Querido
lector, enfrascados como estábamos en la biografía del aitacho se nos están
pasando celebraciones importantes como San Miguel, al que tanta devoción le
tenía, y el comienzo del mes de Octubre, mes del rosario.
Sobre
estos temas ya habíamos escrito como puedes leer en otras ocasiones. Pero se nos ha pasado un poco de
puntillas la reciente celebración de las fiestas de San Fermín Chiquito o de Aldapa, con
las que también mi padre Ignacio Baleztena se involucró en su
recuperación en los años 40 y de las que disfrutó como el primero.
Joaquín Ignacio Baleztena Mateo, biznieto de Ignacio Baleztena, sigue la tradición de su bisabuelo en San Fermín Chiquito |
Pero
mejor que escribir yo, cedo la pluma a la Revista Pregón y posteriormente al
interesante libro que escribieron los Elizalde con motivo del 125 aniversario
de la Churrería la Mañueta.
En noviembre de 1948, en el nº 17 de
la Revista Pregón, Ignacio Baleztena escribe el siguiente artículo, bajo el
título “Fiestas en el viejo Pamplona”.
“El
Barrio de Aldapa ha celebrado este año, después de un tímido ensayo el pasado,
fiestas en honor de San Fermín “CHIQUITO”. Viejas mecetas, desaparecidas hace
años, que ahora, vuelven a meter ruido. Un ruido popular que encajará
seguramente en el revivir de los motivos más típicos en el tono de la alegría festera
pamplonesa”.
“Los
organizadores ambicionan que las mecetas de su barrio tengan el gran esplendor
de los tiempos pasados. Para ello, han de mirar más, al espejo del alma de
nuestro pueblo, ahondar en ella, ofrecerle actos en los que se vea reflejada
junto a la música y el jolgorio de todos los tiempos”.
“PREGON”, atento a todas las
palpitaciones de la vida Navarra, recoge gustoso la noticia de la reanudación
de las fiestas del 25 de septiembre en el Barrio de Aldapa y hace votos porque
perduren “con un tinte propio, en el cuadro de las buenas costumbres
pamplonesas”, alegres y sencillas.
Y ofrece
a sus lectores una mirada retrospectiva de este artículo Del viejo Pamplona,
que nuestro colaborador Premín de Iruña escribió en el Programa de las Fiestas
del Barrio de Aldapa. “Estampa de sabor y humor que en parte se ha reproducido
este año en los Gigantes de los Churreros de la Mañueta, paseados, en 1948,
triunfalmente, al son de las dulzainas, con sus collares de huevos cocidos,
longanizas, churros y chanchigorris que, al fin, iban a parar a los estómagos
insaciables de la chiquillería…”
Los gigantes de la Mañueta
En el libro del 125 aniversario de la churrería
de La Mañueta, de la que tan buenos recuerdos nos transmitió el aitacho, la
querida familia Elizalde, con Paulina - la bella Pascualita - a la cabeza,
narra como se deleitaba con aquellos giganticos que salieron por primera vez en
1905, que conservaban ese sabor de barrio, de pueblo, de gente, que tanto
gustaba al aitacho. Extraigo de este libro conmemorativo, que tan buen sabor
irunsheme tiene, algunos párrafos:
“Del magín de D. Elías, el
abuelo Elías y de su churrería, salieron los famosos gigantes de la Mañueta,
amigos de D. Ignacio Baleztena. Los bailaron los hermanos Arroba...
Pedro Trinidad
tenía el taller de carpintería al lado de la churrería...
Se
sacaron por primera vez en 1905. Aquel día los trajes que llevaban eran de
papel y, como llovió a jarros, cuando regresaron llegaron deshechos, como una
baba; no servían para nada y hubo que hacérselos de tela para la siguiente
salida...
La
última vez que los gigantes anduvieron por el barrio fue en San Fermín Chiquito
en 1948, y uno de los que más disfrutó con ellos fue precisamente Ignacio
Baleztena. Se quedó a comer con nosotros y aún nos bailó algunas jotas...
No
volvieron a salir porque mi madre no quería, aunque un año, en San Fermín, unos
chicos, entraron en la huerta y anduvieron con ellos por algunos sitios hasta
las cinco de la madrugada. Normalmente, se guardaban para el barrio, cuando
había que celebrar...
El 13,
fiesta de Santa Lucía, fiesta de la churrería de la Mañueta, día del centenario
de la misma, los gigantes volvieron a salir, los nietos de D. Elías se
empeñaron. Recompusieron las coronas, los arreglaron y asearon, ayudados por
los hermanos Arribas que conocieron la primera salida de los gigantes, y a las
12, cuando se dejó de hacer churros, salieron los gigantes y se pasearon por la
Mañueta y por todo el barrio y estuvieron plantados delante de la fachada de la
churrería hasta la hora del cierre, hacia la una del mediodía.
Pusieron
en la churrería un libro para recoger firmas de las personas que nos visitaron
y recogimos firmas y dedicatorias. Así, Dolores Baleztena, recordando a su
hermano Ignacio, dedicó: “Con el mayor cariño y entusiasmo ¡Vivan los gigantes
churriguerescos! Por toda la familia Baleztena. DOLORES”...
Los gigantes de la churrería La Mañueta, foto sacada del libro conmemorativo del 125 aniversario de la misma |
En “TEMAS DE CULTURA POPULAR”,
editados por la Diputación Foral de Navarra, de su número 169, recogemos en la
Historia de los Antiguos Barrios de Pamplona, por Premín de Iruña:
NAVARRERIA.- Los del tercer Barrio,
llamado la ciudad de Navarrería, eran los más alborotadores y pendencieros.
Estaban muy orgullosos porque en el recinto de su población se encontraban: la
Catedral, el Palacio del Rey y el del Obispo y la gran churrería de la calle
Mañueta; cuyos churros no tenían rival en el mundo entero.”
Cruce de miradas entre Joaquínico Baleztena Mateo, biznieto de Ignacio, y el cabezudo. |
Bueno,
yo creo que merecía la pena hacer esta pausa en la biografía del aitacho porque
la ocasión la merecía. Y es que allí donde había fiestas, especialmente con
gigantes, tenía que estar Ignacio Baleztena. Tranquilos que no me voy a
descentrar, que luego me reñís. En la próxima entrada si Dios quiere seguiremos
con la biografía del aitacho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario