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jueves, 10 de febrero de 2011

Ignacio Baleztena concejal de Pamplona en 1918

Querido lector, habíamos dejado al “aitacho” entusiasmado con su incipiente y prometedora carrera diplomática siendo secretario del consulado español en Pau. En estas estaba y se las prometía felices cuando en 1918 fue nombrado concejal del Ayuntamiento de Pamplona por el Partido Jaimista (carlista), y este acontecimiento le truncó sus ilusiones teniendo que abandonar la carrera diplomática. Esto no le hizo ninguna gracia, pese a la alegría que le producía volver a su amada Pamplona, dado que por el nuevo cargo se temía que tendría que renunciar a sus exhuberancias juveniles, y al acercarse los Sanfermines ¿tendría que decir adiós a todo aquello: sus encierros por la calle de la Estafeta, sus alborotos, saltos, bailes... que era tanto para él? 
Ignacio Baleztena concejal de Pamplona en 1918
No pudo evitar ironizar con unos versos - a los que solía recurrir con frecuencia para ello y con los que ponía en solfa a los concejales, diputados y a todo aquello que llamara su atención - a la nueva Corporación, adaptándolos como acostumbraba a músicas popu­lares, y en este caso a la del "Uno de enero...". Estos versicos suyos los colgaré en la próxima entrada, antes de tratar un tema que le toco abordar a la vez que era edil de la vieja Iruña, y que veremos en adelante si Dios quiere

Ya sabes que puedes mandarme sugerencias a premindeiruna@gmail.com y que serán bienvenidos tus comentarios a pie de entrada.

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