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viernes, 22 de abril de 2016

Los odiados Baleztena y la verdad histórica

Querido lector, era mi intención hacer una entrada alegre y entretenida en torno a actividades culturales del aitacho en los años 40 y 50 pero las difamaciones vertidas contra él y la familia me obligan a cambiar de planes y tener que hacer esta otra, que no me hubiera gustado tener que publicar, pero que me veo en la obligación de realizarlo:

Ante las insinuaciones de las últimas semanas, a raíz de la exposición realizada en el Parlamento que debería ser de todos los navarros, que intentan relacionar a mi padre y resto de la familia con cualquier acto de violencia o represión, mediante caricaturas o menciones explícitas, quiero afirmar de forma tajante y de una vez por todas, en mi nombre, en el de mi padre Ignacio Baleztena Ascárate y en el del resto de mis antepasados que al igual que ellos condeno (sí, condeno, ese verbo que a algunos tanto les cuesta conjugar) y es más, maldigo, todos los crímenes, represalias, asesinatos, torturas y vejaciones, que se cometieron de forma cobarde antes de la guerra (en la II República), durante la guerra y en la postguerra (durante la dictadura franquista) en ambos bandos, en Navarra y en toda España, que acabaron de forma ruin con la vida de miles de personas, muchos de ellos navarros de ambos bandos.

Cualquier persona que se hubiera interesado en indagar la verdad mínimamente debería conocer la posición de mi familia, y hubiera bastado con haber consultado este blog (pinchar aquí). Como has podido ver dicha posición quedó bien clara cuando mi tío Joaquín Baleztena Ascárate, Jefe Regional Carlista, hizo este llamamiento el 23 de Julio de 1936 que fue distribuido entre los carlistas y publicado en la prensa al día siguiente: “Los carlistas, hijos, nietos y biznietos de soldados no ven enemigos más que en el campo de batalla. Por consiguiente, ningún movilizado voluntario, ni afiliado a nuestra inmortal Comunión debe ejercer actos de violencia, así como debe evitar se cometan en su presencia. Para nosotros no existe más actos de represalias que los que la autoridad militar, siempre justa y ponderada, se crea en el deber de ordenar”. Dicha orden hizo que desde entonces tanto a mi padre Ignacio Baleztena Ascárate como a su hermano Joaquín en algunos ambientes, no carlistas precisamente, se les llamara “los vaselinas”, al considerar que eran muy blandos por intentar evitar las incalificables represalias.


Tanto es así que mi tía Dolores Baleztena Ascárate escribiría años después: “¡Lástima no fuera obedecida esta nota tan llena de nobleza, calificada por algunos de vaselina! El señor Obispo le felicitó por ella. De haberlo sido, no hubiéramos tenido que lamentar actos indignos realizados por, quienes huyendo del peligro de la vanguardia, se creían valientes actuando cobardemente en la retaguardia”.

Al contrario de lo que injustamente se señala los hermanos Baleztena se distinguieron por hacer todo lo posible por evitar represalias y fusilamientos, poniendo su vida en juego en varias ocasiones, salvando decenas de navarros de izquierdas o republicanos (como puedes ver pinchando estos enlaces: leizarras, miqueletes, enemigo declarado de la familia, carabinero republicano, que sirven de botón de muestra entre otros muchos), y a alguna personalidad ilustre como el Dr. Carlos Jiménez Díaz (ver la historia pinchando aquí). Y eso es ampliamente conocido entre los más mayores de Leiza y de Pamplona, así que no era tan difícil informarse.

Es más, los Baleztena fueron represaliados durante la II República. Para leer todo este episodio puedes pinchar aquí y luego continuar la historia pinchando en "continuará. En Abril de 1932 asaltaron y quemaron su casa con la familia dentro en 1932 y el Gobernador Civil de la República encargado de mantener el orden público, para quitarse el problema, en vez de detener a los autores desterró a la familia Baleztena de Pamplona. Pues bien, mis antepasados perdonaron y conociendo perfectamente a los asaltantes (teniente de alcalde incluido) en vez de vengarse o hacer algo contra los autores de aquel episodio, aun teniendo posibilidad de haberlo realizado posteriormente, lejos de ello pelearon porque nadie sufriera posteriormente lo que habían padecido ellos ni cosas peores y siempre nos hablaron de perdón cristiano, que produce la ventaja de vivir sin odio.

