Querido lector, nos quedábamos comenzando 1936, que en palabras de Dolores Baleztena, hermana del aitacho lo describe así:
"Empezamos el año 1936, que tanto había de figurar en la historia, con unos bríos terribles"
Y claro, de las primeras celebraciones del año, como siempre, mi padre Ignacio Baleztena, representante de SM Baltasar, y toda la familia, se volcaron con la organización de la cabalgata de Reyes Magos; una particular Monarquía en medio de la II república. Y hablando de monarquías, había caído otra en un distante y exótico país: la del Negus, Haile Selassie I, último emperador de Etiopía. Resulta que en 1935, las tropas italianas del fascista Mussolini invadieron y conquistaron Etiopía, llamada entonces Abisinia. ¿Y qué relación tiene todo esto?. Nos lo aclara la tía Lola en sus memorias:
"Empezamos el año 1936, que tanto había de figurar en la historia, con unos bríos terribles"
Y claro, de las primeras celebraciones del año, como siempre, mi padre Ignacio Baleztena, representante de SM Baltasar, y toda la familia, se volcaron con la organización de la cabalgata de Reyes Magos; una particular Monarquía en medio de la II república. Y hablando de monarquías, había caído otra en un distante y exótico país: la del Negus, Haile Selassie I, último emperador de Etiopía. Resulta que en 1935, las tropas italianas del fascista Mussolini invadieron y conquistaron Etiopía, llamada entonces Abisinia. ¿Y qué relación tiene todo esto?. Nos lo aclara la tía Lola en sus memorias:
“…En la cabalgata de Reyes, las izquierdas para hacernos rabiar, gritaban: ¡Viva el Negus! Y resultaba, que tanto el rey Baltasar, como toda la familia, eran partidarios de Abisinia”.
Y efectivamente, Ignacio Baleztena y toda su familia, a diferencia de otras gentes de aquella época, siempre despreciaron el fascismo, a Mussolini y todo su movimiento nacionalista y antimonárquico. Y en esta ocasión obviamente estaban a favor del mencionado Negus frente a la invasión italiana. Curiosamente la incultura de las gentes de entonces aun se escucha en personas mal informadas, o mal intencionadas.
La cosa es que Baltasar, desde su caballo, repartía besos y saludos a diestra y siniestra (nunca mejor dicho), riéndose de esta anécdota, como se reía siempre hasta de su sombra.
Baltasar e Ignacio Baleztena eran uña y carne |
Más tarde en 1937, Ignacio Baleztena, cuando algunos soldados italianos cayeron por Pamplona se seguía riendo cuando los socarrones irunshemes les cantaban con su sorna habitual una versión (no la falangista) de ¡Guadalajara, no es Abisinia…! produciendo la rabia de los soldados de Mussolini. Precisamente el mismo año que por otro lado los nacionalistas vascos pretendían pactar con los fascistas italianos en Santoña. Pero perdón que me estoy adelantando y aun ni ha empezado la guerra.
Bueno la cosa es que se acercaban las elecciones de Febrero de 1936 y el aitacho volvió a sus mítines kurriñescos como nos dice de nuevo la tía Lola:
“Los kurriños volvieron a circular por los pueblos haciendo las delicias de los públicos que reían sus atrevidas gracias”.
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