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lunes, 13 de diciembre de 2010

Los sanfermines de "Premín de Iruña" (II)

Querido lector, como comentaba en mi anterior entrada el “aitacho” fue el autor de una gran parte del folklore popular pamplonés y especialmente del sanferminero. Tanto es así, que J.J. Uranga decía "que si hubiese registrado en la Sociedad de Autores muchas de las que llamaba chirigotas, hubiera ganado y dejado a su muerte mucho dinero. Ignacio fue un despreocupado para casi todo, empezando por él mismo. Se le caía la gracia, la sabiduría y la bondad de los bol­sillos. Sus coplas, decires y chistes se hacían pronto po­pu­lares y anónimos. Lo mismo que de sus trabajos de inves­ti­gación histórica se aprovechaba cualquiera. Jamás se dio pisto, ni reclamó derechos de autor, ni se molestó por ver descubrimientos suyos en libros de otros".

Caricatura de Ignacio Baleztena
Realmente Ignacio Baleztena no era precisamente un virtuoso de la música, así que igual te desmonto un mito si te digo que el nunca compuso ninguna melodía. Pero sin embargo es autor de muchas canciones sanfermineras y costumbristas ¿Cómo se compagina este lio?. La respuesta es muy sencilla, Ignacio aprovechaba música popular, principalmente de la montaña de Navarra, que no tenía letra y le aplicaba la suya propia cosechada de su ingenioso cacumen. Como dijimos en la anterior entrada vivía intensamente las fiestas de San Fermín, lo que motivó que en innumerables ocasiones les dedicara letricas, coplas y versos. Para tal propósito contaba con un amigo y cómplice, a saber, el Maestro Silvano Cervantes, que por estos años formaba parte de la banda militar Regimiento de América 14º y fundó la Banda de Música “Los Exploradores” embrión de la actual “Pamplonesa”. Así Ignacio escribía las letras y el Maestro Cervantes le hacía los arreglos musicales. Y aunque, quizá ya lo sepas no se puede dejar de mencionar en una biografía de “Premín de Iruña” que entre las numerosas letras que aplicó a músicas populares, puede afirmarse que su "Uno de enero, dos de fe­brero..." han alcanzado difusión mucho más allá de las fronteras navarras y está considerada por muchos casi como “el himno” de Sanfermines. Realmente esta es la primera letra que tuvo tan conocida melodía, y es más tarde cuando ha sido utilizada para otras numerosas versiones como villancicos en vascuence e incluso una canción de bienvenida al Papa Juan Pablo II cuando vino a Javier. Realmente como he dicho no se podría escribir la vida de Ignacio Baleztena sin mencionar su canción más universal, el “Uno de Enero”

Ignacio habitualmente reflejaba en sus coplas el habla de gentes con fuerte influencia vasca. Por eso hoy apenas se entienden algunas pa­labras y giros que eruditos y sesudos personajes considerarían auténticas patadas al idioma pero que realmente indican una muestra del ca­rácter de la zona.

Un buen día, a Premín de Iruña se le ocurrió amalgamar unos inguruchos de la montaña (basándose en el de Leiza) poniéndoles una letra descriptiva de las “mecetas” de San Fermín. Esta cancioncica a la que llamó "Iruña-ko mezetak" la escribiré mañana ya que no tardó mucho en hacerse popular, y juntamente con otras coplicas sanfermineras o no, como la de la procesión de Semana Santa, los Ediles Pamploneses, la Anthonia e Inasio, ¡Levántate pamplonica!, la primera versión del Riau-Riau y otras pasaron a ser repertorio de “una peña de solterones del Kutz” que las cantaban todos los sábados por la tarde. Todas estas canciones irán apareciendo conforme avance la biografía, un poco de paciencia.

Así llegó la víspera de San Fermín y a Silvano Cervantes que era su amigo y “asesor” musical se le ocurrió instrumentar la ya popular canción "Iruña-ko mezetak", también conocida como "Las Pamplonas", que fue interpretada por la Pamplonesa en la Plaza Consistorial después de las Vísperas.

Dos casas barcelonesas productoras de discos se encargaron de reproducirla, buscaron músicos y cantores, que la interpretaron a su manera, intercalando una colección de frases y gritos de dudoso “Iruñismo”. Años más tarde, una casa anunciadora, cambió por completo la letra; la auténtica,  que se cantaba ”en la peña de los mutil zarras del Kutz”, era como veremos mañana.

Respecto a los encierros, Ignacio se mostraba reacio a las numerosas reglamenta­­­­­­­­­­­­­­­­­ciones que, sobre todo los no corredores, pretendían impo­ner. Igualmente no simpatizaba demasiado en este aspecto con los que hoy llamamos “divinos”. Para él el encierro era algo popular y lo tenían que construir los propios corredores de forma anónima. Para los “reguladores” de salón compuso la famosa diana de San Fermín llamada ¡Aupa los Irunshemes! ¿No te suena?. Seguro que si te la digo con otro título igual la conoces y descubres que la has cantado cientos de veces, pero las canciones, tanto las más conocidas como otras sanfermineras las escribiré mañana si Dios quiere.

1 comentario:

  1. Estupenda idea la de los Sanfermines vistos por Premin de Iruña, que tanto hizo por ellos
    Y sabrosisimo el “aperitivo” literario que nos trae hoy el blog.
    Muchas gracias por esta nueva página, en nombre de todos los “irunshemes”
    Elena Sanz-Orrio

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