Por todo lo anterior cualquier referencia, caricatura, retrato o similar vertidos en exposiciones, escritos, libros o soportes de distinto tipo, que relacione a los Baleztena con represiones o crímenes, lo único que hacen es demostrar un profundo desconocimiento en el mejor de los casos, siendo bien pensado, y desacreditar a los autores y a toda su obra. De sabios es rectificar.

Además de los pseudo historiadores, periodistas y dibujantes, también la presidenta del Parlamento que debiera ser de todos los navarros, tiene una ocasión de oro para demostrar su altura de miras pidiendo perdón públicamente. Un gesto que le honraría.

No obstante es posible, y ojalá me equivoque, que todo esto no vaya a servir más que para que ciertas personas sigan difamando la memoria de mis antepasados a cualquier precio. Y lo hacen porque no les mueve la verdad, ni la justicia, sino el odio. Odian a “los Baleztena” porque fueron católicos, navarros, fueristas, españoles y vascos (sí, también vascos, más que muchos de los que los atacan y otros que hasta hace bien poco nos amenazaban de muerte a sus descendientes, nos agredían y nos ponían bombas). Y de estas ideas odiadas por algunos nunca renegaron mis antepasados y por supuesto tampoco yo. Esta es la realidad, esto es lo que realmente no se les perdona ni se les perdonará.


Sirva esto para que por lo menos la gente de buena fe, aunque sean de ideología totalmente opuesta, sepa la verdad a este respecto, desde la coincidencia o la discrepancia ideológica.

Y espero sinceramente que este clima de crispación y odio guerracivilista que están resucitando algunos y que me alarma profundamente no siga entorpeciendo las ansias de reconciliación de la mayoría y pueda seguir la marcha de este blog, contando cosas interesantes del aitacho si Dios quiere. Paz a los muertos.

miércoles, 13 de abril de 2016

Canción a San Miguel de Aralar por Ignacio Baleztena



Nor Jaungoikoa bezala?
Iñor Jaungoikoa bezala

(Lema de San Miguel)

Querido lector, mientras nuestros ilustres, sesudos y ocupados políticos atienden problemas tan urgentes como decidir si nuestro querido San Miguel de Aralar es ángel non grato en los organismos oficiales navarros, o caso de no serlo, si hay que recibirle con actos religiosos, carnavalescos o vestidos de super héroes (terrible dilema), muchos pamploneses, erre que erre, nos empeñamos en darle la bienvenida como mejor sabemos y llevamos haciendo desde tiempos inmemoriales. Tanto es así que ya en 1913 (antes de la democracia, la dictadura, la república y el “sursuncorda”) el aitacho nos describió en unas coplicas como nuestros antepasados acogían al Angelico, igual que hacemos nosotros ahora. (Para ver la letra pinchar aquí)

Pues bien te pongo un vídeo casero de esta cancioncica con imágenes actuales, en las que se ve que mientras los importanciosos dirigentes discuten sobre el sexo de los ángeles (o mejor dicho su recibimiento) muchos irunshemes de a pie seguimos haciéndolo como siempre. Para nosotros no hay duda. Nos lo enseñaron nuestros padres, y con una bonita mezcla de devoción, tradición y amor a las costumbres de nuestra vieja Iruña, hacemos lo que según mi padre ya en aquellos años "cantaban los mocés por esas calles de Dios y del Señor San Fermín"






Tampoco se crean tan importantes los mandamases de turno con sus poco originales originalidades, ya que de todo ha habido en la historia de nuestra Pamplona y pese a excentricidades, zarratraquerías y dejaciones, el “pueblo llano” frecuentemente les ha hecho una “pedorreta” aferrándose a sus usos y costumbres.

Para saber más, puedes pinchar aquí para ver como el aitacho recuperó actos y celebra­ciones de profundo arraigo navarro como ésta del recibimiento solemne del Angelico, que venía de cuando Navarra era Reino, y que había decaído en su oficialidad (que no en su componente “popular y participativo”).


Espero que te haya gustado las canción a San Miguel de Aralar y entre coplica y coplica puedes cantar “Mihel… Gurea, zaizu… buruzariak” para que no pasen de buruzaris a choriburus.

Y en la próxima entrada más si Dios quiere.