Querido lector, como bien sabrás el iniciador de esa costumbre que tantos quebraderos de cabeza trae ultimamente a nuestros munícipes y a los pamplonicas fue el aitacho. Etenderás que hablo del Riau Riau.
A cualquiera que
actualmente se le diga no podrá creer que hace 100 años el chupinazo ni existía
(al menos como lo conocemos ahora). El día 6 de Julio empleados de Oroquieta
con el alguacil de turno tiraban unos “cuetes” en la Plaza del Castillo para
anunciar que era “el víspera” de San Fermín, sin más relumbre ni aspavientos,
acompañados por chistularis y gaiteros y el volteo de campanas de todas las
iglesias de la ciudad. Esto era solo un preludio porque cuando realmente comenzaban
nuestras queridas mezetas era con las vísperas al Santo. La tarde del 6 de
Julio el Ayuntamiento en corporación acudía a dichas vísperas y entonces era
cuando empezaba toda la celebración.
Mi Padre Ignacio Baleztena se reunía en el Café Iruña de la Plaza del
Castillo con sus amigos, una peña de “mutilzarras”, como ellos mismos se
llamaban, con los que cantaban canciones para desesperación de los jugadores
del seis doble, también llamado dominó. (Desde 1912 pasaron a reunirse en el
recién estrenado “Café Kutz” conociéndose como “los mutilzarras del Kutz”). Entre
estos amigos había carlistas y no carlistas, de todo. Con todos ellos acudió
con gran alegría a ver la Marcha a Vísperas del Ayuntamiento, posiblemente
según mis cálculos el 6 de Julio de 1911 año arriba año abajo, tras la comida. Este era uno de sus
actos preferidos de nuestras mezetas. Mucho público se concentró, como era
costumbre, con sus mejores galas para tan esperado evento. La banda que
interpretaba la música era la del Regimiento de la Constitución.
Pues bien, al finalizar la primera estrofa del Vals de Astráin,
Ignacio Baleztena, en tono festivo no tuvo mejor ocurrencia que gritar ¡Riau
Riau!; lejos de hacerlo con ánimo de ofender quiso rematar tan bella pieza de
forma espontánea y alegre con este grito con el que se finalizaban las
canciones festivas en la montaña de Navarra. A algunos, les hizo gracia la
intervención. Otros, la vieron como una gamberrada, pero para sorpresa del
público en general y del propio Baleztena, las siguientes estrofas fueron
coreadas también con el grito ¡Riau Riau! por sus amigos de la peña de los
mutilzarras, y cada vez por más gente, con indignación de los hombres serios y
sesudos que lo veían como un despropósito y una falta de respeto.
Así continuó creciendo el espontáneo y popular acto hasta que salto a
la fama (es decir a la prensa) en 1914, hace ahora 100 añicos. Así dice la crónica del Diario de
Navarra hace un siglo:
“Las vísperas:
A las cuatro y cuarto la Plaza Consistorial ofrecía el singular y
sugestivo aspecto propio de tal día, único y exclusivo de tal solemnidad”
Continúa narrando como encabezaban la marcha los gigantes para seguir
diciendo:
“Organizada la comitiva municipal se dirigió a San Lorenzo para
asistir la Corporación local a las vísperas.
Cerraba la marcha la banda del regimiento de América que tocó el
clásico vals, coreado por muchísimos jóvenes que daban acompañamiento y escolta
al Ayuntamiento”
Diario de Navarra del 7 de Julio de 1914, donde aparece la primera crónica escrita del Riau Riau iniciado por Ignacio Baleztena |
Nada dice la crónica de incidentes, ni de que se obstaculizara la
marcha ni de nada por el estilo. Lo que se ve es que hace 100 años la mocina de
Pamplona había acogido ya de forma normal la costumbre de a las 4 el seis de
Julio ir escoltando (no obstaculizando) a la Corporación, con ánimo festivo,
bailando el Vals de Astráin y coreando
¡Riau Riau!.
100 años después lamentablemente no podremos ver a la Corporación
acudir a Vísperas, que es la esencia del acto, pero al menos a las 6 de la
tarde podremos quitarnos la chirrinta de bailar el Riau Riau, gracias a la Peña
Mutilzarra que lo convoca y con la presencia de la Pamplonesa le da todo su
esplendor, mientras vamos hacia las Vísperas de San Fermín. Y precisamente el promotor de este Riau Riau desde 1997 fue mi hijo Joaquín, nieto de Ignacio Baleztena, su iniciador
Felices fiestas de San Fermín, feliz chupinazo y que disfrutéis hoy de lo que queda del Riau Riau como hace 100 años. Hasta la próxima entrada si Dios quiere en la que hablaremos... del encierro por ejemplo.
En peno Riau Riau de los años setenta bailando con mi hijo Joaquín arrekankallu |
Riau Riau de la Peña Mutilzarra, que fue una iniciativa precisamente de mi hijo Joaquín Baleztena Gurrea, nieto del iniciador del acto Ignacio Baleztena |