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sábado, 25 de febrero de 2023

En la fundación de la Peña / Revista Pregón

Como ya introdujimos en una entrada anterior tras la guerra el aitacho desplegó una gran actividad socio cultural y entre esta participó en la fundación de la Peña / Revista Pregón. Para ver cómo surgió dejo la palabra a Faustino Corella, mediante una conferencia que pronunció el 15 de noviembre de 1985 y publicada íntegra en la revista Pregón número 200, 65 de la nueva época, pag 33:

"Orígenes y servicios de la Peña Pregón

I

El origen de la Peña Pregón fue de lo más sencillo y natural del mundo. Su mayor virtud radicó en esto: nació humildemente y sin grandes pretensiones. Cuatro amigos (Ignacio Baleztena, José Mª Iribarren, José Díaz Jacome y yo -Faustino Corella-) nos reunimos para tratar de la publicación de una revista. Puesto que los cuatro teníamos niestros trabajos "oficiales", trabajos que nos absorbían el tiempo y no nos permitían meternos de lleno en una empresa formal, enfocamos el proyecto como si de una aventura se tratase. Los propósitos eran modestos y comenzamos a reunirnos con mayor frecuencia para ponernos de acuerdo, organizar y coordinar los preparativos que exigía la publicación de una revista cultural y navarrista, como, en efecto, fue PREGÓN.

Una revista trimestral, como aquella, parecía exigir el montaje de una redacción y de unos despachos en toda regla, pero a nosostros nos bastó con los rincones de una imprenta. Esa imprenta fue "La Acción Social", relacionada por aquel entonces con las oficinas de la Federación Social-Agraria del mismo nombre.

Portada del primer número de la revista Pregón en vísperas de San Fermín de 1943


Las primeras reuniones formales, necesarias para maquetar la revista, las teníamos unas veces en el domicilio de Ignacio Baleztena, otras en el domicilio o en el despacho de José Mª Iribarren, o en mi casa o en la de José Díaz Jacome.

Si en un principio fuimos cuatro, al poco tiempo éramos ya siete, y, a partir de esta cifra, el número de "pregoneros" fue oscilando entre seis y nueve...Esto dio lugar a los diversos timbrazos de las puertas de nuestros domicilios, con las consiguientes molestias de abrirla, preparación de abundantes cafés, vaciado de botellas de coñac o pacharan y contaminación del ambiente domiciliario por el humo de innumerables pitillos y algún que otro cigarro.

Con este panorama ya os podéis imaginar que un buen día nuestras respectivas esposas se hartaron y se pusieron de acuerdo para decirnos: "Si necesitáis reuniros para tratar de vuestros escritos, podéis hacerlo en el kiosko de la Plaza del Castillo, pero en casa, sanseacabó". Se ha dicho que la mujer tiene una sonrisa para todas las alegrías, lágrimas para todos los dolores, consuelo para todas las desgracias, excusa para todas las faltas, (súploica para todos los infortunios) y esperanza para todos los corazones, pero las nuestras no tuvieron comprensión para nuestras aficiones literarias.

Los "pregoneros" nos quedamos, pues, sin domicilio, desahuciados y a la intemperie.

Así pues las tertulias hubieron de trasladarse al bar Cinema

La vida allí (os hablo de los 50) era agradable, cordial y trascendió a los círculos de nuestras respectivas amistades. De aquí que de los seis a los nueve contertulios del principio, se pasara a otros más... y aquello terminó por convertirse en un grupo muy numeroso." 

Y hasta aquí esta historia sobre la revista Pregón en cuyo inicio estuvo el aitacho y que continuará la próxima entrada si Díos quiere.


1 comentario:

  1. soy Jose mari Muruzábal, de Pregón
    Deseo contactar con Javier Baleztena
    mi email: jmmuruza@gmail.com

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