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jueves, 30 de agosto de 2012

Los requetés navarros toman Zaragoza... de manera peculiar


Querido lector, en la anterior entrada veíamos cómo el aitacho, a sus 50 años, dejando mujer y 6 hijos, salió como requeté en el “Tercio de María de las Nieves” el 23 de julio de 1923. (para ver cómo ocurrió pincha aquí). Este tercio formado en Pamplona por voluntarios navarros marchó hacia Zaragoza en camiones, y cuando llegaron allí se encontraron que... nos lo cuenta la tía Lola en sus memorias:

Estanis de la Quadra Salcedo, Joaquín de Marichalar e Ignacio Baleztena en Zaragoza en 1936. Atención al "marcial" uniforme de Ignacio Baleztena.
  “Zaragoza todavía no se había sublevado y estaba a la expectativa y en manos de la FAI[1].

           

            Su entrada en Zaragoza, sede de la FAI, fue desconcertante. La gente amedrentada, sin saber qué partido tomar, les acogió con frialdad. El comercio estaba cerrado, la huelga general declarada, la bandera republicana ondeando en los edificios”.

Ante esta inesperada situación mi padre Ignacio se hizo cargo del asunto y les dijo:

-                                 Nosotros como si nada. A formar y entramos cantando el Oriamendi.

Conforme avanzaban se iba corriendo el rumor de que habían llegado los carlistas y Zaragoza estaba tomada. Entonces mi padre, al pasar delante de un estanco cerrado por la huelga, pero con el estanquero junto a el viendo el espectáculo, dijo:

-                                 Voy a comprar tabaco.

Y decidido avanzó hacia el estanquero y le preguntó, como si fuera lo más normal, si podía venderle tabaco. Teniendo en cuenta que el aitacho no fumaba la cosa todavía tenía más enjundia. El estanquero, asombrado ante la surrealista situación abrió el estanco y comenzó a atender a todo el que quiso. Con la algarabía y el desconcierto, mientras unos rompían la formación para comprar tabaco, otros cantaban a voz en grito el Oriamendi y seguían avanzando tras la bandera española y las aspas de San Andrés, poco a poco se fueron abriendo el resto de comercios, y comenzaron a aparecer banderas españolas (la mayoría improvisadas con telas rojas y amarillas) en los balcones. Así los requetés navarros tomaron Zaragoza sin pegar un solo tiro.

Bandera del Tercio "María de las Nieves" formado por voluntarios requetés en Pamplona el 23 de Julio de 1936

Veremos desde ahora las peculiares “acciones de guerra” del aitacho con los Reyes Magos, los sanfermines y otras estrategias, que cualquier experto en batallas conoce que son absolutamente necesarias para ganar una contienda. Pero en las próximas entradas, si Dios quiere, también veremos como el aitacho y los Baleztena siguieron con su labor de evitar abusos y salvar a personas del bando contrario.


[1] FAI: Federación Anarquista Ibérica

martes, 28 de agosto de 2012

Ignacio Baleztena voluntario

            Querido lector, como veíamos el aitacho había venido de Leiza a Pamplona para evitar represalias (pinchar aquí para ver esto). Precisamente este suceso acabó de convencerle de que él no era hombre de retaguardia. A esto se sumó lo que nos cuenta su hermana la tía Lola:

Corríamos de continuo entre Pamplona y Leiza. ...En Pamplona, veíamos llegar sin cesar cientos de requetés, y con ellos se formaban Tercios, a los cuales se bautizaba con nombres legendarios: “Lácar”, “Montejurra”, “Abárzuza”... Con el tiempo, se vería cómo supieron hacer honor a esos nombres evocadores de victorias”.

Todo esto iba haciendo mella en mi padre Ignacio Baleztena. Tenía que tomar una decisión, y era especialmente dura. Por un lado ya no estaba en edad de alistarse con aquellos jóvenes, a sus 50 años. Pero se quedaba intranquilo al verles marchar a los frentes y el quedarse comodamente en la retaguardia. Le parecía casi una traición.

