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sábado, 24 de diciembre de 2011

Feliz Navidad

Imagen de la Virgen del Chaparro pintada por el propio Ignacio Baleztena

Querido lector, esta entrada es para desearte que pases una muy feliz Navidad cerca del Niño Jesús. Y en el idioma que tanto gustaba al aitacho Eguberri on. (Que traducción tan bonita, "buen Día nuevo".) Y es que en Navidad celebramos que Jesús nace en Belen y todo lo hace nuevo, y bien lo sabían nuestros antepasados vascos. Que pena que se esté popularizando un anodino zorionak (felicidades), que lo mismo sirve para un roto que para un descosido.

El "crisma" que he elegido es una imagen de la Virgen del Chaparro, cuya historia podrás conocer pinchando aquí. Lo pintó el mismo aitacho en 1916. En el se ve al Niño Jesús en brazos de su Madre dibujando el escudo de la Orden del Chaparro (una estrella que representa a la Virgen), y por la ventana se puede ve el monte Ireber, "El Chaparro", que precisamente tiene en la cima un "ttonttor" rocoso blanco.

Bueno, entrando en materia, para saber como el aitacho y la familia vivían la Nochebuena pincha aquí 

Después de todo esto que has leído si has ido al enlace se recitaba este poema escrito por su hermana Josefina Baleztena.


LA NOCHE BUENA DEL REQUETE


Hace frío, mucho frío,                         cogiera el fusil, la boina                       
está la sierra nevada,                           y la casa abandonara
y de la sierra en lo alto,                        ¡Que todo lo dio el carlista!
hace el requeté la guardia.                    Por Dios, el Rey y su patria!
Está envuelto en su capote,                  Después de cenar… ¿Qué hacían?...
lleva la boina calada,                            Los villancicos cantaban
y su fusil preparado                              y él solía acompañarlos
ante cualquier emboscada.                   con rasgueo de guitarra.
¿En qué piensa el requeté?                   Y como el pueblo decía
¿Por qué posa su mirada,                    que su voz era muy maja,
lejos, hacia lo infinito…                        más tarde en Misa de Gallo
con tristeza… con nostalgia…?            con gran unción la elevaba
Es de noche, y sin embargo                 y a los acordes del órgano
parece, cual si buscara                        ¡más de una moza lloraba!...
algo que no puede ver,                        de emoción santa, de amor
algo que ansía su alma.                        por el mozo que cantaba…
Hasta sus oídos llega                           Y al llegar a estos recuerdos
el rasguear de guitarras.                       una lágrima que salta,
Es Noche Buena en el frente,              de sus ardientes pupilas,
y empiezan a celebrarlo                       queda helada por la escarcha.
sus compañeros, con jotas                   Extraño sopor le invade,
que en sus hogares cantaran.                sueño invencible le gana,
Del parapeto enemigo                          teme quedarse dormido…
llegan confusas palabras,                      teme abandonar la guardia…
irrespetuosas, soeces,                          ¿Será el frío de la noche…?
seguidas de carcajadas.                       ¡Es tan grande la nevada!...
El requeté las escucha,                        que su boina que era roja
le parecen muy lejanas…                     se quedó blanca, muy blanca…
Hace frío, mucho frío                           quiere gritar… ya no puede…
y sin embargo, se abrasa                      el sueño se impone… calla…
su corazón de recuerdos,                     ¡Sueña requeté,
su imaginación trabaja                          siga soñando tu alma,
y le trasporta… allá lejos…                 en tu casa y en tu moza,
donde están los de su casa…               en dulces noches pasadas,
¡Cuánta lumbre en el hogar!                 en noches que volverán
Su abuela, junto a él sentada                cuando salves a la Patria!
cuenta a los nietos, que escuchan        
lo que tanto le gustaba                         Ruido de pasos se escucha,
la vida del Niño Dios,                          voces confusas que hablan,
del que a los pobres amaba,                el requeté se despierta
y por parecerse a ellos                         sobresaltado, y levanta,
no nació en cuna de plata.                    Coge la boina y el fusil,
El abuelo, también narra                      y terror grande le embarga,
la historia nunca acabada,                    pues comprende que al dormir
del carlista que una noche                    su deber abandonara.
las alpargatas calzara                           ¿Y cuánto tiempo…? No lo sabe,

(sigue en la columna derecha, arriba)        (Sigue abajo en la columna izda)                        
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mucho debió ser… ya aclara               Sueña, sueña requeté,
el nuevo día y se acerca                       siga soñando tu alma,
el relevo de la guardia.                        que ni un momento quedara
Confuso piensa qué excusas                abandonada la guardia.
podrá encontrar a su falta…                ¿Te acuerdas del compañero,
Antes que pueda explicarse,                que cayó cuando luchaba,
los que llegaban le hablaban:                el que tanto te quería,
Muchacho, qué bien cumpliste             el que al verte que llorabas
esta noche con tu guardia.                    te dijo: “Muero contento
Del parapeto veíamos                          doy mi vida por España,
tu silueta destacada,                             a Dios se la había dado
siempre firme e impasible,                    cuando salí de mi casa”.
despreciando la nevada.                      Es el mismo que por tí
Dos “alertas” te lanzamos                    ha bajado a la montaña,
y tu voz nos contestaba,                       velando quedó tu sueño,
con un “alerta” viril                              y con su boina calada
que retumbó en la montaña                  -la que al morir llevó al cielo-
y al hacerlo suyo el eco                        el puesto tuyo guardaba…
por toda la sierra helada                      Por él no pasaste frío
lo repitió muchas veces,                       en la Noche Sacrosanta,
tantas… que hasta miedo daba…        por él viviste dichoso
Te aseguro que los rojos                      las dulces horas soñadas.
creyeron ver y temblaban
mil soldados invisibles                                    Josefina Baleztena
que “alerta” en su puesto estaban.
No se si fue el optimismo
que algunas copas nos daban
o reflejos caprichosos
de la luna en la montaña;
algunas veces creímos
que de tu boina irradiaba
algo cual nimbo sagrado
de luz refulgente, extraña.

Así que esta noche volverá a aparecerse algún adefesio de angelico, a unos pastores dormidos que cantaremos, bailaremos y rezaremos al Niño que nace, y también, claro, recitaremos estos versos

¡Feliz Nochebuena y Santa Navidad!

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