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viernes, 7 de octubre de 2011

Ignacio Baleztena funda la "Orden del Záldiko Máldiko" en 1931

 Virgen del Sagrario
Reina Celestial...

Querido lector, antes de contarte qué invento perjeño el aitacho para defender y propagar sus ideas durante la II república a su estilo, tenemos que recordar que hoy 7 de octubre es el día de la Virgen del Rosario. Cuantos rosarios en familia habremos rezado junto al aitacho y la mamita en Pamplona y Leiza, y ahora lo seguimos haciendo, transmitiéndoselo a los hijos y nietos con el mismo cariño que las generaciones anteriores, los abuelos, los tíos... todos los días al anochecer, antes de acostarse, al calor de la chimenea. Y en este mes dedicado a esta querida devoción que bonito es en Pamplona el rosario de los Esclavos con sus faroles  ante Santa María la Real y el de la Aurora los domingos. Mi padre nos enseño estas preciosas tradiciones  pamplonesas que se mantienen durante decenas de años en honor a la Virgen.

El Rosario de la Aurora en Pamplona. Durante la II república, época que estamos recordando, estos actos estaban prohibidos o acababan a veces como el idem.

Bueno siguiendo con la biografía del aitacho en las anteriores entradas veíamos como la llegada de la II república supuso que se formara una nueva gestora en la que el aitacho, Ignacio Baleztena, dejó de formar parte como Diputado Foral. Esto fue para él un cambio de rumbo y decidió defender sus ideales carlistas de “Dios, Patria-Fueros, Rey” desde la sociedad civil. Y con este fin mediado el año 1931, crea Ignacio Baleztena un grupo teatral “terpsicórico” para poder representar sus obras, al cual llamó “Záldiko Máldiko”.

Dibujo de los záldiko máldikos realizado por Ignacio Baleztena realizado para ilustrar unas aleluyas que escribió a los gigantes

En la galería de Casa Baleztena construyó un teatrico y un escenario de kurriños[1] donde representaba fantásticas aventuras de princesas, brujas, ogros y dragones. A estas funciones acudían gentes de toda clase, condición e ideología, ya que en Casa Baleztena se recibía a todo el mundo que quisiera sin miramientos. Como los espectadores aumentaban y el pequeño teatro no daba más de sí, decidió crear la citada pequeña compañía, formada por jóvenes carlistas, a la que pone el nombre de “Orden del Záldiko Máldiko” de la que se erigió en “gran maestre”.

Casa Baleztena era un punto de referencia de Pamplona, donde se acogía a todo el que se acercara sin mirar su condición o filiación.
Como hemos visto, a Casa Baleztena iba todo el que quería a disfrutar de diversiones, solicitar favores, gozar del teatro,… Tan es así que a un grupo de jóvenes socialistas de la casa del pueblo no se les ocurrió mejor idea que ir a Casa Baleztena a pedir trajes para una fiesta de su partido.
-         Pero, ¿Y por qué venís precisamente a pedirlos a nuestra casa?- les preguntó Ignacio
-         ¿Y a dónde quiere que vayamos si no D. Ignacio?
-         También es verdad. Bueno, pero cuando venga la vuestra no vengáis a quemarnos la casa- respondió mi padre jocosamente
-         No faltaba más D. Ignacio, que cosas tiene- finalizaron la conversación aquellos muchachos que se llevaron tan contentos los trajes gracias a los cuales se celebró la “fiesta de la juventud obrera”.

Quién le iba a decir al aitacho que esos mismos jóvenes… lo veremos en próximas entradas si Dios quiere, pero antes te contaré algunas cosas de las que realizó mi padre con la “orden del Záldiko Máldiko” en 1931. De momento para saber más sobre tan insigne asociación pincha aquí para ir a la entrada donde se hablaba más extensamente de este tema.


[1] Nombre que se da en Pamplona a las marionetas de guiñol.

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