Pero lo más duro era dejar a mi madre Carmen con 6 hijos pequeños. Desde el 19 de Julio esto le rondaba por la cabeza en una batalla interna. Finalmente tuvo que tomar una decisión y habló con su mujer:

-         Carmencica, tu sabes cuanto me cuesta tomar esta decisión, por ti y por los niños. Pero si todos estos voluntarios lo dejan todo, me gustaría que entendieras que yo, siendo su jefe[1], no puedo menos que acompañarles.  No obstante haré lo que tu quieras.

Mi madre entre lágrimas le contestó.

-         Ignacio, llevo cuatro días esperando esta conversación. Sabía que tenía que llegar. Haz lo que tengas que hacer, tienes todo mi apoyo, pero por favor, vuelve.

Así es como pese a su edad, con firme espíritu de requeté juvenil, Ignacio Baleztena salió voluntario a defender aquello por lo que había luchado toda la vida, como uno más de los voluntarios de boina colorada que de Navarra salieron a lu­char por el lema íntegro de "Dios, la Patria/Fueros y el Rey" en aquellas horas inciertas y decisivas.

Pero hasta esto tuvo que hacerlo a su estilo. Antes de alistarse se vistió de granadero, con casco y todo, y se fue a hacerse una pintoresca foto de tal guisa. Y digo de tal guisa porque será el único granadero del mundo que en vez de armas de fuego, portara una espada. Pero es que no era una espada cualquiera, era la espada de Carlos VII.

Ignacio Baleztena vestido de requeté granadero con la espada de Carlos VII

Tras esta pequeña “cosa de Baleztena” volvió a despedirse de su familia, se quitó el “disfraz” y... nos cuenta su hermana Dolores (la tía Lola) en sus memorias lo que ocurrió ese 23 de Julio:


            “A otro tercio se le bautizó: “María de las Nieves” en galante homenaje a la anciana reina que en su juventud fue intrépida amazona de la Causa. La salida de este Tercio para Zaragoza fue de lo más emotivo. Desfilaron por la Plaza del Castillo sin uniformes y sin más armas que las prestadas por el valor. Estando en la Plaza del Castillo viéndolo desfilar, salió de las filas mi hermano Ignacio, y abrazándome entusiasmado, me dijo:

-                                 Lolica, yo también me voy, no podía hacer otra cosa.

            En este tercio había muchísimos jóvenes y también personas de edad madura. ¡Con qué entusiasmo les aplaudía la gente! Ellos iban radiantes, bastantes, sencillamente en mangas de camisa. Como era natural, las margaritas bajamos a la estación a despedirles. Repartimos escapularios, tabaco y sobre todo, cariño, y con el mismo nos correspondían gritando ¡Vivan las Margaritas! Marchaban a Zaragoza...”
Ignacio Baleztena desfila junto con el resto de voluntarios navarros que formaron el Tercio de requetés "María de las Nieves" delante de Casa Baleztena el 23 de Julio de 1936. "Desfilaron por la Plaza del Castillo sin uniformes y sin más armas que las prestadas por el valor... había muchísimos jóvenes y también personas de edad madura...bastantes, sencillamente en mangas de camisa."

Pero la entrada del aitacho en Zaragoza la contaremos en la próxima ocasión si Dios quiere, porque tampoco tiene desperdicio.


