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martes, 24 de julio de 2012

La toma de la caseta de Urto el 23 de Julio de 1936.


Querido lector, la columna de Tutor, al que el aitacho había llamado cobarde, volvió finalmente hasta Leiza terminando de dar cuerpo al Tercio de San Miguel el 22 de Julio. Afortunadamente para mi padre aquel imprudente comentario suyo no tuvo consecuencias.

            En esas horas perdidas los rojos se habían hecho más fuertes en la caseta de los miqueletes de Urto (en la muga con Guipúzcoa) y se imponía la urgencia de tomarla al asalto. Fue la primera operación de combate del Tercio de San Miguel, y nos la narra de nuevo en sus memorias la tía Lola, hermana de mi padre Ignacio:

"Después de algunos reconocimientos por los montes al estilo clásico de las partidas y guerrillas antiguas, se decidió tomar la caseta de Urto.

            En la Plaza forman los requetés navarros y guipuzcoanos. Su jefe, el comandante Tutor, al verlos dispuestos para dar la primera batalla, les arenga y sabe hacer vibrar en ellos la cuerda del Ideal:

            “Requetés – les dice – Sois descendientes de los héroes carlistas que por estas mismas montañas se cubrieron de gloria. Dentro de breves momentos tendréis que demostrar que sois dignos hijos de ellos”.

            Al contacto del heroísmo pasado toca el chistu el himno de Oriamendi. El eco de cien años repercute por aquellos montes acompañando a las voces viriles de los voluntarios:

A las armas voluntarios,
a las armas a luchar,
por nuestra fe.
Moriremos defendiendo la bandera,
de Dios, la Patria y el Rey.

            Cantan a continuación los paisanos de Iparaguirre “Guernikako Arbola”, el himno de las libertades forales, y gritan al terminar:

            ¡Viva España! ¡Viva Navarra! ¡Viva Cristo Rey!

            ¡Vivan los guipuzcoanos valientes! – contestan los navarros.

- ¡Aquí, Navarra contra Rusia! – exclama un voluntario soberbio en su arrogancia conquistadora.

            Y parten ligeros… Aquel espectáculo fue sublime, grandioso, de epopeya. Luego la guerra tomaría otro cariz, pero en aquellos momentos inefables vivimos la auténtica “carlistada” con toda la pureza de su fe, con su elevado desinterés, heroísmo y valor, con todo el atractivo de su pintoresca originalidad.

            Pasadas unas horas, durante las cuales, oyendo el tiroteo, las mujeres rezábamos en la iglesia, nos trajeron la noticia de que la bandera española flameaba en la caseta de Urto. La acción había costado la vida al requeté de San Martín de Unx, Joaquín Muruzábal…

            En el eskaratze[1] de casa depositaron su cuerpo, y sobre el féretro, las Margaritas pusieron una corona de laurel. ¡Cuántas les tocaría tejer en días venideros!

La caseta de Urto, junto a Leiza, en la muga con Guipúzcoa. Foto de algunos de los requetés que la tomaron al asalto, visitados por Dolores Baleztena con su coche.
    
Dolores Baleztena rodeada por los requetés del Tercio de San Miguel que tomaron la caseta de Urto (Leiza) el 23 de Julio de 1936.
Pero en la operación fueron hechos prisioneros los ocupantes de la caseta de Urto, tanto los combatientes rojos como los miqueletes que allí se hallaban. Así mi padre Ignacio y su hermano Joaquín Baleztena, Jefe Regional Carlista en Navarra que había sido suplantado y pasado a ser un cargo honorífico, ya que había tomado el mando la Junta de Guerra, tuvieron que salir rápidos a interceder por los prisioneros ya que se hablaba de fusilarlos, como ya habían tenido que salvar anteriormente a otros dos leizarras, porque eso había que impedirlo como fuera. Pero esto y más nos lo contará la tía Lola en la próxima entrada si Dios quiere.

La caseta de Urto (Leiza) tras ser tomada por los requetés del Tercio de San Miguel pasó a ser un centro de operaciones de los mismos. En la foto preparando el rancho.

En la operación de la toma de Urto murió el primer requeté en combate (Joaquín Muruzabal, de San Martín de Unx). En la foto Silvia Baleztena sentada a la derecha junto con otros niños de Leiza, en el monolito que recordaba al muerto. Ha sido derribado en varias ocasiones hasta que actualmente no existe. ¿Quizá por descendientes de aquellos leizarras del Tercio de San Miguel?.



[1] Portal de la casa.

3 comentarios:

  1. Es una vergüenza que se derriben estas cosas historicas de guerra que recuerdan a personas que dieron la vida por España, por Dios y por su rey .

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