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Querido lector, no queríamos que pasara este día sin desearte una feliz y santa Navidad.
El aitacho seguro que estará celebrándolo en el Cielo con la Sagrada Familia y con los miembros de la suya propia que ya están con él en la Gloria. Le habrá cantado al Niño: yo soy Ignacio que vengo a cantar, al niño que llora a hacerle callar... La mamita pendiente de todo hablando con la Virgen con toda naturalidad, como siempre. El tío Joaquín le silbará al niño. La tía Josefina le recitara su preciosa poesía de La Nochebuena del Requeté, la tía Lola les contará bonitas historias navideñas de su libro "La Casa" y sus hijos Silvita, Joaquincho, Rosarito, Cruz, Maisabelica y Tatito (Ignacio), junto con el tío Pello haciendo de angelico y resto de hermanas, padres y familiares bailaran el "Vamos pastores vamos". Y le darán la enhorabuena a la Virgen del Chaparro, rogándole que guarde a la familia unida en la Fe y el amor, cumpliendo su lema de "cuan buena es la unión de los hermanos".
Porque de todo lo que nos transmitieron el aitacho y la mamita lo más importante sin duda es la Fe, y lo que seguro que más les gustaría es vernos juntos y unidos aquí y recibirnos con un fuerte abrazo en el Cielo. Ni el amor a Navarra, a España, a lo vasco, a Pamplona, a Leiza, a los sanfermines, al carlismo, a los Fueros... estaban por encima de lo más importante, que hoy celebramos: el nacimiento del Niño Dios del seno de la Virgen del Chaparro, que es la misma que la de Ujué, Santa María la Real, la del Camino y todas las advocaciones que tanto amaba.
Quiero tener en esta fecha un recuerdo especial a mi mujer Mª Jesús que estará cuidando de mi y mis hijos y nietos desde el Cielo.
Porque las personas pasan, pero su legado se transmite de generación en generación, y nuestro deber como tradicionalistas es mejorarlo y nunca empeorarlo y no privar de éste a los que vienen detrás. El lema de la familia: Iglesia, Familia y Trabajo deben continuar. Fe, unión y amor, y honradez en el trabajo y todas las actividades de la vida. Al igual que otra cosa que vivía y transmitía el aitacho: el honor, el cumplimiento de la palabra dada y la lealtad, que tanto se ha perdido. Además por supuesto de todo lo que he mencionado antes de sus amores. Quizá todo esto no esté de moda, pero en nuestra mano está seguir su estela aun contracorriente o romper la cadena de la Tradición, porque realmente el aitacho y la familia nunca se ha conformado con seguir la corriente.
Y para ver esto tan serio de una manera entretenida y jocosa, como lo haría mi padre, te recomiendo este vídeo de la Sociedad Chopical realizado por mi hijo Joaquín.
¡MUY FELIZ Y SANTA NAVIDAD!