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miércoles, 27 de septiembre de 2023

Frente a la mentira. En defensa de los Baleztena (4). Los Baleztena contra la represión.

Querido lector, hemos visto en las anteriores entradas cómo el aitacho y su hermano el tío Joaquín lucharon contra la represión de retaguardia. Hoy vamos a centrarnos más en mi padre. Para saber lo que hizo Ignacio Baleztena Ascárate durante la guerra la respuesta es bien fácil. Además de su testimonio basta con mirar su ficha de combatiente, que se encuentra en el Archivo General de Navarra junto con la de miles de navarros que lucharon en el bando rebelde.  Por cierto, cuando yo trabajaba en el Archivo de Navarra, todas esas fichas se guardaban antes en un viejo mueble con cajones metálicos.

Ficha de combatiente del aitacho


Dice su ficha:

“Salió el 18 de julio con la columna del Comandante Tutor. El 22 se unió al tercio de María de las Nieves saliendo el 25 de Zaragoza a Huesca. El ¿7? Nbre. ingresó como teniente en el tercio de Cristo Rey en Leganés. Se retiró del frente enfermo el 20 de julio de 1938. Ingresó en la columna de recuperación de Barcelona en marzo de 1939, retirándose enfermo en abril del mismo año.”

En realidad solo duró unas semanas en la columna de recuperación de Barcelona ya que no era propiamente carlista, sino que se debía a FET (Falange Española Tradicionalista, el partido “unificado” y único creado por Franco). La contienda había acabado y no quería colaborar con el régimen franquista.

Como en todas las guerras y especialmente las civiles, cobardes de retaguardia aprovecharon para a río revuelto, resolver de la peor manera viejas rencillas, venganzas y represión. En esto último participaron gentuza a título individual sin afiliación política para dirimir cuentas propias con la excusa de la guerra, indeseables de otras formaciones políticas no carlistas, y desgraciadamente también carlistas que empañaron el nombre de aquellos que dejándolo todo y jugándose la vida se encontraban en el frente. Ocurrió en ambos bandos, ya que miles de navarros fueron torturados y asesinados en la retaguardia roja, pero eso no justifica ni un ápice esas atrocidades.

En primer lugar debes de saber que Casa Baleztena fue tiroteada y quemada por los rojos durante la II república y la familia exiliada de Pamplona (pinchar aquí). Bien podían haber aprovechado el aitacho y el tío Joaquín para haberse tomado venganza de ello al comienzo de la guerra, pero esa no era su manera de pensar y proceder, como cristianos ya habían perdonado.

Asalto de Casa Baleztena durante la II república


Es más, a la cabeza de los asaltantes iba una mujer muy revolucionaria que les dirigía y señalando a los balcones gritaba “¡ahí me he de sentar yo!”. Pues cosas que tiene la vida ocurrió lo siguiente años después. En 1964 tuve la suerte de casarme con Mª Jesús Gurrea, hija de Paco Gurrea, propietario de una pequeña fábrica de cartonajes en la Plaza de San Francisco[1]. Resultó que el hermano de aquella asaltante, Primitivo Bandrés, era muy amigo de mi suegro Paco y por ello fue invitado a nuestra boda, que se celebró en el oratorio de Casa Baleztena con posterior almuerzo en los salones de la misma[2]

Boda de Javier Baleztena y Mª Jesús Gurrea en el oratorio de Casa Baleztena. El celebrante es D. Jesús Arraiza. Detrás Paco Gurrea, padre de la novia




No hubo ningún inconveniente por parte de mi familia, porque además mi padre tras la guerra se trataba cordialmente con él, olvidando todo lo sucedido. El asunto acabó con una emotiva carta de Primitivo Bandrés en la que agradeciendo mucho la invitación explicaba que no se sentía digno de entrar en dicha casa que había sido ultrajada por su hermana. Esta anécdota que no tenía pensado incluirla aquí sirve para ilustrar el espíritu del aitacho y resto de familia, bien lejano de revanchas y venganzas.

Banquete de boda de Javier Baleztena y Mª Jesús Gurrea en los salones de Casa Baleztena. 

La cosa es que lo que iba a demostrar documentalmente con la ficha de combatiente era que el aitacho no pudo participar en represalias de retaguardia, ya que estaba de voluntario en el frente. Pero aún más la familia Baleztena y especialmente el tío Joaquín y mi padre Ignacio Baleztena Ascárate, evitaron todos los actos de represalias que pudieron. Pero al final esto se nos ha quedado para la próxima entrada si Dios quiere.



[1] Entre las listas de los que tenían pensado represaliar y asesinar los de la UGT de haber triunfado figuraban Paco Gurrea y familia (mujer y niñas) por ser un empresario.

[2] La única boda que se ha celebrado en esa casa. Tengo el pequeño honor de ser el único que se ha casado en el oratorio de Casa Baleztena en una boda oficiada por nuestro primo Jesusico Arraiza.


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