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viernes, 11 de marzo de 2011

El colera de 1885. La peregrinación a Javier III

Querido lector, mañana sábado 12 finaliza la Novena de la Gracia gracias a la cual estas leyendo la historia de la javierada y otras peregrinaciones a Javier previas a la misma sobre las que escribió el "aitacho". Para no distraterte sin necesidad, ya que estarás ávido de saber como sigue la historia, te dejo de la mano de "Tiburcio de Okabío" para que siga relatándonos lo que ocurrió a continuación de los que nos contaba en la anterior iruñería:

"EL COLERA DE 1885 Y LA PRIMERA PEREGRINACIÓN NAVARRA A JAVIER (III)


            Dejamos en nuestras últimas entradas, a los beneméritos e infatigables señores de la Junta Organizadora de la Peregrinación a Javier, trabajando con tanto entusiasmo como positivo provecho.

            En pocos días dejaron todo arreglado; nada quedó en el tintero. Hospedajes en Sangüesa; ómnibus, coches particulares, carros, caballos, mulos, machos y aun burros, todo cuanto supusiera medio de locomoción, se hallaba movilizado y preparado al efecto.

            Y así llegó el 4 de marzo de 1886, día ansiado, en la que debía salir para Javier la primera peregrinación Navarra.

            A las once de la mañana se reunieron todos los peregrinos de Pamplona en la Santa Iglesia catedral. Después de rezadas las preces oportunas, salieron todos procesionalmente por la puerta principal, en medio de los vivas entusiastas del pueblo, campaneo general y coheteo… también general. Un numeroso orfeón y la banda municipal de música interpretaron en el atrio del templo el himno oficial de la peregrinación, que empezaba con un entusiasta grito de:

                                               ¡Vamos a Javier!
                                               ¡Sí a Javier!

            Seguía después el coro general con una letrilla, que como es de rigor en todos los himnos religiosos, empezaba por HOY…-

                                               HOY los hijos de este suelo
                                               Con católico fervor
                                               Nobles cumplen la promesa
                                               Que te hicieron en su amor.

            ¿Se han fijado ustedes en la multitud de himnos que empiezan con el susodicho adverbio de tiempo?

            -¡Hoy tus hijos venimos valientes!... ¡Hoy Navarra ante ti se presenta!... Hoy tus hijas…en fin, así por este estilo, mil más.

            La procesión recorrió las calles de Curia, Mercaderes, Chapitela, Plaza del Castillo, calle San Ignacio, para salir por el portal del mismo nombre hasta la Cruz Negra, donde los peregrinos habían de ocupar los vehículos preparados para el efecto.

            Rompía la marcha de la procesión una nutrida representación del Centro Católico de Obreros, con su estandarte, en el que aparecía en un lado la Sagrada Familia y en el otro San Francisco Javier bautizando un indio. Era el portador del mismo el Sr. Don Martín Sara. Seguía a cierta distancia el grupo de peregrinos del valle de Echauri con su correspondiente estandarte, llevado por el Excelentísimo. Sr. marqués de Vesolla; y luego seguían otros dos estandartes más; el de Pamplona y el de Navarra en general. Marchaba un nutrido grupo de Luises dirigidos por Don Miguel Vissié y los jóvenes Don Pedro Ortigosa y Don Antonio Olaso, de correcta levita y planchado cuello, indumentaria la más a propósito para emprender una fatigosa caminata en destartalado ómnibus.

            En medio del mayor entusiasmo fueron los peregrinos ocupando sus asientos y cabalgaduras no faltando los consabidos polizones, que, contagiados a última hora del entusiasmo general, se colaban como podían en los estribos, en la baca, en el eje de las ruedas, prometiendo al cochero que se bajarían en las cuestas arriba y de que de vez en cuando en las llanadas echaría sus trotadicas para no cansar al “ganau”.

