en Pau

Querido lector, mucha gente conoce de mi padre que si fue no se que y no se cuantos, pero en prácticamente ningún sitio queda recogido que fuera diplomático en Pau varios años. Hoy te lo voy a contar pero primero para encuadrar la época vimos en una entrada anterior como se desarrolla la vena periodística del “aitacho” que tanta fama le dio posteriormente y nos quedamos en la fundación del semanario "Joshe Miguel" (2-XI-1913), subtitulado "Ór­gano de la sinceridad", cuya ideología era claramente antieuzkadiana (no confundir con antivasca)


Al tiempo de finalizar su licenciatura en Derecho en Salamanca, en 1914, su cuñado Pablo Jaurrieta, casado con la tía Silvia (hermana de Ignacio), Cónsul de España en Pau, pensó que la persona más formada, adecuada y de confianza para el puesto de secretario personal suyo era ni más ni menos que Ignacio Baleztena. Así le ofreció este cargo en el Consulado, y el “aitacho” aceptó, planteán­dose orientar su carrera hacia la Di­plomacia, y en donde permaneció cuatro años.

La atención a las necesidades de los emigrantes la compaginaba con sus aficiones, estudiando la historia bearnesa, tan ligada a la navarra, y organizando teatros, bailes, representaciones, etc. Que raro tratándose de “Premín de Iruña”. No podía estarse quietico en su oficina rodeado de burocracia.

Era el camino perfecto para desarrollar sus potenciales. Podía combinar su función creativa con su preocupación social ayudando a sus compatriotas emigrantes y profundizar en el estudio de la cultura navarra. ¿Qué más quería?. Pero la Providencia le tenía reservado otro camino y entonces ocurrió algo que dio al traste con su carrera diplomática, algo que te contaré en la próxima entrada si Dios quiere.