[1] Ignacio Baleztena era el jefe carlista por la Merindad de Pamplona

sábado, 25 de agosto de 2012

Leizarras reconquistadores. Batiburrilo sobre el escudo de Leiza, su historia, programa de fiestas y otros menesteres


            Querido lector, hacíamos en la anterior entrada un homenaje a las fiestas de San Tiburcio de Leiza que tanto disfrutó el aitacho. Pues bien, mi padre era un prestigioso heraldista y naturalmente estudió el origen del escudo de la Villa de Leiza. Pues en base a dichos estudios en el programa de las fiestas de San Tiburcio de 1966 la Comisión de Fiestas introdujo este apunte histórico, que este año que conmemoramos el VIII centenario de la batalla de las Navas de Tolosa, tiene una especial relevancia, como leerás a continuación:

PROGRAMA DE FIESTAS DE SAN TIBURCIO DE LEIZA 1966


Apuntes históricos introducido por la Comisión de Fiestas en el programa de fiestas de San Tiburcio de Leiza en 1966

“Apuntes Históricos

            Aunque no sabemos exactamente el año de fundación, sí podemos decir lo fue en el siglo X, durante el reinado de los primeros reyes de Navarra.

            Se sabe que el rey Sancho el Sabio de Navarra (1150-1194), reglamentó su tributación.

            A comienzos del siglo XIII, sus fuerzas armadas, toman parte en la batalla de Baeza (año 1227), es decir 15 años después de la famosa Batalla de las Navas de Tolosa.

            Asistieron los de Leiza, a dicha batalla de Baeza, con D. Diego López de Haro, elegido Señor de Vizcaya, en 1214, que con los vitorianos y demás alaveses marchó a la Reconquista que el monarca castellano Alfonso VIII realizaba por tierras de Andalucía.

            Distinguiéronse notablemente en Baeza (provincia de Jaén), cuyo emir se hizo vasallo del rey de Castilla y le entregó la plaza, cuya defensa fue encomendada a los Caballeros  de Calatrava.

            No conformes los moros con dicha entrega, dieron muerte a su emir, tomaron la plaza, poniendo sitio a su castillo, a donde se habían retirado los de Calatrava, y en su socorro acude D. Diego López de Haro con sus huestes y las de Leiza, derrota a los moros y recupera Baeza, obligando a los moros a levantar el cerco de su castillo. Esta batalla de Baeza tiene lugar el día 30 de noviembre de 1227 (día de San Andrés).

            De estas dos batallas citadas provienen los escudos de Navarra y de Leiza. El de Navarra (las cadenas) por haber roto el rey Sancho VII el Fuerte las cadenas que rodeaban la tienda de Miramamolín, jefe de los almohades, quien fue derrotado en la referida batalla de las Navas de Tolosa, por los ejércitos cristianos, de los reyes de Castilla, Aragón y Navarra. Y el escudo de Leiza proviene de la actuación en dicha batalla de Baeza, en 30 de noviembre de 1227. El roble y el lobo de la casa de los señores de Vizcaya y las aspas por haber concurrido en la batalla el día de san Andrés, que las tiene por insignia de su martirio.

Escudos de Leiza y Navarra pintados por Ignacio Baleztena

            Al mismo tiempo que esto ocurría, el rey Alfonso VIII de Castilla, toma bajo su protección a las actuales provincias de Alava y Guipúzcoa, que hasta entonces dependían del rey de Navarra, a consecuencia del debilitamiento de éste, en las acciones guerreras de la Reconquista.

            En el año 1444 (reinando en Navarra D. Juan II de Aragón, esposo de doña Blanca I de Navarra), la villa de Leiza es incendiada y asolada por sus vecinos los guipuzcoanos, tardando mucho en recuperarse.

            Nuevamente, en 1512, los guipuzcoanos con su capitalidad en Tolosa (aliados del rey de Castilla, Fernando el Católico), invaden Leiza, y al parecer, en dicho año quedó reducida a cenizas la Casa Consistorial, quemándose o desapareciendo por completo el Archivo, con todos los documentos anteriores a dicho año.

            En aquel tiempo, el casco urbano de Leiza, se hallaba ubicado entre el monte Oyalde y la actual plaza del Ayuntamiento, siendo la última casa hacia el norte la actual denominada TORREA, es decir, la Casa Torre que servía de defensa de la Villa. La Casa Consistorial estaba entonces en la actualmente denominada chachunea (ubicada en la antigua Plazazarrea), cuya casa fue permutada por el Ayuntamiento posteriormente, con los dueños de Torrea, adquiriendo estos la mencionada casa, a cambio de la huerta heredad de Torrea, en cuya heredad se hallan actualmente la Casa Consistorial y su plaza.

