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domingo, 25 de noviembre de 2012

Leiza "villa y corte" provisional. Estancia de D. Gaetán en Petrorena, la casa de los Baleztena.




Querido lector, veíamos como el príncipe D. Gaetán de Borbón Parma a raíz de caer herido en el frente fue ingresado en el Hospital Alfonso Carlos para recuperarse de sus graves lesiones. Además a causa del bombardeo de Pamplona por la aviación republicana la familia Baleztena decidió trasladarse de nuevo a Leiza para poner a salvo a los niños (Para ver todo esto pinchar aquí). Parecía que podía venir una época de cierta tranquilidad dentro de lo que se puede pedir en una guerra, pero precisamente entonces llegaban nuevos “jaleos” ya que D. Gaetán, mejorado ya de sus heridas quiso pasar la convalecencia en Petrorena, la casa de los Baleztena en Leiza. Ante esta situación, nada más enterarse mi padre, Ignacio Baleztena, vino del frente de nuevo para organizar todo y atender como es debido al príncipe, ya que como nos cuenta tía Lola:

Ignacio Baleztena con su mujer Carmen Abarrategui, segunda y tercero por la derecha, con el Príncipe D. Gaetán de Borbón Parma (en el centro) en Leiza. Primavera de 1937. De derecha a izquierda: patro Sagües (cuñada), Carmen Abarrategui (mujer), Josefina Baleztena (hermana), D. Gaetán de Borbón Parma, Ángeles Baleztena (hermana)...
“D. Gaetán, mejorado ya de sus heridas quiso convalecer en Leiza y a casa llegó armando un jaleo tremendo, pues a un príncipe, quieras o no, siempre hay que tratarlo de una manera especial. Continuamente recibía comisiones, visitas de importancia. Entre las más notables, la de su sobrino el emperador de Austria Otto de Habsburgo, a quien uno de nuestros sobrinos, vestido de Pelayo[1], ofreció en bandeja la llave de la casa cuando entró en el eskaratze[2]. Los chicos del pueblo, al enterarse de su venida, se congregaron en la puerta y cuando de ella salió, al grito de ¡Viva el Emperador!, todos echaron a correr tras el auto vociferando: ¡Emperadoria! ¡Emperadoria!. El saludaba a todos agitando la boina roja. Y la boina roja, si antes había sido corona de reyes, en aquel momento, brillaba cual diadema imperial.

El príncipe D. Gaetán de Borbón Parma en Leiza "custodiado" por pelayos (niños carlistas) del pueblo.

También vino a verle su hermano, el Príncipe D. Javier[3], el cual edificó al pueblo por su piedad y sencillez en la iglesia donde ayudó a Misa el domingo.



Ignacio Baleztena el primero por la izquierda con D. Javier de Borbón Parma, príncipe regente, en la escalinata de la iglesia de Leiza en 1937. De derecha a izquierda: Ignacio Baleztena, Joaquín Baleztena (hermano), D. Javier de Borbón Parma, Mª Isabel Baleztena (hermana), detrás de ella Ángeles Baleztena (hermana)...
 

Dedicatoria de D. Javier: Con toda mi devoción y afecto a la lealísima familia Baleztena en recuerdo de los dos días pasados en Leiza. Francisco Javier de Borbón Parma. 4 Julio 1937

También vinieron a visitarle sus hermanos D. Luis y Dña Isabel de Borbón Parma, la cual como curiosidad tengo que comentar que precisamente posteriormente sería mi madrina de bautismo. 


Ignacio Baleztena (tercero por la derecha) con el príncipe D. Luis de Borbón Parma (con corbata) en Leyre. a la izquierda de la foto Rosari Jaurrieta Baleztena (sobrina)...

Sigue tía Lola:

“Hicimos preciosas excursiones: la Oliva, Leire, Baztán, donde visitó el hospital de Lecároz reconociendo a muchos de los compañeros de su Tercio. A su chofer le dedicó amablemente una foto.”

D. Gaetán de Borbón Parma en Lecaroz, al volante del coche de Pello Baleztena de copiloto. Detrás Joaquín Baleztena (hermanos de Ignacio)...

Precisamente Ignacio Baleztena era el cicerone y animador de estas excursiones. Sigue contando tía Lola: “Así pasaban agradables los días de la estancia principesca. D. Gaetán era un príncipe muy atractivo y ligero: “Un prince charamant” como para brillar en una corte de Francia. Tocaba el acordeón, recibía a todos con amable encanto, pero a pesar de su sencillez, mantenía siempre la distancia de su rango. En sus visitas a diferentes lugares era recibido con entusiasmo y finamente obsequiado, sobre todo, entre las gentes del pueblo”

A D. Gaetán Borbón Parma le gustaba tocar el acordeón en Leiza
 Pero mientras esto ocurría iban pasando los días y se acercaban las fechas sanfermineras, así que al aitacho se le ocurrió… lo que veremos en la próxima entrada si Dios quiere.


[1] Así se llama a los niños carlistas
[2] Zaguán
[3] D Javier de Borbón Parma. Regente y cabeza de la Comunión Tradicionalista. Hermano de D. Gaetán.

1 comentario:

  1. Querido Javier,
    Es INTERESANTÍSIMO lo que cuentas en tu estupendo blog. Contribuye al conocimiento de la Historia y resulta además muy ameno.
    ¡Gracias!
    Iñigo Pérez de Rada

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