Querido lector, como te contaba en la anterior entrada hemos celebrado recientemente el 50 aniversario del fallecimiento del aitacho, y siguiendo con la narración el 6 de enero de este año el Diario de Navarra recordaba un suceso muy bonito que veremos a continuación
Reseña del Diario de Navarra el 6 de enero de 2023 sobre la visita de SSMM los Reyes Magos al panteón de Ignacio Baleztena el 5 de enero de 1973 tras su fallecimiento Y efectivamente así fue, un gesto que seguro que le emocionó cuando lo vio posiblemente desde el Purgatorio. El 5 de Enero de 1973. Sus grandes amigos, SSMM los Reyes Magos de Oriente, antes de comenzar la cabalgata, acudieron al panteón familiar donde reposan todavía sus restos en el cementerio de Pamplona. Allí, sobre su tumba tras rezar un responso, le dejaron como último regalo a sus otros reyes amados: los gigantes de Pamplona. Que sepultura más alegre y bien acompañada entre "sus" Reyes Magos y "sus" queridos gigantes. Cuantos buenos y alegres momentos en este emotivo recuerdo. A continuación en la foto se muestra este homenaje tan emocionante. Curiosamente siempre han dicho que el paje del Rey Baltasar que ayudó a depositar las figuricas se parecía mucho a mí. Puede ser, lo cierto es que yo estaba allí viviéndolo en primera persona.
Empalmando con lo anterior, escribió Goiti en Diario de Navarra a la muerte del “aitacho”: “Los gigantes, los zaldicos, la familia muda de los cabezudos han perdido su mejor amigo". Y era cierto, como él mismo escribía en el año 1933 cuando les dedicó un libreto que publicó en la imprenta "La Acción Social", con el título "Los GIGANTES DE PAMPLONA. Historia de esos simpáticos monigotes que tantos ratos felices han proporcionado a Premín de Iruña, autor de este librico”.
Antes de su enfermedad en una de las tertulias de “Pregón” en las que participaba activamente se comentaba la muerte de un convecino ejemplar y él, que escuchaba atentamente asintiendo con sus gestos cuanto se decía, puso el comentario final: "Ese habrá entrado en el Cielo con la boina puesta". Aquella forma tan gráfica de expresar la entrada de un buen creyente en el Cielo, con la misma naturalidad y confianza de quien entra en su propia casa, se quedó grabada en la mente de los contertulios, que no podían menos de recordarla y pensar que por la Misericordia de Dios, el buen cristiano y hombre ejemplar que fue don Ignacio habría entrado también en los Cielos con su gran boina. ¡Qué bien le caía la boina, colocada airosamente sobre su cabeza! Como se publicó en la revista “Pregón” en Otoño de 1972 D. Ignacio Baleztena, Premín de Iruña o Tiburcio de Okabío era, "el pamplonés ingenioso y bueno, el amigo del abrazo ancho y caluroso, el que llenó nuestras páginas de navarrismo, agudezas, curiosidades navarras y sano humor”. Tenía entonces 85 años. Antes de acabar este tema te dejo estos bonitos artículos que se escribieron a su muerte pinchando aquí y aquí Y hablando de la Peña Pregón en las próximas entradas veremos acontecidos del aitacho al respecto si Dios quiere |
soy Jose mari Muruzábal, de Pregón
ResponderEliminarDeseo contactar con Javier Baleztena
mi email: jmmuruza@gmail.com