            En dicho año de 1512, el rey Fernando el Católico, con el asesoramiento de su primer ministro, el cardenal Don Rodrigo Ximénez de Cisneros, ordena la Duque de Alba (Alba y Enríquez, II Duque de Alba), la conquista de Navarra, poniendo pie éste con su ejército en el valle de la Burunda y entra en Pamplona el 25 de julio del mismo año, tomando posesión del hoy Gobierno Militar, antiguo Palacio de los Reyes de Navarra.

            El día 15 de junio de 1515, sanciona Fernando el Católico la anexión de Navarra a la corona de Castilla, no sin antes haber prometido el respeto a sus Fueros y tradiciones, realizando con ello su gran ideal: la Unidad Nacional. Desde entonces se titula rey de Castilla, Aragón y Navarra.

            El cardenal Cisneros ordena, al mismo tiempo, la demolición de todos los castillos de Navarra, que se realiza entre los años 1515 a 1520, entre ellos el castillo de Javier (cuna de San francisco Javier).

            La villa de Leiza forma parte ininterrumpidamente del reino de Navarra, que como tal, continua con sus Cortes propias (encargadas de promulgar la leyes privativas del Reino), hasta el año 1829, en que se reunieron por última vez.

            Su desaparición legal se estableció con la ley paccionada de 16 de agosto de 1841 (originada a consecuencia del Convenio de Vergara), que puso fin a la Primera Guerra Carlista.

            Es decir, fue un PACTO, ya que Navarra pacta con Madrid en dicho año de 1841. Renuncia y cede sus Aduanas fronterizas situadas en todo el contorno de su territorio, se hace lo mismo con la Organización Judicial y con la Municipal, ésta en cuanto se refiera a elección y organización de las Corporaciones.

            Pero Navarra sigue conservando su independencia en tres sectores: el Fiscal, el de la Administración y el Derecho Privado. Y sigue conservando, démonos cuenta del significado de esta palabra, es decir: no recibiendo regalos ni privilegios de nadie.

            Esto es lo que constituye la esencia del Régimen Foral de Navarra, cuya vigencia es de actualidad y por lo tanto, la gozamos todos los navarros.”

Los dantzaris de Leiza bailan con la bandera y escudo de Navarra ante el alcalde de la villa en 1965. Esta bandera fue regalada al grupo de danzas de Aurrerá por Ignacio Baleztena
             Este es el texto que como apunte histórico introdujo la Comisión de Fiestas de Leiza en 1966 en el programa de San Tiburcio, y que nos aporta interesantes datos sobre la Historia de Leiza, de Navarra y de sus respectivos escudos, que como vemos están muy relacionados. Para documentarse en torno al tema de los escudos utilizaron los estudios heráldicos del aitacho, que siempre le gustó participar en todas las cosas de la vida leizarra. Y en la próxima entrada retomaremos su biografía si Dios quiere, porque el 23 de Julio de 1936 Ignacio Baleztena…

Escudo de Leiza (sacado del programa de fiestas de San Tiburcio de Leiza de 1966)

miércoles, 15 de agosto de 2012

Los santiburcios de Leiza











Excelsior

Querido lector, hoy día de la Asunción de Nuestra Señor a los Cielos le solicitamos a la Virgen del Chaparro que interceda por todos los seguidores de este blog y los que aparecen en él vivos y difuntos. Para entender esto pincha aquí.


Pero también hoy es el último día de los santiburcios, las fiestas de Leiza en honor a su patrón San Tiburcio (11 de Agosto). Como disfrutó el aitacho de estas fiestas y cuánnto hizo por ellas.

