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martes, 9 de diciembre de 2014

Ignacio Baleztena amigo de todos



Querido lector, tras este puente foral con festividades tan queridas por los navarros como son S Frncisco Javier, San Saturnino y la Inmaculada vuelvo a la carga con el blog y nos plantamos en 1946, año en el que el aitacho tiene su décimo y último hijo, Miguel Baleztena Abarrategui (mi hermano Miki). 

 
Miguel Baleztena Abarrategui, "Miki", el décimo hijo de Ignacio y Carmen
Otra vez, la familia recibe con ilusión a un nuevo miembro pese a las dificultades de la posguerra. Aunque parezca mentira, el agobio no está reñido con la alegría. Y agobio había, hasta el punto de que mi madre Carmen, la Mamita, decidió retirar de la cabecera de la cama el cuadro del angélico que traía un niño en brazos, en otro de sus gestos de total confianza en Dios, que precisamente le hacía tener este tipo de comunicación con un Padre con absoluta naturalidad. No había problema, donde comen 9 comen 10, pero tampoco había que tentar a la Providencia. La verdad es que fue un año alegre.

La familia de Ignacio Baleztena y Carmen Abarrategui al completo,con sus diez hijos

Mª Isabelica y Miki Baleztena Abarategui en el famoso caballo del fotógrafo.

Y hablando de nacimientos, ese mismo año vino al mundo Chantal de Orleans, décima hija de los Condes de París (que aun llegaron a tener otro). ¿Y esto a que viene? Pues a que tras haber colaborado desde el destierro en África con la resistencia francesa frente a los alemanes los pretendientes orleanistas al trono de Francia, Enrique  de Orleans y su mujer Isabella, Condes de París, finalizada la guerra mundial vinieron a vivir a Pamplona, y aquí es donde conocen al aitacho y familia, haciéndose grandes amigos.

Foto de Isabella de Orleans Braganza, Condesa de París, dedicada a sus amigos Baleztena en 1946
 
Hasta tal punto amistaron de que cada uno de sus primeros 10 hijos estaban “hermanados” con uno de nosotros. Por eso teníamos cada uno un vasico de plata con el correspondiente nombre de nuestro “homólogo”. Así, Miki fue hermanado con Chantal (a mí me correspondía Michel de Orleans). 

Los hijos Baleztena Abarrategui con los hijos de los Condes de París. Miguel (Miki) Baleztena y Chantal de Orleans recién nacidos en 1946

Y se preguntarán los más instruidos, ¿Cómo pudo Ignacio Baleztena, carlista hasta la médula y partidario del regente D Javier de Borbón Parma tener tanta amistad con los Orleans? Debes saber que los Condes de París estaban más en la órbita liberal de D. Juan, y además en cierto modo disputaban los derechos al trono de Francia con los Borbón Parma. La explicación era bien sencilla, en política el aitacho era un convencido luchador, pero como persona era amigo de todo el mundo, incluso de sus rivales. 

Ignacio Baleztena con la espada de D. Carlos VII enseñando a la Condesa de París el museo "carlista" de Recuerdos Históricos que él mismo había montado junto con su hermana Lola. La condesa, de la órbita liberal y de D. Juan, visitaba una exposición carlista y llena de objetos de los Borbón Parma. Cosas de mi padre.
 
Por eso simpatizaba desde la adversidad política lo mismo con su profesor Unamuno, republicano y liberal, que con el nacionalista vasco Manuel Irujo en la II república, que con el Conde de Rodezno, gran amigo suyo pese a ser juanista y colaborador con el Régimen y tantos ejemplos más.



Como curiosidad entre las fotos que guardaba el aitacho se encuentra esta de recordatorio de la boda de Esperanza de Borbón (Tía materna de D. Juan Carlos, anterior Jefe de Estado) con Pedro de Orleans. Y todo porque era un regalo de sus amigos los Condes de París, ¿Cómo iba a despreciarla?. Si algo nos transmitió mi padre fue el respeto a las personas y símbolos sin renunciar a las propias convicciones y defenderlas.

Otro ejemplo de su forma de ser abierta a todos es que a  mi boda estaba invitado el hermano de una de las que comandaba el asalto y quema de Casa Baleztena en la II república. Ignacio Baleztena no conocía el significado de la palabra rencor.

Pero donde más amigos tenía y con quien más disfrutaba era entre el pueblo de Pamplona, principalmente entre la gente sencilla. Por ejemplo tenía gran relación con los gitanos de la Calle de la Merced, que le votaron en masa cuando se presentó a concejal, como veremos más adelante, y acudieron a su funeral.

Este afecto por todos, especialmente por las gentes normales, de a pie, ha hecho que se le recuerde (hasta épocas recientes) con tanto cariño, independientemente de ideologías. Y es que si algo le definía es que era amigo de todos.

Como excepción solo recuerdo unas personas a las que no saludara Ignacio Baleztena, y era a los fusileros. Todo Pamplona sabía quiénes eran los que habían cometido atrocidades y crímenes injustificables en retaguardia desoyendo la orden dictada por tío Joaquín, mientras los requetés marchaban al frente. No eran estos requetés, no. Y curiosamente, no eran precisamente los nombres que dicen cuando hablan de esto las generaciones jóvenes. El caso es que  el aitacho no solo no los saludaba sino que aun suena en mi oído su consejo:  Cuando os busquéis novia elegid bien y tened en cuenta esto, nunca traigáis a esta casa (Casa Baleztena) a ninguna que sea familia de…. Y entonces decía los nombres de los fusileros.

Pero no quiero acabar esta entrada con un toque amargo que era lo opuesto a su forma de ser, sino recordando, al revés, el ejemplo de una persona que ponía las personas por encima de las ideas, la amistad por encima de las disputas, y el amor a las gentes de su pueblo por encima de diferencias políticas, manteniendo siempre las puertas de su casa abiertas a quién quisiera acercarse (así parecía aquel caserón una jaula de grillos, siempre repleta de gente). Y eso siendo fiel a sus principios y escrupulosamente recto en su proceder.

Y tras estas divagaciones, en la próxima entrada, si Dios quiere, os contaré otro de los líos en que se metió el aitacho, y nos metió a toda la familia, en su afición por organizar celebraciones y fiestas

1 comentario:

  1. Magnífica esta extensa y muy entretenida entrada. Estoy en contacto desde hace algún tiempo con tu hermano Miki (al que conocía de vista desde hacía muchos años) a través de amigos comunes. Se que desde hace unos días nada pachucho; dale recuerdos de mi parte si tienes oportunidad. Organizo Rutas carlistas desde hace tiempo y esto, la lectura de numerosos textos, y el conocimiento de la profusa labor de vuestra familia en este tema me ha llevado a contactar con tu blog, que celebro mucho.
    Saludos,
    JdG

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