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martes, 8 de noviembre de 2011

Preludios del drama. Recuerdos de un día trágico II

Querido lector, continuo transcribiendo el cuaderno “Recuerdos de un día trágico” que escribió la hermana del aitacho, la tía Lola, y que con tan enigmática evocación comenzaba. Te recomiendo si no sigues el blog habitualmente que pinches sobre los textos reseñados para ponerte un poco al día. Pero sin más preámbulos vamos al grano:

Manuscrito de Dolores Baleztena, la tía Lola

“Desde que la república vino a España, nuestras ideas románticas consagradas al lema de Dios, Patria, Rey, esas ideas que crecieron con nosotros y fueron el encanto y entusiasmo de nuestra juventud, estaban en continua evolución.

            Ya eran los mítines con sus entusiasmos, alegrías y peligros; ya la propaganda por las casas de los pueblos “recogiendo margaritas”; ya, las bulliciosas funciones teatrales, creación de Ignacio, en las que hasta los kurriños hacían política soltando chistes contra el gobierno; y, sobre todo, las indignaciones contra tanto atropello cometido contra las cosas más santas, manifestadas especialmente cuando quitaron el Crucifijo de las escuelas.

Ignacio y Dolores Baleztena (en la foto) recorrían Navarra durante la II república dando mítines.
            Aquellas idas a la cárcel, casi en manifestación, para visitar a los presos carlistas que traían de los pueblos por haberse distinguido en defensa de la Cruz, por gritar ¡Viva Cristo Rey!...

            Ya lo comprendo, vivíamos en demasiada agitación y preponderancia para estar en la oposición.

            Con nuestra continua protesta a los actos sectarios del gobierno, con nuestras propagandas y escritos, íbamos avivando la llama que un día se encendían a nuestros pies pretendiendo en vano devorarnos.

            En el relato que sigue, tiene la respuesta aquella frase de una novela que habíamos leído, y que Luisa[1] solía repetir cuando íbamos por los pueblos cantando el Oriamendi, tocados los jóvenes de boina roja, vitoreando con delirio a la religión y al Rey Zuavo: Alfonso Carlos:
“¿Ou cela nous conduira t’il?...”

Ese "relato que sigue" lo iremos desgranando en las próximas entradas si Dios quiere.

Continuará


[1] Luisa Baleztena. Hermana de Ignacio Baleztena

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