Por eso vamos a hacer un seguimiento principalmente gráfico en este blog, para disfrute de todo el que quiera, Esto fueron los santiburcios:

Probablemente primer cartel de S. Tiburcio, realizado por Ignacio Baleztena en 1903, en el que destacan en primer lugar las funciones religiosas (obviamente tratandose de la celebración de un santo), concurso de bersolaris, partidos de pelota y bailes populares.
A principios del siglo XX los danzaris bailaban en la plaza de Leiza con los balcones de Petrorena (Casa de los Baleztena) al fondo llenos de gente, y es que sus puertas estaban siempre abiertas al pueblo.
Efectivamente, todo el que quría podía subir a ver las fiestas a Petrorena, la casa de la familia Baleztena en Leiza. Quizá alguno de los nietos de los que estaban disfutando en el segundo balcón de la misma es de los que este año la han allanado para quemar una bandera española. Prefiero pensar que no.


El programa de 1935, los últimos santiburcios de la II república


Que sencillicas y alegres eran las fiestas de Leiza en 1935. Como curiosidad pese a la legislación laicista de la republica, el alcalde de Leiza en 1935, Juan Lasarte, mantenía en el programa contra viento y mareas la Misa mayor como acto principal del día de San Tiburcio.
En 1936, recien comenzada la guerra, el Ayuntamiento de Leiza sube con la bandera española y de la Villa a la Misa mayor de San Tiburcio, acompañados por requetés de Leiza y detrás el resto del pueblo.


Ignacio Baleztena hizo mucho por Leiza y sus fiestas, pero es que también disfrutó mucho de las mismas. En la foto corriendo el encierro con chaqueta oscura y boina. Atención a las indumentarias.

En 1950 y 1951 Cruz Baleztena, hijo de Ignacio, realizó la portada del programa de los santiburcios de Leiza.
Fiestas de Leiza de 1953

Pancarta del Club Aurrerá de Leiza realizada también por Cruz Baleztena

50 años después, en 1953, el programa de las fiestas de San Tiburcio de Leiza, aparecía de neuvo el cartel realizado por Ignacio Balezena medio siglo atrás con un texto de su hermana Dolores que finalizaba diciendo "¡Querido pueblo de Leiza! Si con paso seguro avanzas al compás de los tiempos modernos, no te apartas de la senda radiante de la Tradición,iluminada por virtudes ancestrales".
Foto de la portada del cartel de las fiestas de San Tiburcio de Leiza de 1966. En él ascienden hacia Misa mayor los espatadantzaris del Aurrerá con la bandera de Navarra, precediendo a las autoridades (Ayuntamiento y Guardia Civil). Esta bandera fue un regalo de Ignacio Baleztena al grupo de danzas y con ella bailaron durante muchos años orgullosamente. Como curiosidad es la misma bandera con la que se les recibe y engalana la casa de los Baleztena (Petrorena) cuando bailan la Espatadantza el 11 de Julio en la Plaza, en honor a ellos y sus antepasados que la lucieron.
Y por último unas imágenes de las fiestas de toda esta época en la que tanto disfrutamos conjuntamente los hijos de Ignacio con el resto del pueblo y los muchos veraneantes que nos visitaban entonces. Aquí van las fotos:

Javier Baleztena en el encierro

Javier Baleztena en la Plaza



Miguel Baleztena pillau

Carlos Baleztena recortando



Nietas de Ignacio Baleztena con otras niñas del pueblo

Y llegó la noche

En el Musun



En el Hojalatero

Y en la calle




Que recuerdos, estas son las fiestas de Leiza que quiero conservar en mi cabeza, alegres, divertidas y donde no cabía la amargura. Por cierto en el programa de fiestas de 1966, el aitacho nos explica la historia de Leiza y su escudo, pero esto lo veremos en la próxima entrada si Dios quiere. Feliz final de San Tiburcio a todos los Leizarras ¡A todos, de corazón!. ¡Yaufiii!