            Entre las personas que así se colaron se encontraba una respetable señora, que salió a despedir a la peregrinación en general, y a su marido en particular, quien gallardo, y nada calavera, partió jinete en arrogante alazán camino del castillo. Aún estaba agitando el pañuelo diciendo ¡adiós! A una nubecica de polvo coronada de un bombín café con leche, que se vislumbraba hacia Cordobilla, cuando el “¡Vamos a Javier! - ¡sí a Javier!...” –Lolita ( así se llamaba la señora) le gritaron desde él ¡anda sube, anímate! ¡Necesidad tenía la susodicha, de que nadie le animase! Cogió el coche en marcha y con todo el golpe de su sombrero, enaguas almidonadas con entredoses y volantes, corsé emballenado, polisón y demás comodísimos adminículos, se coló en el coche apretujando a los ocupantes, aún más de lo que se hallaban, sin despertar protesta alguna.

            La llegada a Sangüesa fue a las siete de la tarde. Allí se repitieron los vivas, campaneo, cohetes de tres tiros, mal cebados y peor dirigidos, que correteaban más por el suelo que por los aires, con gran sobresalto de naturales y forasteros, y sobre todo de las caballerías, que a fuerza de cincilipurdis y osticus estuvieron a pique de descalabrar media peregrinación. ¡Una sublime caotiquez de ésas que tan a menudo tenemos la gran fortuna de presenciar de esta bendita tierra de Navarra! Entraron los peregrinos a la iglesia de Santa María donde subió al púlpito Don Modesto Pérez que demostró, al enardecer con su palabra a los romeros, que si en los coches la ley de la impenetrabilidad había fracasado, lo mismo ocurría con la capacidad de los corazones navarros, que por más entusiasmo que en ellos se almacenase, siempre queda un riconcico donde meter más y más toneladas.

            Los sacerdotes estuvieron confesando hasta las cuatro de la madrugada y a esa hora salieron a pie para Javier, que se hallaba a reventar de los peregrinos que habían ido a pie y caballo de todos los pueblos de Navarra, pues allí también pedían confesores. A las siete de la mañana, salió la peregrinación de Sangüesa para Javier, a pie o a caballo, atravesando el malísimo camino lleno de barro y pedruscos, pues de carretera no había ni idea que pudiera construirse una por aquellos vericuetos. Llegaron todos embarrados que daba lástima verlos, pero pegando cada viva que temblaba la veleta de la mutilada torre del homenaje.

            Todos embarrados, fatigados, se apretujaron en la plaza de armas donde se celebró la misa en medio de un chaparrón continuo que no cesó en toda la ceremonia. El padre jesuita, Don Venancio Mazquiarán, durante media hora, tuvo pendiente con su fogosa oratoria (con el frío que reinaba buena falta hacía todo lo que fuese fogoso) al entusiasta auditorio, desarrollando el tema del Evangelio “Bonum est nos hic esse…” que no necesito decirles a ustedes que significa “Bueno es estarnos aquí…” Cita que en aquellas circunstancias no pudo ser más oportuna… aunque, a oídos escépticos, hubiese sonado a guasa.

            A las doce comenzó el desfile o mejor dicho la desbandada, pues el temporal arreciaba."

"Tiburcio de Okabío"

Iruñerías. Diario de Navarra 30-3-1952

Y hasta aquí hemos llegado de momento. Mañana si Dios quiere miles de navarros volveran a la cuna de nuestro santo Patrón para rogarle por tantas cosas... Esperemos que no llueva tanto como en el episodio que nos narra mi padre. Y como me hace ilusión os introduzco unas fotos que muestran cómo me ha ido marcando  mi vida San Francisco Javier, el colegio, el castillo y las javieradas. Un amor y devoción al santo  heredado de mi padre y que yo a mi vez he transmitido a mis hijos y nietos. Igual esta cariñada entiendes que no viene a cuenta en un blog sobre Ignacio Baleztena, pero es un error porque demuestra como la Tradición , escuela de valores en mi familia, pasa de generación en generación y perpetúa el alma de un pueblo, actualizándose constantemente. Además me hace ilusión compartir estos recuerdos contigo.


Con mis padres en Javier
Tampoco pesaba tanto, no creas




Con algunos compañeros en el internado de Javier


Aquella javierada
Gracias San Francisco Javier
Como "Periquitín" entre todas en Javier
Pero la elegida fue esta. Si me descubre que publico esta foto hecha una "achoa" me mata
Que siga la Trdición. Mañana mi nietica Carmen realizará su primera javierada. En la foto con ella y con su hermanica Soledad.
Y mañana si Dios quiere volverá a oirse como en 1855: ¡A Javier!.

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