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jueves, 17 de mayo de 2012

Orden de Alzamiento de D. Alfonso Carlos


Querido lector, dejábamos en la anterior entrada al aitacho disfrutando de los sanfermines de 1936 y a la vez pendiente de que D. Alfonso Carlos, rey carlista, diera o no la orden de alzarse a su pueblo.

Para entender todo lo que estamos viendo y que vamos a ver debo decir como introducción que Joaquín, Ignacio y Dolores Baleztena formaban entre los tres un buen equipo: tío Joaquín, como Jefe regional Carlista, tía Lola, como chofer y secretaria y mi padre, Ignacio, como hombre de acción a su estilo, con sus ocurrencias y forma de actuar, coherente pero alejada del odio que se iba extendiendo por toda España.

Como ya he dicho en anteriores entradas, los carlistas tenían serios desencuentros con Mola, que pretendía una dictadura republicana presidida por un directorio militar que con el tiempo desembocara en un régimen partitocrático manteniendo la bandera tricolor. Los tradicionalistas, fieles a su trilema “Dios, Patria/Fueros, Rey” no podían apoyar esta actuación, pero lo primero que había que hacer era determinar qué postura común iba a tomar la Comunión Tradicionalista ante este inminente Alzamiento. Era fundamental estar muy unidos en torno al Rey D. Alfonso Carlos.

Se sucedieron una serie de entrevistas entre dirigentes tradicionalistas, algunas de ellas en Casa Baleztena mientras desde los balcones se veía la salida de las cuadrillas (peñas) sanfermineras, y también frecuentes viajes a Francia, donde estaba el Rey, en las que participaba el tío Joaquín , acompañado de la tía Lola que era la que les trasladaba en su coche.

El único que podía desbloquear el tenso tira y afloja con Mola era el pamplonés y tradicionalista general Sanjurjo, que intermedió entre Mola y los carlistas, consiguiendo unos mínimos: asegurar el respeto a la Religión, la reposición de la bandera rojigualda y posponer para después del Alzamiento el debate sobre el tipo de organización política de España.

Con estas mínimas condiciones y fiados de Sanjurjo, finalmente desde San Juan de Luz D. Alfonso Carlos, asesorado por el regente D. Javier de Borbón Parma, dio la orden de sumarse los carlistas al Alzamiento. Precisamente fue la tía Lola la encargada de pasar por la frontera dicha orden, oculta en la suela de la sandalia que vestía ese día. En estos viajes jugó un importante papel la figura de un carabinero que en la frontera hacía “la vista gorda”.

Mientras tanto, mi padre Ignacio seguía con su actividad política y cultural mientras atendía a su familia y su trabajo como oficial del Archivo de Navarra. Ahora en sanfermines quemaba adrenalina corriendo en el encierro y disfrutando de la fiesta como él sabía hacerlo, pero de un modo expectante, manteniéndose alerta, preparado para lo que pudiera venir.

Ignacio Baleztena "quemaba adrenalina" corriendo el encierro en 1936. En la foto (tomada de aquí) el último encierro antes de la guerra, correspondiente al 12 de Julio de ese año.
Cómo transcurrieron los hechos lo veremos en las próximas entradas si Dios quiere.

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